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Foto del escritorCharles Gutierré

La locrera de Quilino


Enviado por Benita Cuellar  Desde Córdoba  E-mail: benita.cuellar@gmail.com

Para doña Amanda el 17 de agosto es un día especial. Lo espera todo el año porque es el día del patrono de Quilino. Bien temprano en su casa, “los amargos” marcan el comienzo de la jornada tan ansiada. Ella, como buena serrana, dice que la peperina en el mate es indispensable, que le da ese gustito especial para empezar la mañana.

Con su mate en la mano y la mirada puesta en el horizonte, piensa en los ingredientes que llevará el locro.


Sabe que más allá del zapallo, los porotos y los cueritos de chancho, el elemento fundamental para el guiso es el amor. Ese cariño que le ponen las abuelas a las comidas, esas que no se compra en ningún lado.


Ese domingo el pueblo se verá invadido de fieles que creen en San Roque. Vendrán desde lejos para agradecer y pedir al santo de los enfermos.


Doña Amanda prepara su mejor delantal. El que cosió con sus propias manos. Se calza las zapatillas más cómodas para estar bastante tiempo parada al lado del calor. Ya juntó las mejores ramitas y los troncos especiales de chañar para preparar el fuego.


Después llegan los muchachos para hacer asado. Seguramente Amanda murmura en voz baja que “la gran estrella” para los visitantes será el cabrito, pero a la vez piensa que el locro tiene asignado el segundo lugar por ser una comida típica.


A media mañana, mientras prende el fuego para cocinar el locro, ve llegar a los peregrinos. Estos pasean por la feria, en donde hay de todo: sombreros, anteojos, muñecos de Barney, discos de la mona, artesanías. “La locrera de Quilino” entiende por su experiencia que al mediodía la salsa debe estar lista y los porotos bien cocidos.


En cada plato que sirve, doña Amanda entrega un pedazo de su vida.

Ella, como todos los fieles, viste la mejor ropa, el mejor peinado y los mejores zapatos para la peregrinación. Amanda es una más de las cinco mil personas que le piden al santo un buen año, más venturoso y que traiga salud para todo el mundo.


El sol cae en el norte de Córdoba. La fiesta se está terminando pero la “locrera de Quilino” ya piensa en el próximo locro.


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