Mañanas campestres bajo el sol formoseño.-
Comidas caseras, paseos por paisajes interminables y tareas rurales conforman la propuesta por un horizonte formoseño que viene acompañada de siestas, naturaleza plena y contacto con los animales. Una charla bajo el cielo estrellado puede extenderse dulcemente en Formosa. En medio del campo brillante de rocío y con la luna coronando el paisaje, la gente local comparte sus tareas rurales con los visitantes. Sin apuro y con mucha naturaleza, desde El Colorado a Colonia Cano se experimenta una rutina diferente a la de las ciudades. La comarca Bermejo lleva a sentir la paz de la zona. Basta con despertarse junto con el sol para sorprenderse de la vitalidad con que se arranca la jornada y emprender las tareas de campo junto a los lugareños, no sin antes disfrutar de un buen desayuno con productos caseros que llenan el ambiente de aromas tentadores. Olvidando el reloj y el teléfono celular, cada visitante descubre habilidades que ni siquiera sospechaba tener y gustos por nuevas actividades. Una caminata arriando animales lleva a perderse en pensamientos llenos de paz y la conexión con el ambiente brota como una flor, de manera a veces inesperada.
El ritmo campechano va conquistando a los viajeros, y más cuando se degustan frutos recién cosechados y comienza a llegar el aroma desde donde se está preparando el almuerzo. Seguramente será en una cocina gigante de baldosas gastadas y una mesa enorme, entre ollas con años de historia y alimentos de la propia tierra que se acaba de caminar. Después del almuerzo, una cabalgata entre palmares y otros árboles nativos con un gaucho de la zona que comparte sus historias ayuda a mantener tan grato relax, al igual que tomar unos mates viendo muestras de destreza criolla esperando el atardecer para admirar otra forma del paisaje, que cambia a lo largo del año gracias al clima. Una escapada para entrar en calor o una semana para mimetizarse con el tiempo del campo son buenas opciones para disfrutar en familia o con amigos todo el año. El placer será tanto que va a costar decir adiós y volver a agarrar el reloj. A Formosa se llega en avión, al aeropuerto El Pucú, en ómnibus o en auto, por la ruta nacional Nº 11, la ruta provincial Nº 3 y la ruta nacional Nº 81.
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