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Una pelea de niños, prólogo del feroz asesinato de un hombre en zona sudoeste.

  • Foto del escritor: Charles Gutierré
    Charles Gutierré
  • 21 feb 2021
  • 5 Min. de lectura

Leonel Darío Gallegos salió en defensa de su hermana y lo asesinaron con varios puntazos en el pecho. Hay dos detenidos por el homicidio.

Leonel Darío Gallegos tenia 38 años. Salió en defensa de su hermana Yamila y lo mataron a puñaladas. 04:05 hs - Domingo 21 de Febrero de 2021 Rosario es una ciudad curtida a homicidios. Una ciudad donde se ha matado por casi todas las razones y circunstancias imaginables. La historia del último asesinato conocido comenzó una par de días atrás con una pelea de niños. A partir de ahí se sucedieron un par de cruces entre las familias de los niños. El último terminó en muerte. Botón de muestra de cómo se resuelven algunos conflictos en los barrios de Rosario.


El viernes por la noche Yamila, la madre de la piba golpeada, llegó hasta una casa de Cullen al 2500, en Villa Urquiza, para reclamar por una agresión que recibió su hija. Pero la recibieron a los golpes. Le pegaron tan mal que su pareja y su hermano fueron a rescatarla. Cuando estaban en eso, y todo parecía retomar la calma, dos hombres emboscaron a Leonel Darío Gallegos, hermano de Yamila, de 38 años. Lo mataron de un puntazo en el pecho. Yamila también sufrió una herida en el abdomen y fue asistida en el Hopital de Emergencias. Un hombre, su hija y su hijo están detenidos y serán acusados por el crimen.


“Fue horrible ver eso. Lo mataron en el medio de la calle. El hombre (por Leonel Gallegos) ya se iba. Habían venido con su cuñado a rescatar a su hermana. Se estaban yendo bien y ahí salieron de la casa Rubén S. y su hijo Ismael. Le pegaron desde atrás con una botella y cuando Leonel cayó desmayado, Rubén lo sostuvo para que Ismael le pegara un puntazo en el pecho. Lo mató como un rastrero”, explicó una de las vecinas que asistió al homicidio de Leonel Gallegos.

“Y lo peor de todo fue que esa familia (por los S.) tienen parientes en la comisaría 32ª. Después del crimen, Alejandra F. (hermana del sindicado como matador) andaba amenazando a los vecinos delante de la policía. Y dos horas más tarde, en el móvil patente AA 701 HD, que es de la 32ª, le hicieron la custodia para que los S. sacaran bolsos de la casa. Se llevaron los dos cuchillos que usaron. Hicieron el allanamiento, y obviamente, no encontraron nada. Dos horas después del asesinato habían limpiado todo”, agregó la residente. Todos vecinos El cementerio La Piedad parecía ser hasta el viernes por la noche lo único que separaba a dos familias en pugna por una pelea de niños. La familia S. (su apellido de preserva para no entorpecer la investigación en manos del fiscal Gastón Ávila) residen sobre Cullen casi esquina con Volta, una calle de once cuadras que se despliega desde Nicaragua hasta Campbell. La familia Gallegos reside a unos 500 metros de distancia, en las inmediaciones de Virasoro al 6300, donde la calle se topa con uno de los laterales del cementerio. Vecinos y testigo de la cuadra indicaron que todo comenzó dos días antes del asesinato cuando Yamila, de 26 años, fue a plantearle a la familia S. que uno de sus niños había golpeado a su hija de 10 años.

“La mujer vino y se lo planteó bien, dentro de lo imaginable de que tu hija venga y te cuente que un pibe le pegó. Eso fue miércoles o jueves. Ayer (por este viernes) el pibe le volvió a pegar a la nena y Yamila vino a reclamarles. Y la agarraron entre todos y le dieron una paliza bárbara. Yo pensé que la mataban. Le pegaron todos. Alejandra F.; la hermana Micaela; Rubén, el padre; Ismael, otro hermano. Hubo un momento que la pusieron sobre el capó de un auto y ahí pensamos que la mataban”, indicó una residente. “Estaban enardecidos, endemoniados”, agregó un vecino. Fue tanta la locura generalizada que los S. soltaron dos perros pitbull, que tienen como mascota, y uno de los canes mordió varias veces a Yamila.

“No pasemos por ahí (por la casa de la familia S.) que todavía están los pitbull. Está todo abierto. Mirá si pasamos por la vereda y nos atacan. Son terribles esos perros. Tienen una cabezota así (haciendo el gesto como de una pelota de fútbol número 5)”, vociferaba este sábado sobre el mediodía un pibito de unos 10 o 12 años. “Ya se los llevaron a los perros. Quedate tranca”, le dijo un vecino y eso le devolvió el alma al cuerpo.

Con ese cuadro de situación fue cuestión de minutos hasta que desde la casa de los Gallegos salió una misión de salvataje para Yamila. Así llegaron el marido de la mujer y su hermano mayor: Leonel Darío Gallegos. Los hombres recién llegados trataron de defender a Yamila, separar y tranquilizar la escena. Estaban en amplia minoría. “Ellos se concentraron en sacar a Yamila del lugar donde la estaban moliendo a palos. Rubén S. también le pegó una trompada a la nena de Yamila, una piba de 10 años. Y cuando ya se estaban yendo llevándose a Yamila y la moto, pasó lo que pasó”, indicó una vecina.

Una faena Según el relato de varios vecinos la última escena, la que terminó en asesinato, comenzó cuando de la casa de los S. salieron como endemoniados Rubén y su hijo Ismael. Y fueron directamente contra Gallegos, a quien Rubén le partió un botellazo en la cabeza. Ya desmayado Gallegos fue atacado y golpeado por al menos cuatro personas a manera de piraña o caranchos. Y una vez que ya estaba sometido y sin defensa, Rubén lo sostuvo para que Ismael le perforara el pecho con un cuchillo. Algunos vecinos indicaron que fue una puñalada. Otros que fueron varias estocadas.


Consumado el hecho. todos los integrantes de la familia S. se metieron en su domicilio. Toda esa secuencia trágica fue grabada por varios vecinos y tomada por cámaras de videovigilancia privadas. Varios vecinos confiaron al hablar con este diario que temían un resultado fatal, por eso documentaron varias incidencias de la reyerta.

“Todo esto pasó porque estaban todos (los S.). Cuando llegó la policía los cuidaban más a ellos que a los vecinos. Alejandra anduvo dando vueltas amenazando a la señora de la granja. La puteó y le amagó con un cuchillo. Todo adelante la policía. ¿Qué hicieron? Nada”, explicó una vecina. A media mañana, cuando ningún integrante de la familia S. estaba en su domicilio, un grupo de vecinos arrojó una bomba molotov contra la puerta de la casa vacía. Pero fue nada más que el impacto. No hubo llamas.

El resultado de lo que comenzó como una pelea de niños fue el homicidio de Leonel Gallegos, quien llegó sin vida al Policlínico San Martín, ubicado a unas 25 cuadras de la escena del crimen. Su hermana Yamila resultó herida con un puntazo en el abdomen y fue asistida en el Heca. Rubén Oscar S., de 38 años; y sus hijos Oscar Ismael, de 20, y Magalí Micaela, de 18, resultaron detenidos a disposición del fiscal Avila. En principio este lunes los dos varones serán acusados por el asesinato de Gallegos. Y en el barrio los vecinos aseguraban que Alejandra F. estaba prófuga con pedido de captura.

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