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Foto del escritorCharles Gutierré

Turismo Purmamarca

Purmamarca tiene la particularidad de ser atractiva desde cualquier lugar desde donde quieras abordarla.

Sus calles angostas de tierra y casas de adobe aún se conservan y conviven con nuevas construcciones buscando mantener este delicado equilibrio y simpleza con el entorno natural del paisaje.

El pueblo se forjó a través de la ganadería y la agricultura, predominando en su paisaje las “casas quintas”. A través de los años, con el desarrollo del  turismo en la provincia, esta pasa a ser la actividad económica por excelencia en la localidad, donde el 80 por ciento de la población se dedica a la misma. Gran número de las viviendas agropecuarias se utilizan como emprendimientos turísticos.


El turismo cultural se vincula a sus más sagradas tradiciones y celebraciones donde podés tomar contacto directo con las creencias de la comunidad. La riqueza de este pueblo reside en la preservación y trasmisión de su cultura de generación en generación.

Hoy conviven armoniosamente cultos provenientes de la fe católica y de las comunidades originarias. En distintas celebraciones católicas se celebra el culto a la pachamama. Durante el mes de agosto se ofrendan a la madre tierra comidas y bebidas típica como una forma de agradecer las cosechas recibidas.

El 30 de agosto se realiza la Fiesta Patronal en Honor a Santa Rosa de Lima, donde se congrega toda la comunidad de Purmamarca y localidades cercanas. La jornada se desarrolla con la celebración de la misa y el lanzamiento de fuegos artificiales al son de las bandas de sikuris.

Una de las manifestaciones culturales más tradicional es el Encuentro de Copleros  de la región que se realiza durante el mes de enero.  Otra es el Carnaval jujeño, una fiesta tradicional familiar que se celebra 40 días antes de la Cuaresma e inicia con el Carnaval Grande donde se realiza el “desentierro del diablo”. Durante toda la semana podés ver a las comparsas, sus bailes, y el momento cuando se marca el ganado, acompañados al ritmo musical de cajas y erquenchos.

El turismo gastronómico también se fusiona en perfecta armonía con los atractivos de la zona, y da por resultado una auténtica cocina regional. Ensamble de sabores y recetas de pueblos originarios con la cocina española.  Cazuela de carne de llama, cazuela de cordero, choclo con queso de cabra y habas, papas andinas en todas sus variedades, humita, tamales, locro y preparaciones a base de quinua como empanadas, cazuelas, panes etc. son algunas de las especialidades que podés degustar en Purmamarca.

Purmamarca es un destino en el que además vas a apreciar la calidad en sus servicios. Los prestadores vienen trabajando desde hace varios años en programas de calidad a través del Sistema Nacional de Calidad Turística,  a fin de brindarte una estadía placentera. Para más información, podés consultar el siguiente link http://www.turismo.gov.ar/calidad/calidad-en-turismo

¡Qué mejor que sus propios habitantes nos transmitan la mística y esencia que hacen de este lugar un pueblo auténtico, único de Argentina y del mundo!


Acerca de su historia

La Quebrada de Purmamarca se abre en la pared oeste de la de Humahuaca y llega hasta ella después de un recorrido de 50 km. partiendo de los 4.200 m. de altura, en el Abra de Pives por la que se baja desde la Puna. En el primer plano unas formas montañosas menores ofrecen un rojo tan intenso y morfológicamente tan variado que llegan a definir un paisaje excepcional en medio de una región que se distingue por su cromatismo exuberante.

Santa Rosa de Purmamarca

Fue el pueblo de indios más tardío en su conformación. El espacio elegido para levantarlo fue en las márgenes del río de Purmamarca, a una legua del sitio en el que la quebrada que lleva su mismo nombre se encuentra con la de Humahuaca. Fue uno de los últimos de la región, ya que recién fue fundado por su tercer encomendero, Martín de Argañaraz.

Desde su fundación tanto la iglesia como el pueblo fueron puestos bajo la advocación de Santa Rosa de Lima, este hecho indicaría que la misma  se realizó en la segunda mitad del siglo XVII, ya que Santa Rosa de Lima fue canonizada en 1671.La gente de la encomienda de Purmamarca poseía tierras antes de la fundación del pueblo colonial, ya que en 1612, cuando el visitador Alfaro ratifica la posesión de las tierras de comunidad de los integrantes de Tilcara, convoca al cacique de Purmamarca como vecino a fin de que controlara la posesión, aunque no sabemos si la mantuvo a lo largo del siglo XVII.La parcialidad de los Purmamarca fue una de las que integró la entidad cultural más amplia de los Omaguaca y fue conquistada y encomendada luego del episodio en el que se enfrentaron, a fines del siglo XVI, el fundador de Jujuy, Francisco Argañaraz con Viltipoco, el cacique de los Purmamarca.

El poblado mismo es caso típico de pueblo de encomienda asentado probablemente en el mismo lugar en donde estuvo el viejo pueblo prehispánico y en el cual la iglesia, edificada en su borde, fue junto con la plaza, punto de partida y modelo para la modificación gradual del aspecto del poblado.

El plano de Purmamarca muestra una clara organización centrífuga de calles ortogonales a partir de los dos módulos casi iguales de la iglesia – atrio y de la plaza. Esta traza quedó así reorganizada a finales del siglo XIX, mientras que el “amojonamiento y deslinde del pueblo se concretó en 1858.En 1913, por Ley N° 227, la Legislatura de la Provincia nombró la primera  Comisión Municipal de Purmamarca.

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