Bajo Ayolas: matan en un pasillo a un muchacho que "no era del barrio"
- Charles Gutierré
- 23 ago 2022
- 3 Min. de lectura
Cristian Bustos, de 24 años, fue asesinado la tarde del sábado de un tiro en la cabeza. Los vecinos no lo conocían pero vinculan el homicidio con la venta de droga.

Bustos fue ultimado de un balazo en un pasillo del Bajo Ayolas
A dos meses casi exactos de la muerte de una mujer en un pasillo del Bajo Ayolas, Cristian Ismael Bustos recibió un tiro en el cráneo. Según los primeros pasos de la investigación la víctima, de 24 años, podría ser un comprador de drogas o estar involucrado en una banda de narcomenudeo. “No es un pibe del barrio, al menos en esta zona de Tablada no lo conocemos”, dijo un vecino.
La zona donde Ayolas desemboca en la colectora de Circunvalación es una suma de pasillos laberínticos que se conectan entre sí. Durante años vivieron las mismas familias, pero hace un tiempo los vecinos se quejan de haber sido copados por delincuentes que se dedican al narcomenudeo.
Los pasillos son angostos y conducen a viviendas precarias de material. Entre esos recovecos se mezclan las familias de trabajo con la venta de drogas y los soldaditos de pequeñas gavillas barriales. Pasadas las 19 del sábado, los vecinos que viven a unos 30 metros de la entrada al pasillo escucharon un solo tiro. Los que se asomaron vieron el cuerpo de Bustos tendido en el piso y con un tiro en la cabeza. Minutos después llegó al lugar un móvil policial. Los efectivos constataron la muerte de Bustos y no hallaron vainas servidas en la escena.
Al recorrer la zona durante la tarde de ayer podían escucharse comentarios similares. “Fue por merca y el chico no era de acá. Está muy pesado y estamos cansados de vivir así, pero acá no viene ni policía ni gendarmería. Y ellos sí saben dónde venden”, coincidían vecinos. Según fuentes judiciales sería “muy probable que este muchacho haya llegado hasta allí a comprar drogas”. “Es una cagada vivir así. A este pibe lo venían marcando, un solo tiro y en la cabeza, se acabó el problema”, dijo un vecino que vive en el mismo pasillo en que, a menos de diez metros de distancia mataron a dos personas este año.
El tercer crimen En efecto, el de Bustos fue el tercer crimen del año en este asentamiento. En marzo Elizabeth Jazmín Arminchiardi, de 18 años, murió producto de varios balazos pero en otro de los pasillos del asentamiento. Su madre Silvia C., de 43 años, quedó herida y Vladimir, un niño de 12 años, recibió algunos balazos en las piernas.
Y en junio pasado murió en el lugar Soledad Maciel, a menos de diez metros de donde mataron a Bustos. La joven vivía con sus tres hijos y su pareja en La Ribera y Nogués, una de las zonas más humilde de Villa Gobernador Gálvez.
El relato de testigos en esos días fue que un auto llegó al ingreso del pasillo, se bajó un hombre que apuntó contra la mujer y disparó sin más. “Fue con una ametralladora, en un segundo”, dijo un muchacho que vive en lo alto de uno de los pasillos.
“Cuando bajé vi a la chica tirada ahí y volví a subir temblando. Bajé porque me habían dicho que era una amiga. Era impresionante la cantidad de balazos que tenía. No quise mirarle el cuerpo pero en las piernas tenía muchos disparos”.
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