Maniatado y ejecutado: sellos de otro crimen con mensaje mafioso en barrio Ludueña
- Charles Gutierré
- 22 ago 2022
- 5 Min. de lectura
Alan Agustín Ferrari tenía 19 años. Lo bajaron maniatado de un auto y lo ejecutaron a balazos al lado de un volquete de basura, a 200 metros de la cancha de Tiro Federal
Por Leo Graciarena

García Manzo y Matienzo. Allí ejecutaron el viernes por la noche a Alan Agustín Ferrari, de 19 años. Su cuerpo estaba maniatado.
Al menos siete detonaciones sirvieron como reloj despertador a los vecinos en las inmediaciones de García Manzo y Matienzo, en lo que geográficamente se reconoce como Ludueña sur. Cuando los vecinos se asomaron se toparon con el cuerpo de un muchacho joven, maniatado de manos, con signos de haber sufrido un escopetazo y varios disparos en la cabeza. Nuevo homicidio en la gran ciudad. “Era un pibito. Muy joven. La verdad es que nosotros tenemos la fortuna de estar en una cuadra tranquila.
Estamos muy asombrados por esto. Del otro lado de la vía es otra historia. Mucho más violenta. Pero hasta ahora acá esto no se veía”, dijo uno de los pocos vecinos que se dispuso a hablar con este medio. El pibe muerto se llamaba Alan Agustín Ferrari y tenía 19 años. En la escena del crimen quedaron nueve vainas servidas 9 milímetros y un precinto plástico. Testigos indicaron que a Ferrari lo bajaron de un auto y lo ejecutaron al lado de un contenedor de basura. Fue el quinto homicidio en las inmediaciones de los barrios Ludueña e Industrial de los 13 que se produjeron este mes.
Barrio Ludueña tiene la fisonomía de un territorio en guerra. A la distancia, en las inmediaciones de Felipe Moré y las vías, pueden observarse tres efectivos de Gendarmería con armas larga que patrullan la zona durante la mañana de este sábado. Son parte de los 50 efectivos de la fuerza federal que patrullan un territorio demencial que abarca desde Santa Fe hasta Sorrento. Y de Provincias Unidas hasta las vías paralelas a Felipe More. Veinticinco hombres para Ludueña. Veinticinco hombres para Empalme Graneros. Patrullajes en 12 horas para un territorio en el que se concentran un 20 por ciento de los 175 asesinatos en el 2022.
Los vecinos contaron que “los pobres pibes patrullan a pie, con algún vehículo de apoyo, pero por lo general escuchan los disparos y salen a la carrera. A pie. Hacia el lado que escuchan los disparos. Así, es muy difícil que puedan prevenir algo”, contó un residente. Esta patrulla estaba escoltada por una chata de Gendarmería y otra de la policía. García Manzo es una cortada de dos cuadras que corre entre las vías. Una paralela a calle Rafaela/Tupac Amaru y la otra paralela a calle Cuba. "Este es otro mundo. Y da miedo decirlo. Del otro lado de la vía está la zona más compleja y violenta. Hasta ahora no nos había tocado”, explicó una vecina mientras observaba el patrullaje de los gendarmes por Felpe Moré. “Del otro lado de la vía”, como relatan los vecinos, está la cancha de Tiro Federal y la escuela primaria 1.027, “Luisa Mora de Olguín” y la 3.127 “Don Bosco”, en Humberto Primo y Camilo Aldao. Otro epicentro de violencia territorial que motivó que este sábado a media mañana tuvieran que desplegarse al menos 15 gendarmes para custodiar las inmediaciones de la primaria “porque en la escuela hay clases de música y la directora pidió la custodia”, según explicó, amablemente, uno de los efectivos en una de las esquinas.

Territorio a la vista Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y el Ministerio de Seguridad de la provincia coinciden en referir que el 70 por ciento de los delitos con arma de fuego se concentran en un 14 por ciento del territorio del departamento Rosario. Y como buena parte de los barrios bajo fuego, la referencia a “Dios” se ha vuelto una costumbre de uso y costumbre. “Si Dios quiere la cosa va a mejor”; “Gracias a Dios no pasó algo peor”; “Pobre pibito, está en manos de Dios”, "Gracias a Dios esta zona es mucho más tranquila”. Cúmulo de frases con inspiración religiosa en la que esta vecindad se recuesta para poder seguir.
Este viernes por la tarde, alrededor de cincuenta personas se convocaron en la plazoleta de Vélez Sársfield y Magallanes, donde hace una semana asesinaron Esteban Fernando "Chuchu" Cuenca, para pedir “paz y seguridad”. Una de las convocantes dijo: “Ludueña antes era nombrado por la inseguridad más que nada, pero ahora, el narcomenudeo manda en nuestro barrio. Hoy Ludueña es Ucrania. Es lamentable porque nuestros hijos no pueden salir a la vereda, no pueden ir a las plazas porque hay chicos vendiendo drogas. Nadie hace nada, a nadie parece importarle”.
El homicidio de Alan Agustín Ferrari, este viernes por la noche, integra la lista de 41 crímenes ocurridos en cuatro barrios vecinos: 3 en Larrea, 4 en Industrial, 10 en Empalme Graneros y 24 en Ludueña. Todos mediante el uso de armas de fuego y la gran mayoría vinculado a disputas por el narcomenudeo. Según pudo establecerse a partir del diálogo con vecinos e investigadores Ferrari era familiar o allegado a Mauro Gerez, un CEO narco quien en junio fue imputado por integrar una asociación ilícita manejada desde la cárcel de Piñero por Andy Fabián Benítez y Julián Aguirre, que además de vender drogas se dedicaba a extorsionar a vecinos y comerciantes del barrio Ludueña. Esta banda trabaja como franquicia de la banda Los Monos y está enfrentada con las huestes de Francisco “Fran” Riquelme por el intento de asesinato de Mariana Ortigala testigo clave en el juicio que terminó con condena a prisión perpetua para Esteban Lindor Alvarado. Pero los vecinos de Ludueña refieren que además de la pelea macro, entre las grandes marcas ya mencionadas, hay internas entre sicarios y tiratiros con la misma pertenencia de banda.
Según pudo saberse, el 22 de julio pasado Ferrari fue denunciado por haber baleado una casa en Teniente Agnetta al 200, a unas nueve cuadras de donde el pibe fue ejecutado al lado de un volquete de basura. Las últimas horas de Ferrari son el eje de la investigación en manos del fiscal Ademar Bianchini. “Este pibe soldadeaba para una de las bandas que se cagan a tiros a toda hora y en todo lugar en el barrio”, explicó una residente.

Efectivos de Gendarmería patrullando este sábado en García Manzo y Matienzo, a cien metros de la ejecución del viernes por la noche.
La ejecución
Alrededor de las 20 las detonaciones rompieron la calma de la cortada García Manzo y Matienzo. “No quiero hablar mucho. Escuchamos los tiros y el chasquido de las ruedas de un auto que salía arando. Cuando salimos estaba el pibe tirado. Tenía las manos atadas con precintos plásticos. Fue muy raro porque hasta las 18 se veía circular a los gendarmes. ¿La policía? Nada de nada. No pasan. No salen de la 12ª, que es todo un tema”, explicó un vecino. La 12ª está ubicada a 15 cuadras de la escena del crimen de Ferrari.
Revisado el cuerpo por el médico policial en el lugar constató “que presentaba heridas y lesiones, golpes en su cuerpo, y múltiples heridas de arma de fuego en el cráneo”, según se informó desde el área de prensa de la Fiscalía Regional 2ª. Otros investigadores reconocieron que antes de ser ejecutado Ferrari fue torturado “un rato largo”. El cuerpo fue derivado como estaba, vestido por completo, al Instituto Médico Legal (IML) para que le fuera realizada la autopsia de rigor.
El fiscal Ademar Bianchini ordenó que efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) trabajaran en territorio realizando levantamiento de rastros, pericias fotográficas, planimetría, relevamiento de cámaras de videovigilancia de zona de influencia (que a simple vista no se visualizaban), toma de testimonios a vecinos de la zona en la búsqueda de datos para determinar la mecánica de los hechos.
Comments