El oscuro pasado de Pichincha regresa con un nuevo documental
- Charles Gutierré
- 14 sept 2022
- 5 Min. de lectura
Kevin Dolce estrenó "Pichincha, el barrio de los burdeles" en su canal de YouTube Rosario por Conocer y en colaboración con el Museo de la Ciudad
Por Rodolfo Bella / 13 de septiembre 2022·03:00hs

El barrio Pichincha, transformado en la actualidad en uno de los destinos predilectos para las salidas gastronómicas, no oculta su pasado prostibulario. Ornamentaciones en código que sobreviven en algunas fachadas, además de las investigaciones que documentan ese faceta del lugar, dan cuenta de una época en la que la zona era un imán para los mafiosos y el comercio sexual.
A esas obras -el libro “Prostitución y rufianismo”, de Rafael Ielpi y Héctor Zinni, y la película “El Paraíso” de Fernando Sirianni y el rosarino Federico Breser, estrenada el jueves último, entre otros trabajos sobre el tema- se sumó el documental “Pichincha, el barrio de los burdeles”, de Kevin Dolce. El creador del canal de YouTube Rosario por Conocer contó a Escenario cómo fue el abordaje de un tema que atraviesa la historia de la ciudad. ¿Cómo surge la idea del documental sobre Pichincha? El Museo de la Ciudad está llevando a cabo la muestra “Pichincha, historia de la prostitución en Rosario 1914-1932” que se va a exhibir hasta marzo de 2023. Al director del museo, Nicolás Charles, conociendo mi trabajo y después de ver lo que hice con el de La Favorita y el Parque Independencia, le interesó que haga un documental sobre este tema que es el período que abarca la muestra. Yo fui un poquito más allá de ese período, cuando la prostitución tuvo una nueva reglamentación por parte de la Municipalidad, así que fui desde los orígenes, que es en la década de 1870. Desde Rosario por Conocer es un tema que tenía interés en abordarlo en algún momento. No lo pensaba para este año porque es un tema muy extenso, pero surgió esta propuesta y dije que sí porque obviamente me interesaba mucho. La idea fue hacer como una especie de recorrido cronológico sobre el tema a modo también de un resumen.
¿Por qué perduró el nombre de un barrio donde se confinaba lo que existía, pero no se reconocía como propio? Creo que más que nada perduró por lo que fue, por lo que significó sociopolíticamente y económicamente también, y es algo que quedó grababo y escrito en la ciudad y en la sociedad. Que el nombre del barrio siga siendo Pichincha creo que va más por ese lado, como una especie de tener presente ese pasado. ¿Por qué creés que el pasado prostibulario de Rosario es un tema abordado con regularidad? Creo que porque es un tema muy extenso y que aborda muchas aristas que no sólo tienen que ver con netamente la prostitución, dado que están involucrados muchos temas sociales. El mismo desarrollo de la ciudad estuvo pensado en cuanto a eso ya que las primeras reglamentaciones que hubo desde 1874 y que después fueron sufriendo modificaciones eran pensadas alejando a las zonas prostibularias del centro. La idea era pensar estos burdeles por fuera de esos perímetros y así la fueron moviendo hasta que terminaron dejando la zona de Pichincha como esa área exclusiva para la prostitución.
Todo esto repercutió y tuvo incidencia en el desarrollo social, político, económico dado que la llamada clientela cautiva o los mayores frecuentadores de los prostíbulos era la gran masa obrera que circulaba por el ferrocarril o el puerto y fábricas y talleres que había por toda la zona donde llegaba muchísima gente de afuera. Por todo esto considero que es un tema que esbozándolo es muy profundo y desde donde lo vea siempre va a requerir un abordaje exhaustivo. Por todas las implicancias y la relevancia que tuvo en la historia siempre se puede volver a abordar el tema.

Kevin Dolce, autor de trabajos audiovisuales sobre lugares y hechos emblemáticos ocurridos en Rosario. En el documental mencionás a Virginia Bolten como una militante por los derechos de las mujeres. ¿Su actividad fue un temprano llamado de atención sobre la problemática de los abusos contra las mujeres?
La actividad de Virginia Bolten fue temprana para el movimiento de mujeres en sí mismo. En ese entonces no era considerado ni existía el término feminismo, independientemente de que hoy sí se puede interpretar desde esa perspectiva. Pero ella fue una pionera en la lucha sobre los derechos de las mujeres y realmente se ha destacado por justamente enfrentar una sociedad, una cultura y unos mandatos que no eran nada fáciles y que inclusive le terminó valiendo que la expulsen del país.
¿Denominar casas de tolerancia a los prostíbulos fue una forma elegante de perpetuar la actividad y los negocios que se hacían a expensas de las mujeres?
Sí, creo que se hayan llamado casas de tolerancia es capcioso, termina escondiendo algo detrás de esa terminología porque el hecho de que se denomine tolerancia era como tolerar dentro de esos lugares lo que fuera de los mismos no era aceptado o bien visto. Era una manera de esconderlo de la sociedad, obviamente haciendo abuso de las mujeres y violando cualquier tipo de derechos.

Rosario fue la primera ciudad de Argentina donde se implementó una normativa sobre el ejercicio de la prostitución y el funcionamiento de las llamadas casas de tolerancia. ¿Cómo ves aquella realidad de precariedad y explotación en el contexto de la actualidad marcada por los movimientos por los derechos de las mujeres?
Creo que eran hechos totalmente repudiables. La trata de personas fue algo gravísimo que existió y sigue existiendo y que el mismo abolicionismo no hizo que deje de pasar. El hecho de que en 1932 se hayan derogado las reglamentaciones impuestas por la Municipalidad que justamente permitían el desarrollo de la actividad prostibularia, no hizo que deje de pasar sino que fue exactamente a lo que pasaba de manera legal, si se quiere, y entre comillas, porque lo que estaba encuadrado dentro del marco de la legalidad también se veía atravesado por muchas situaciones de corrupción y de coimas. Lo que se les exigía a los lugares que cumplan no lo cumplían o se hacía la vista gorda, pasaba de largo.
Justamente que haya sido derogado no hizo que deje de pasar y no impidió que fuera una problemática que se mantuvo y se mantiene a través de las décadas. Por suerte hoy los espacios de visibilidad son mayores o son más las personas que pueden llegar a escuchar lo que no deja de ser un tema que la misma sociedad sigue replantentándoselo, pero eso no es sólo a nivel local, sino que es algo que pasa en todo el mundo.

¿Cómo se asocia la carrera que elegiste, Psicología, con tu actividad como historiador? En realidad no soy historiador, no estudié ni estudio Historia. En todo caso me definiría como un aficionado a la historia de Rosario. Aclarado eso, constantemente relaciono la psicología a la historia. Todo lo que hago está pensado o lo pienso desde un lado psicológico desde el abordaje, qué relación tenían estos hechos históricos con la sociedad, qué impacto tenían a nivel social y cultural, cómo fue modificándose. Las mismas maneras o perspectivas de pensar y ver las cosas, las interpretaciones que se realizaban sobre determinados hechos, son todas cuestiones que siempre las pienso desde el lado psicológico e inclusive a la hora de transmitir lo que hago trato que tenga un sesgo psicológico o una parte al menos, con la idea de que no hay nada que esté hecho al azar.
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