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Río Gallegos

Última gran urbe del territorio continental argentino, paraje previo en la partida hacia el fin del mundo, la ciudad de Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, aparece encantadora y desafiante a las costas del río de su mismo nombre que la agasaja con numerosos atractivos, convirtiéndola en un centro turístico destacable.

Poseedora de una infraestructura receptiva de nivel y de opciones gastronómicas múltiples, Río Gallegos ofrece a quienes llegan hasta su territorio patagónico todo el confort y la comodidad, sumando a ello una variada cantidad de alternativas y circuitos que nadie querrá perderse.

Prometedora de experiencias inolvidables, Río Gallegos pone a disposición de sus visitantes una amplia cartelera turística incluyente de espacios culturales, históricos, naturales y paisajísticos. Así, el descubrimiento de este magnífico lugar puede iniciarse en recorridos por los más diversos museos y sitios de importancia histórica para la región, continuándose un poco más allá en un sensacional paseo por la Costanera Ángel Sureda, donde la belleza panorámica se conjuga con incomparables sensaciones.

Alejándose apenas unos kilómetros del núcleo urbano, otras tantas propuestas se abren paso ante el turista. Lugares de ensueño como Punta de Loyola, que es muchas cosas a la vez y donde todo puede suceder; o la volcánica Laguna Azul, donde el contraste de colores y paisajes cautivan por completo al observador; e incluso el Cabo Vírgenes, donde el disfrute va más allá de la fascinación para chocar con realidades increíbles como un antiguo cementerio, y avistajes incomparables como el de miles de pingüinos en etapa de reproducción.

Tranquilos y silenciosos pesqueros, perfectos para la captura de especies marítimas; y estancias turísticas donde vivenciar excelentes jornadas rurales conociendo los secretos del campo y sus actividades cotidianas; completan la oferta de Río Gallegos, siempre permeable a nuevas incorporaciones.

Tan apasionante como serena, la capital de Santa Cruz es el sitio ideal para descansar, pasear y deleitarse sin límites ni preocupaciones.

Historia El tiempo y la falta de datos concretos han permitido la diversificación de versiones alrededor del nombre de esta ciudad y el río a la vera del cual se alza. De este modo, si bien no se puede distinguir con claridad si fue el cronista de la expedición de Magallanes quien dejó sentado que el nombre del lugar debía ser Gallegos, debido a que ese era el apellido del piloto de la embarcación “Trinidad” que había llegado a aquellas aguas por el año 1520; o si fue Simón de Alcazaba quien llegado a estas costas en 1535 decidió llamarlo así; lo que sí puede afirmarse es que pasaría desde entonces mucho tiempo hasta que la zona comenzara a tener presencia.

Río Gallegos nacería recién en 1885 al instalarse la Subprefectura Marítima, con el firme objetivo de preservar la Soberanía Nacional en las costas patagónicas; no obstante pasarían sólo tres años para que el entonces Gobernador del Territorio de Santa Cruz, Don Ramón Lista, decidiera trasladar la Capital desde la actual localidad de Puerto Santa Cruz hacia la naciente Río Gallegos; situación que sería reconocida oficialmente en 1904.

Turísmo Alternativo Las aguas del río Gallegos golpean las costas de la ciudad incitando al disfrute pleno de los atractivos que engalanan a la capital de la provincia de Santa Cruz. Mixtura de río y mar, paisajes deslumbrantes, combinación de naturaleza y cultura, calles escritas de historia, serenidad y silencio; Río Gallegos es más que una alternativa relajante, es el destino turístico del descanso y la satisfacción. Iniciando la travesía en el núcleo urbano, la ciudad de Río Gallegos extiende orgullosa sus múltiples y variados museos protectores del pasado, el arte y las tradiciones. Monumentos, paseos conmemorativos, sitios de importancia, la historia también ha dejado sus huellas, y el visitante las hallará a cada paso. Pero un poco más allá, donde la Costanera cautiva las miradas y domina las sensaciones, la cultura pareciera desembocar en el río provocando una extraña composición que, a partir de aquí, tentará al turista a descubrir en cada paisaje los secretos del ayer y la realidad del hoy. Contemplación de las maravillas naturales; avistaje de pingüinos, gaviotas y cormoranes; práctica de pesca deportiva de codiciados ejemplares marítimos; Punta Loyola es más de un atractivo a la vez, y es una opción que nadie se resiste a conocer. Otro espacio de encanto semejante es la volcánica Laguna Azul, sin embargo habrá que haber llegado hasta Cabo Vírgenes para creer haberlo visto todo.

Paisaje magnífico, simbolismo histórico, resguardo de miles de pingüinos, Cabo Vírgenes es la excursión por excelencia de la ciudad de Río Gallegos, tanto como la pesca es su máxima actividad. Y porque en Río Gallegos todo tiene relación con todo, entre las Estancias Rurales -su otro aspecto turístico de importancia- también aparecen centros de pesca. Es el caso de Güer Aike; mientras Hill Station se especializa en cabalgatas y equitación; y Monte Dinero ofrece la posibilidad de conocer y participar de las tareas de campo

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