Algarrobal Viejo
Los habitantes de Algarrobal Viejo, un pueblo ubicado en el límite entre Santiago del Estero y Salta, viven de sus bosques, un modo de vida casi extinto en Argentina. En los últimos 4 años, una empresa privada comenzó a desmontar la zona con el fin plantar soja. En dialogo con Ipodagua.com.ar, Cristian Abdala, Herpetólogo e investigador del CONICET sostuvo: “se está perdiendo un estilo de vida y cultural que Argentina tiene que conservar”.
Las tierras pertenecientes al Campo El Suncho son aprovechadas por los vecinos de Algarrobal Viejo, un pueblo ubicado en el límite entre Santiago del Estero y Salta, desde hace más de cien años, donde realizan formas tradicionales de subsistencia, un modo de vida casi extinto en Argentina. La empresa Rumbo Norte, mediante sus actividades de desmonte en el campo El Suncho para plantación de soja está llevando al pueblo a su desaparición, sin darle oportunidad alguna a la gente de decidir u opinar si quiera sobre dichas actividades agropecuarias.
Ipodagua.com.ar se contactó con Cristian Abdala, Herpetólogo e investigador del CONICET, que además integra la Cátedra de Biología de la Conservación, en la Universidad Nacional de Tucumán, y desde allí se está acompañando a los vecinos para que se frenen los desmontes: “Hace años que estamos trabajando junto al pueblo en lo que respecta a la subsistencia, ya que Algarrobal Viejo es uno de los pocos pueblos en Argentina que vive y sobrevive gracias al uso del Bosque desde hace más de cien años. Pero lamentablemente este bosque, por intereses económicos está siendo desmontando de manera muy despiadada y desmedida”.
Los habitantes de Algarrobal, junto a pobladores vecinas hace aproximadamente 4 años iniciaron una lucha en defensa de su estilo de vida y el bosque, específicamente por el campo El Suncho –Ubicado en territorio salteño-, que pertenece a la empresa Rumbo Norte. “Este campo desde octubre del año pasado ha sido desmontando en su totalidad para plantar soja y con esto el pueblo está viendo su estilo de vida en Jaque”, explica el especialista y sigue: “El pueblo tiene ganado caprino, bovino, y todos estos animales viven en este bosque. Además en la temporada de invierno casi la totalidad del pueblo caza animales silvestres –que pueden ser conejos, mulas, suris-“. Asimismo, debido a que en la zona no hay gas natural, ni luz eléctrica como tampoco nagua potable, del bosque obtienen leña para poder cocinar: “A su vez consiguen miel, hay plantas medicinales, la relación entre pueblo y el bosque es esencial”, señala Abdala.
Uno de los datos más relevantes que provoca la grave situación de Algarrobal Viejo es que el pueblo geográficamente se encuentra en Santiago del Estero –a 1 kilometro del límite interprovincial- , pero el bosque en Salta, sobre esto el especialista explica: “este límite se hizo en 1979, entre los dos gobierno de factos provinciales que arreglaron una nueva demarcación en el cual perjudicó a Santiago del Estero. Este límite hizo que el bosque pertenezca a Salta, y Algarrobal siguió en Santiago. Con los años, el ex gobernador Romero –Salta- autorizó los permisos de desmonte y de esa manera se dio luz verde a la tala indiscriminada perjudicando directamente a pueblos como este”.📷
Históricamente el bosque estaba emplazado en tierras fiscales, pero desde hace algunos años, y de manera que aun no se ha podido constatar pasaron a manos de privados. Según el especialista el proceso fue el siguiente: “un empresario tucumano de apellido Soura, vendió 18 mil hectáreas a la empresa Rumbo Norte. Esta empresa solicitó en 2007 el permiso de desmonte, que se efectivizó el año pasado y que se está terminado de desmontar ahora”.
Según se denunció actualmente hay un sector que está plantado con soja, y están terminando de desmontar otras 15 mil hectáreas que le daría el mismo uso. Y la última indagación es que apareció un señor llamado Adrian Páez que dice ser dueño de unas 4 mil hectáreas y también quiere plantar soja. Como informamos más arriba, desde la Universidad de Tucumán vienen acompañando a los pobladores para que logren frenar el desmonte, sobre esto el herpetólogo dijo a este diario: “Nosotros estamos yendo para saber cómo se está afectado el pueblo ante el avance de esta dinámica, escuchamos las necesidades del pueblo y estamos asesorándolos con los temas legales para que ellos puedan seguir con la lucha y recuperar el bosque ya que ellos tienen los derechos posesorios”.
La situación se agrave ya que muchos de los pobladores están pensando como migrar a villas miserias de las grandes ciudades. “Es una lástima, porque es un bosque muy imponente y pintoresco. Tiene especies de árboles de más de 300 años. Más del 60 % de los bosques de quebracho se perdieron debido a la tala y el pastoreo, que no permite su renovación. También protege especies animales en peligro de extinción, como el yaguareté, el tatú carreta, el oso hormiguero grande, el loro hablador y el chancho quimilero. Una fauna imponente con un bosque chaqueño que es difícil ver en otro lado”, lamentó en el cierre de esta entrevista con Ipodagua.com.ar el técnico del CONICET.
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