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Foto del escritorCharles Gutierré

¿Sabías que en Argentina hay un campo de meteoritos?


Lo llamaron “El Chaco”. Lo desenterraron en 1980 y pesa 37 mil kilos. Es el tercer meteorito más grande del mundo. No fue el único. Los pueblos originarios ya señalaban este lugar como un espacio diferente, del que caían cosas de allá arriba, de ese cielo inmenso que lo cubre todo en esta tierra verde y roja de la región chaqueña que limita con Santiago del Estero. Hoy hay un centro de interpretación y una fiesta nacional. Un lugar ideal para los aficionados a la astronomía, la geología y – ¿por qué no? – a los misterios. Es que hace cuatro mil años, la lluvia de meteoritos que cayó en esta zona dejó su huella para siempre.

Foto: Destino Infinito


Este es el meteorito “El Chaco”. Está formado de hierro puro. Los cráteres que dejaron se ven en un área de 18 km de largo por 4 de ancho. Se han estudiado unos 20 cráteres.


Su nombre formal es «Parque natural cultural Pigüen N’Onaxa«. Todo en su conjunto tiene un enorme potencial turístico que todavía no explota en su totalidad pero que tiene varios condimentos: el paisaje de monte, único, inmenso, y el atractivo de los meteoritos, como fenómeno geológico y también cultural. Está en el Paraje Las Víboras, a 15 kilómetros de la ciudad de Gancedo.

Foto: Destino Infinito


Hasta ahora llegan unas 700 personas al mes, que vienen de diferentes lugares atraídos por algunas informaciones que leen por ahí. Es un lugar poco conocido, de esos destinos diferentes que luego disfrutás de describir en las reuniones. Siempre suena interesante si alguien dice: “Sí, estuve en el campo de meteoritos”… ¿O no? Acá han venido a lo largo del tiempo misiones de la NASA para estudiarlos. En el 2007, por ejemplo, encontraron uno gigante y fue noticia mundial. Es que aquí, en Chaco, encontraron también al segundo meteorito más grande del mundo (El primero está en Namibia)

La Fiesta Nacional del Meteorito se hace en septiembre, en Gancedo, y aprovecha esa característica única para celebrarlo.


Mirá, acá hay un registro del mito Mocoví (el pueblo que habitó esta región) de lo que llamaron la caída del sol, hecho por el misionero jesuita Guevara en 1764:

“…entonces fue cuando por todas partes corrieron inundaciones de fuego, y llamas que todo lo abrazaron y consumieron; árboles, plantas, animales y hombres. Poca gente mocoví, por repararse de los incendios, se abismaron en los ríos y lagunas, y se convirtieron en capiguarás y caimanes. Dos de ellos, marido y mujer, buscaron asilo en un altísimo árbol, desde donde miraron correr ríos de fuego que inundaban la superficie de la tierra; pero impensadamente se arrebató para arriba una llamarada que les chamuscó la cara y convirtió en monos…”

¿Sabías que…

En el Planetario de Buenos Aires se encuentra uno de los meteoritos? Se trata de La Perdida y fue traído desde allá.


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