EL REINO DE LA AMISTAD
Día del amigo: conocé la historia del delirante reino de la amistad en Chascomús.
Mucho tiempo antes de que se estableciera el 20 de julio como el Día del Amigo, en Chascomús, un disparatado reino que llegó a edificar un castillo, ya festejaba el Día de la Amistad en octubre.
Si alguien dijera que a mediados del siglo veinte existió una monarquía en Argentina, sería imposible tomarlo en serio y no considerarlo como un delirio. Pero, por más disparatado que pueda parecer, una localidad bonaerense tuvo a partir de 1947 un monarca, una corte y hasta una Carta Magna.
Ocurrió en Chascomús, donde la creatividad, la imaginación y el desparpajo estimulado por unas cuantas copas de más, impulsó a un grupo amigos a proyectar un reino en el que imperara la risa, la diversión y, por sobre todas las cosas, la amistad.
La idea comenzó a gestarse en el bar National, inaugurado por Manuel Constenla, un español que desembarcó en Buenos Aires hacia 1935 junto con otros cientos de inmigrantes que escapaban de Europa para iniciar una nueva vida en territorio argentino. Constenla llegó a Chascomús, que para aquella época tenía aproximadamente 20 mil habitantes e instaló una cantina en la esquina de las calles Soler y Buenos Aires, que actualmente se llama Libres del Sur. Poco a poco fue engrosando su clientela hasta convertirse en el bar más popular de la ciudad.
Manuel Constenla fue el dueño de el bar El National, donde se gestó la idea del reino.
“Al cumplirse 10 años de la fundación de el bar en 1945 se celebró la Fiesta de la Amistad y todos los habitués del National lo proclaman a Don Manuel Constenla como 'amigo de los amigos'”, comentó a INFOCIELO Alejandra Bilbao, Directora del Instituto Historiográfico Casa de Casco de la ciudad de Chascomús, y agregó que “a partir de ese momento empieza a tomar forma la idea del reino.
Después de esa gran fiesta, y más de veinte años antes de que se estableciera el 20 de julio como el Día del Amigo en Argentina en conmemoración de la llegada del hombre a la Luna en 1969, deciden empezar a celebrar el Día de la Amistad el tercer domingo de octubre de cada año y hacer realidad la idea de un reinado, que comenzó como un chiste y quedó.
Primera comida celebrando el día de la amistad en El National el 21 de octubre de 1945.
El acto de coronación fue el tercer domingo de octubre de 1947 y se celebró, como no podía ser de otra manera, en el mismo lugar donde había nacido todo, en El National. “Se preparó una tarima, sillón para el rey, luces, todo para crear el ambiente necesario y hubo un número importante de vecinos que participaron de la ceremonia” describió Bilbao.
Pero para este grupo de amigos no se trató de una simple humorada, de un chiste pasajero que duraría lo mismo que el contenido de las copas en sus manos; para ellos esta broma era un tema muy serio y por eso decidieron formalizar en papeles cómo se estructuraría el reino: “Primero Angel Canatelli, que fue como el alma mater del reino, declaró inaugurada la Asamblea General Constituyente, se elaboró una Carta Magna y se decidió crear un reino constitucional y ofrecer la corona al príncipe Don Manuel. De esta manera, Manuel Constenla se transformó en 'Manuel I, rey de copas'”, señaló la encargada del Archivo histórico de la ciudad.
Cada uno de los integrantes del reino tenía su cargo. Mariano Peleo, por ejemplo, era el Ministro de No Guerra.
El castillo
A “Angelito”, como lo llamaban a Canatelli, el cerebro y el que mayor empeño le dedicaba a este insólito reinado, parecía no bastarle con todas las locuras que se habían hecho hasta el momento y quiso ir por más, aumentando el nivel de delirio de esta historia: ahora querían ni más ni menos que un castillo.
Los integrantes del reino pusieron en marcha el plan para cumplir con el deseo de levantar su palacio y darle vida a una idea de esas solo son posibles en las películas, los cuentos o en la imaginación de los más chicos. “Iban reuniendo ellos mismos el dinero, juntando entre los amigos y lograron comprar dos lotes en lo que se llamaba 'La quinta de Aramberri' en el paraje El Tropezón y ahí instalaron lo que ellos llamaron 'El solar del Rey'”, detalla Bilbao, pero explica que “recién en 1951 lograron edificar el castillo de líneas muy sencillas”
El reino tenía una banda musical, una marcha y también un escudo.-
El castillo, ubicado frente a la Laguna, contaba con 170 metros de superficie cubierta, en los cuales se distribuía el salón principal, el solar, y dos salones en los laterales destinados al bar y el comedor privado. El despacho real se encontraba en la planta alta, donde había habitaciones y baños para los huéspedes.
Al ver el castillo levantado, ya no había nada de lo que se propusieran que les resultara imposible de conseguir. Envalentonados por entender la dimensión que había alcanzado la broma, decidieron extremar cuanto pudieran la extravagancia del reinado y así fue como inauguraron una plaza de toros con gradas de madera con capacidad para una gran cantidad de personas.
El reino estableció que el tercer domingo de octubre sería el Día de la Amistad.-
“ Ellos tenían el Festival Taurino y, en el primero que hicieron, trajeron 6 toros y también toreros de Corrientes”, comenta Bilbao aunque aclara que “lo único que se hacía era la corrida de toros, pero sin lastimar a los animales”.
Aún se conserva la tapa del diario El Heraldo de 1947, órgano de prensa oficial del reino.-
La caída del reino
En cada una de las fiestas que se realizaban, los protagonistas principales eran todos los hombres que conformaban la corte, con los ministros, los embajadores y los secretarios del reinado, todos ellos vestidos con elegantes trajes de frac, galeras y moños que alquilaban en la ciudad de Buenos Aires. La concurrencia de los vecinos chascomunenses e incluso también de pueblos vecinos, era multitudinaria y acompañaban el ritmo alegre y no muy coordinado de la banda musical que desfilaba junto a la Guardia Real y al rey.
El reinado además tuvo una marcha y también un periódico llamado “El Heraldo” que, con un tono entre solemne y absurdo, funcionaba como el órgano de prensa oficial del reino, informando cada uno de los acontecimientos vinculados al mismo. “El diario El Heraldo salía una vez por año más o menos porque era generalmente en el momento en el que se hacía la fiesta por el día de la amistad”, explica la Directora del Archivo Histórico de la ciudad.
La inesperada muerte de Canatelli en 1953 significó un golpe muy duro para el grupo de amigos del reino, que empezaba a perder su mística con el fallecimiento de uno de sus principales mentores. Por su parte, Manuel Constenla abdicó simbólicamente al emigrar a la ciudad de Buenos Aires después de casarse. No hubo heredero al trono y la vida del reino parecía haberse ido con la partida de Canatelli y, de esta forma, el castillo también quedó a la deriva.
Una asociación de Box se hizo cargo del lugar durante un tiempo aunque, según Bilbao, “esta organización nunca hizo nada, la gente entraba y sacaba cosas, se fue deteriorando y además, al estar hecho con materiales muy simples y muy cerca de la laguna, se cayeron los techos y fue quedando olvidado”.
De la estructura original queda poco y nada. El lugar sufrió reiterados actos de vandalismo y saqueos, sumado al deterioro generado por la falta de mantenimiento. En el año 2000, el Senado y la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires sancionaron la Ley 12.416, a través de la cual declararon la expropiación del castillo, que quedó en manos del municipio, con la condición de ser utilizado con fines culturales y turísticos.
La falta de mantenimiento produjo que el castillo quedara en ruinas.-
Tras una serie de licitaciones realizadas por la municipalidad, que quedaron truncas debido al incumplimiento de los plazos por parte de los distintos inversores, en el año 2017 se lleva a cabo la última licitación, en la cual se acepta la única oferta presentada por el actual concesionario, Fernando Ibarra quien, debido a la crisis de 2019 solicitó una prórroga de obra para poder cumplir con la construcción que había planteado, aunque finalmente, también decidió presentar la renuncia al contrato.
"Estamos en una etapa en la que el concesionario actual quiere rescindir el contrato dado a la situación de pandemia en la que estamos. En este momento tenemos que tomar una resolución con respecto a esa concesión”, señaló el Secretario de Planificación y Turismo de Chascomús Leandro Otondo en diálogo con INFOCIELO, “estamos en conversaciones con algunos empresarios que tienen la intención de continuar con la construcción del castillo”.
A raíz del abandono, el lugar fue vandalizado en reiteradas ocasiones .-
El funcionario destacó la importancia del castillo y dijo que “es algo muy simbólico para los chascomunenses por lo que representa la amistad. Es donde se empezó a bajar línea en base a la solidaridad, la colaboración y a hablar de la amistad como un valor importante”.
Además dijo que “el castillo está bastante deteriorado, pero se puede levantar. Tiene un predio muy interesante, son casi dos hectáreas que están frente a la laguna y es por eso que es tentador más allá de lo que significa el valor de marca que tiene a nivel mundial el Castillo de la Amistad porque comenzó el reinado de la amistad previo a declararse el Día del Amigo” y se mostró optimista respecto a la posibilidad de que finalmente en algún momento se concrete la restauración del lugar , “Estamos con mucha expectativa, tenemos mucha fe de que va a aparecer ese empresario que ponga la plata, que pueda construir y volver a generar algo similar a lo que fue concebido en su momento”.
El castillo fue expropiado por el municipio de Chascomús en 2011.-
Los herederos del trono
En el año 2006, 40 años después del surgimiento del disparatado reino hubo otro grupo de amigos que decidió retomar la vieja tradición que se había gestado en el bar de Constenla. Esta nueva remake que continuaría la dinastía de la amistad tiene como protagonista a “Julio I”, el nuevo monarca, que tomó las riendas del nuevo reino, ya sin castillo, pero con los mismos principios y la misma forma de entender a la amistad como uno de los principales valores.
“Lo hicimos de alguna forma con la idea de mostrar a mucha gente joven lo que fue el reino de la amistad”, explicó a INFOCIELO Julio Medley, quien fue designado a ser el sucesor del antiguo rey, aunque reconoció: “no lo hicimos con la idea de perdurar mucho en el tiempo”.
La historia de este nuevo reino se vincula también con un bar de pueblo y con un grupo de amigos que se reunían en el Bar Chiqui, que llevaba el apodo de “Chiqui” Medley, su dueño. El lugar, que funcionó entre 1964 y 1967, estaba ubicado frente a lo que había sido El National.
“Ahí se juntaba la muchachada, éramos todos muchachos de 20 años, veintipico”, contó Medley, “cuando lo cerré tenía 24 años, pero siempre nos veíamos con muchos de los amigos que habían asistido a ese bar, del cual teníamos una gran cantidad de anécdotas y, 40 años después organizaron una fiesta como reconocimiento a lo que fue aquél bar”.
En esa fiesta, que se realizó en el Club de Regatas de Chascomús, surgió la idea de reemprender el reino como un tributo a aquellos hombres que se convirtieron en una leyenda de la ciudad a partir del disparate más serio del mundo.
Fue así que en 2007, Chiqui Medley fue coronado como “Julio I” y se convirtió en el nuevo rey de la amistad. Siguiendo la tradición, los ministros y los miembros de la Corte se vistieron de gala para entregarle la corona al nuevo rey, quien vestía un atuendo rojo que lo hacía resaltar del resto.
Los integrantes del nuevo reino. En el centro, con atuendo dorado, Julio I, el nuevo monarca.-
“En la segunda fiesta conseguimos un tranvía auténtico a caballo de la época del 1900”, recordó el último monarca, “en ese tranvía se trasladaba a los integrantes del reino”.
Fue así que se fue conformando el nuevo reinado, que contó con dos integrantes que fueron miembros del grupo original. Se hicieron llamar como “El reino de la amistad” y, durante unos cuantos años se ocuparon de organizar festivales para el Día de Reyes para alegrar a los más chicos.
Cientos de vecinos chascomunenses se acercaban a los festivales por el Día de Reyes organizado por el nuevo Reino de la Amistad.-
“Hacíamos la compra de helados, golosinas y juguetes para más de mil chicos”, relató Medley, “llevábamos animadores y magos, y en la última fiesta alquilamos disfraces enormes de mickey y otros personajes que usaron un grupo de boy scouts que nos acompañaron desfilando”.
El anhelo más grande que tienen los integrantes de El Reino de la Amistad es que alguna vez se pueda ver de pie nuevamente el histórico castillo. “Esa fue una misión que tuvimos pero lamentablemente nunca lo pudimos cumplir”, comentó Julio, “vimos a infinidad de políticos y de gente para tratar de rescatarlo, pero francamente nunca lo logramos.
Las esperanzas del grupo estaban depositadas en Fernando Ibarra, el empresario chascomunense que había ganado la última licitación, aunque el sueño se derrumbó una vez más debido a la situación económica del país, que le impedía continuar con lo que había planificado para el cual ya había invertido una parte considerable de dinero.
“Es una persona que tuvo toda la intención, es un hombre relativamente joven que le gustaba toda esta historia, pero después las cosas vinieron muy mal y tuvo que abandonar el proyecto”, indicó Medley y consideró que “esa fue la vez que más cerca de restaurar el castillo”.
“En este momento ya no estamos haciendo nada. Algunos de los amigos ya han fallecido, pero nos juntábamos una vez por mes a comer un asado o a festejar el cumpleaños de algún integrante”, expresó el último rey.
A pesar de todo, Julio mantiene viva la esperanza de que en algún momento el castillo vuelva a abrir sus puertas: “No creo que sea imposible la restauración, pero para mi, tiene que ser el sector privado el que encare este proyecto y tiene que ser alguien al que le guste mucho esto y que tenga el dinero, porque a nivel municipal seguramente no va a ser, a nivel provincial no fue antes y no va a ser ahora tampoco”.
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