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Lo acribillaron de cinco disparos en la puerta de su casa y frente a la familia.

  • Foto del escritor: Charles Gutierré
    Charles Gutierré
  • 10 oct 2021
  • 4 Min. de lectura

Mauricio López recibió cinco balazos en calle 1758 al 2100, en el barrio Santa Lucía. El robo de un celular y la venta de drogas aparecen como hipótesis.

El hombre fue llevado al Policlínico San Martín pero llegó sin vida Archivo Domingo 06 de Septiembre de 2020 Santa Lucía es uno de los barrios periféricos de Rosario donde la gente teme más morir atacada a balazos que contagiada por el coronavirus. La noticia ayer en el barrio no era que en el marco de la pandemia la ciudad había retrocedido a fase de aislamiento sino que habían matado a un vecino con cinco balazos. El hombre asesinado se llamaba Mauricio López, tenía 32 años y según la gente del lugar respondía al apodo de “Narigón”. Sobre su muerte hay dos versiones contrapuestas. Una, la suministrada por su esposa, que dijo que el hombre fue asesinado en medio del arrebato de un celular en la puerta de su casa. La otra, brindada por algunos vecinos, indica que “Narigón” fue ejecutado en medio de una discusión en medio de la venta de drogas en el barrio. Las dos relatos con un mismo final: López murió tras recibir cinco impactos calibre 9 milímetros en el tórax y ambas piernas.


Calle 1758 corre paralela a Colombres, en el extremo norte del barrio Santa Lucía, y es una cortada de dos cuadras. A la altura del 2100, a mitad de cuadra, Mauricio López y su familia tienen una pequeña granjita. El local está a unos 70 metros de la Escuela Secundaria Orientada Nº 569 “Carlos Fuentealba”. La sola pregunta a distintos vecinos de dónde había sido asesinado López marcaba en sus rostros la cautela que da el temor y el tratar de evitar problemas. “¿Usted tiene la autorización de la familia para preguntar dónde viven?”, preguntó una mujer a este cronista. La respuesta fue lógica, ya que hasta ese momento no había podido localizar el lugar. La mujer estaba parada a 50 metros de la escena del crimen y del lugar donde vivió hasta el viernes a las 20 Mauricio López.


A mitad de cuadra el clima empeoró. “No queremos hablar”, dijo un muchacho que se presentó como uno de los hijos de la víctima. Fue entonces que un grupo de muchachos intervino y en seco marcó territorio: “No tenemos humor para hablar. No es momento”, dijo ásperamente uno de los hombres que esperaban en las inmediaciones de la vivienda. Así esta crónica quedó en medio de dichos y trascendidos sin posibilidad de que los familiares pudieran plantear su verdad. La versión oficializada en un principio es la que la esposa de López dio tras el bestial ataque. Según sus dichos el hombre estaba junto a ella y uno de sus hijos cuando dos muchachos le estaban ofreciendo un celular a la venta. Fue entonces que por el lugar pasaron dos hombres en una moto Honda Wave negra que se estacionaron frente a la granja de la familia. El acompañante bajó haciendo el ardid de que iba a comprar algo en el negocio. En un descuido le arrebató de las manos el celular a “Narigón”, subió a la moto y con su compinche emprendieron la fuga. López salió a correrlos y en ese momento el acompañante lo acribilló. En la escena la policía recogió ocho vainas servidas calibre 9 milímetros. López recibió cinco heridas y murió cuando era trasladado por vecinos al Policlínico San Martín.

El otro relato sobre el asesinato de López lo dieron vecinos de las inmediaciones que conocen las dinámicas del barrio y enmarcaron el crimen en la pelea por el control territorial de la narcocriminalidad. Una disputa por un territorio, el de Santa Lucía, que está bajo disputa. “Este pibe estaba aparentemente, vendiendo. Parece que le advirtieron que dejara de vender, no dio bola y se la fueron a poner. Eran dos motos, una paró frente a donde estaba; preguntaron si era «Narigón» y le dieron con todo. Cayó al piso y lo remataron frente a la familia”, explicó un residente.

“Hace unos meses que vienen marcando territorio. Balearon a una parejita que vendía. Después a otro que vendía sin autorización. Y ahora a «Narigón», al que ya le habían dicho y se la dieron frente a la familia”, indicó otro vecino. Otro residente recordó que “hace un año y medio hubo un operativo en la cuadra” donde vivía López. Entonces efectivos de Comando llegaron buscando a “Narigón”, quien había sido denunciado por una mujer que dijo que López le había baleado el portón de su casa y golpeado a uno de sus hijos. Y que cuando la mujer fue a pedirle explicaciones López le mostró un arma de fuego. El hombre fue demorado por los policías y posteriormente liberado.

“Este pibe no era ningún manco”, relató el vecino que recordó aquel caso. El asesinato de Mauricio López es investigado por el fiscal Alejandro Ferlazzo, quien comisionó a efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC, ex PDI) para que trabajaran en el territorio recabando testimonios y relevando la existencia de cámaras de videovigilancia en las inmediaciones, que a simple vista.

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