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A MI QUERIDO PUEBLO DE ACEVEDO (1999)


Por Filiberto R. TORTI 

Prólogo

Animado por la alegría y satisfacción que me ha brindado la gente de mi pueblo al leer mi humilde libro "La historia de mi vida", a pedido de varios amigos me dispongo hoy a dejar algo escrito sobre el pasado de este buen pueblo, desde sus comienzos. 

No sé si Dios me dará la capacidad y el tiempo necesario para hacerlo. Acudiré para ello en algo que he podido leer en diarios y revistas del pasado; trataré de conseguir referencias de gente memoriosa de este pueblo, que tengan datos de sus padres o abuelos; buscaré acercarme a lo más cierto de la realidad. Sé que voy a pasar por alto muchas cosas y desde ya pido perdón. No es fácil para un humilde chacarero como yo, escribir una historia tan bella y tan variada como la de mi querido pueblo de Acevedo.


Por suerte tengo muchos amigos que me van a ayudar; si puedo compaginar algo de lo que estoy buscando, lo haré. Si me sale mal, vuelvo a pedir mil perdones. 


Voy a referirme más al pasado que al presente; a este lo conocemos todos. Ya en el ocaso de mi vida quiero dejar algo para el futuro de lo que fue mi querido pueblo de Acevedo, a través del tiempo. Alrededor de 120 años de historia o más, ya que en 1850 la familia Acevedo hizo construir las estancias El Retiro y La Esperanza, esta última muy cerca del pueblo, que fue cambiando de dueños y de nombres. 


Este modesto libro no pretende ser la historia, quiere ser nada más que un acto de recordación. 

Ya muchísimos años antes en nuestra gran Patria Argentina se habían formado pueblos donde vivía mucha gente, como así también en las pampas, sierras y montañas. La Argentina se hizo grande. Dentro de ella, como un granito de arena, nació Acevedo en campos llenos de pastizales, con animales salvajes, algunos indios y arroyos que surcaban los campos llevando agua, elemento esencial para la vida.


Introducción 

De qué nació Acevedo. 

Acevedo nació de la tierra ardiente, fría o empolvada del viento fuerte o suave, entre pastos fuertes y cardales, en una pequeña parte de las inmensas llanuras de nuestra patria. 


Acevedo nació del vientre de mujeres como de bronce, que acompañaron a hombres valientes en la lucha por sobrevivir. 

Ya en la tercera parte del siglo pasado empezaron a sacarle producto a estas tierras vírgenes, construyendo sus ranchos de paja y barro, trabajando la tierra en forma muy precaria con arados de madera tirados por bueyes y sembrando a mano. 


¿Todavía habría indios?. Que en realidad fueron los primeros habitantes de nuestras pampas, pero para esa fecha ya existían escrituras que marcaban las propiedades de estas tierras. 


Entre ellas se encontraban la de los Acevedo. Don Pedro José Acevedo ya residía en esta zona desde principio del siglo pasado. 

Con mucha nostalgia, llamo a la reflexión de la juventud estudiosa de hoy, que piensen como habrá sido la vida en aquellos tiempos de nuestros antepasados, bebiendo agua de los arroyos, soportando soles sin sombras, frío sin abrigo, comiendo no sé qué, quizás pastos alguna vez, posiblemente en las estancias que tenían animales conseguían carne.

El primer dueño de estas tierras 

El primer dueño de estas tierras, aproximadamente 16.000 hectáreas donde está asentada la población de Acevedo, pertenecieron al capitán Domingo Agustín de Castro, por donación del gobernador y capitán Don Bruno Mauricio de Zabala en el año 1725. 


En 1744 el sargento mayor Pedro Acevedo, por diferentes compras realizadas por él y su hijo Francisco Javier, conformaron con los años una inmensa propiedad de 11.000 hectáreas. En ese predio se fundaron las estancias El Retiro y La Esperanza construidas aproximadamente en el año 1850. En sus cercanías existían varios puestos donde vivía gente criolla que cuidaba los animales, a los que tenían que rodearlos todos los días para que no se dispararan, ya que no había alambrados.


Esta gente, que la pasaba muy feliz en sus ranchos, sólo plantaba algunos sauces para sentarse a la sombra a contar cuentos donde no faltaban aquellos de luces malas, de aparecidos y a tocar la guitarra, mientras la mujer cebaba mates y los perros, verdaderos guardianes, tirados en los patios movían la cola para que le dieran de comer.


Muy distintos eran los ranchos de los extranjeros que venían a trabajar la tierra; muy pronto preparaban una quinta para sembrar verduras, papas y lo que pudieran, criaban animales domésticos y plantaban árboles de sombra y algunos frutales. 


En una parte del campo de Don Pedro Acevedo se trata, por su propia insistencia, de formar un pueblo, lo que se llevó a cabo con el mayor de los éxitos, con la colaboración de los vecinos. En la zona ya había algunas chacras cultivadas que ocupaban el espacio de una legua cuadrada aproximadamente. 

Acevedo nació con proyección de futuro; lo dicen sus amplias y bien diseñadas calles con su gran avenida.


Acevedo es el pueblo más antiguo que se encuentra dentro del partido de Pergamino. Es de imaginarse el sacrificio de aquella gente, que ante cualquier cosa que necesitara ya sea mantención, ropa o cualquier elemento, tenía que dirigirse a Pergamino. Y no era fácil, había que hacerlo en primitivos carruajes tirados por caballos, en caminos de tierra donde se formaban pantanos difíciles de cruzar. 


Con la llegada del ferrocarril, el 3 de febrero de 1884, se inaugura el ramal F.C.C.A. Pergamino - San Nicólas. La punta del riel llega a Acevedo el día 12 de febrero de 1883 y con esto nuestro querido pueblo toma gran impulso; con el correr del tiempo se construyó la estación del ferrocarril, cuyo prime jefe fue don Andrés López Osoño, que se instaló aquí con su familia.


Los almacenes 

Luego se creó el primer negocio de ramos generales del señor Juan Estevez; en ese mismo año 1887 el negocio de Juan Arana para la compra y venta de cereales, representando a la firma Juan Orcoyen; en 1888 la familia Francisco Batiz con el almacén de ramos generales; también en ese año fijan su residencia con negocios Benito Roybet y Pedro Mota. Orgullo del pueblo fue la fonda de Carlos Ferrero Regis, que daba de comer a los numerosos trabajadores de la zona.


Después de esa época, según referencias, fueron el almacén del turco Salomón, los hermanos Faiat con dos negocios, los hermanos Bóccoli, Bautista Brusco Aguirre con fonda, Julio Leiva que tenía su negocio sobre la ruta y después, una cuadra más adentro, sobre avenida Centenario, tenía surtidor de nafta don Juan Ghilarducci, con almacén y depósito de materiales; don Fernando Rocca con almacén y ferretería, este señor ocupó varios locales en distintos lugares. También estuvieron Esliman M. Aput con almacén; Francisco Ghilarducci; don Diego Osmer con almacén y casa de comidas. 


Este hombre vino a Acevedo con una compañía que hacía perforaciones buscando petróleo; en 1916 hicieron una perforación que llegaba a 420 metros de profundidad y como no encontraron petróleo, taparon la perforación y se fueron. Pero don Diego se enamoró de una chica y se quedó a vivir aquí; en ese mismo lugar estuvo después don Juan Bordes con almacén, quien daba de comer y dormir. También tuvo almacén Lorenzo Venuti y habrán pasado varios más que escapan a mi control. 


Como el Minimercado del amigo Pepe Ruffolo, las casas de comida La Posta, de Ponce; Mini Granja Acevedo, de Fosa; El Sol, de José M. Sosa; Despensa de Leli Torti y Despensa de Rulo Faiat. 


Las Panaderías 

Justino Cazón , Alejandro Pursi, La Española, de Rumersindo Albuerne, Doña Perfecta de Albuerne, Chalo Albuerne, Daniel Albuerne, Francisco Molesu, Domingo Boalio, Hermanos Bollero, Marquez López Mingo, Serfelipi, Cesaretti, Lazzari, Sanuy Hnos., Luego Ramón Sanuy, Lidia S. De Rocca y Emilse S. de Cuzzolino, Juan Aguilera. 


Los médicos 

La Partera: Teresa R. de Crapella 

En los primeros tiempos éstos venían desde Pergamino, en carruajes de cuatro ruedas con capota llamados volantas, tirados por caballos; aquí atendían a los enfermos del pueblo. 


Voy a contar algo verídico: allá por el año 1912, en una chacra cercana al actual campo de mis hijos, que tenía don Albino Trentín, trabajaban como mensuales don Juan Serra y señora. Un buen día esta mujer se descompuso, estaba esperando familia y se sentía mal, Don Albino se fue en sulky a Pergamino en busca de médico y volvió con dos doctores -lamentablemente no recuerdo sus nombres- que atendieron a esta desesperada futura mamá. Ya muy avanzada la noche, nació la criatura y todo se normalizó, la dueña de casa doña Josefa Vovard de Trentín que era muy buena cocinera les preparó pollo al horno y en mayonesa que los doctores comieron opíparamente, acompañado con vino seguramente y se quedaron a dormir en la chacra. 


Se instalaron en Acevedo el doctor Delfín Badía, que se casó con una chica de aquí de apellido Larramendí.  


Despues Florencio Casabilla, Luis de la Fuente que apoyó mucho al deporte de este pueblo; Miguel Dagostino, Francisco Vaño, Fernández Roberto, Labandeira, Luis Dragone y Angel Trop; Hector Gutiérrez, Mirian Casella, Cristina Martínez y Audberto López. 


Los farmacéuticos 

Loizaga, Navarro, Musset, este señor era conocido como el hombre de la risa. Cuando concurría al cine se reía tanto en las partes cómicas que la gente lo aplaudía. El Aguila de José Cestau, luego Carlos Marcos. 


Las Tiendas 

La del turco Elías con su socio Jacinto, el Turco Moreira. 


Peluqueros 

Ramírez (que cuando terminaba el corte decía: "servido con agua buena"); Castellanos, Moreno Viejo, José Padín, Pedro y Polo Moreno y otros. 


Las Zapaterías 

De Aquilino Giacomelli, Conrado Cingolani. 


Talabartero

Liberato Zerba. 

Quinteros 

Pedro Moreno, El Tey. 


Carpinteros 

Martín Choca y Roque Reynoso. 


Carniceros 

Peralta, Gómez, Colombo, los hermanos Dall Ochio, Guzmán, Lazzareschi, Gallone. 


Herreros

Campili, Actiz, Bufón, Thaler, Chileto, Lazzari, entre otros. 


Músicos 

Pepito Torti, Reynoso; los hermanos Pacini, Galli, Dal ochio y Torti; Rodríguez y Pons. 


Primer horno de ladrillos 

El primer horno de ladrillos fue de Tohia e Illia, donde se hicieron los ladrillos para construir la estación del ferrocarril, parte de la capilla y algunas de las primeras casas. 


El señor Illia fue el padre de Don Arturo Illia que llegó a ser presidente de la República.

En Cruz de Eje (Córdoba) conocí la casa donde vivió mucho tiempo don Arturo, hermano de Ernesto Illia que fue intendente de Pergamino, con quien tuve la oportunidad de compartir un café en su despacho hablando de los problemas de Acevedo. 

Los primeros pobladores 

Después de los primeros comerciantes que he nombrado anteriormente se radicaron en Acevedo, según versiones de gente mayor que vive en nuestro pueblo, por referencias de sus padres o abuelos, las siguientes familias y personas: 


Saliendo de Acevedo por el camino a Manantiales, existía una tapera vieja; cuando yo la conocí vivía ahí un señor Moyano al que le decían "el hombre del pito"; según versiones, ese lugar había sido una Posta de carretas que venían del puerto de San Nicolás trayendo distintas mercaderías, entre ellas chapas de zinc que posiblemente fueron las que se utilizaron para techar las primeras casas y ranchos de nuestro pueblo. 


Pido disculpas porque no queda bien hablar de uno mismo, pero para despejar un poco la mente, voy a contar algo que me pasó en cercanías de ese lugar. Venía yo con mis 16 años galopando con mi tordillo moro en una noche de estrellas, a la una y media de la mañana, cuando de repente éste se me planta, pega un bufido y da media vuelta para atrás. Lo vuelvo a animar y me repite lo mismo; alcanzo a divisar algo blanco en la cuneta, desmonto y con las riendas en una mano y mi cuchillo verijero desenvainado en la otra, me acerco al lugar con el caballo de tiro.


Con la luz de las estrellas pude comprobar que se trataba de un animal tordillo, que pastaba tranquilamente; mi caballo se calmó, volví a montar y seguí viaje. Ya en mi pequeño libro La Historia de Mi Vida aclare que no me sobraba coraje, pero nunca tuve miedo, por eso en mi vida las luces malas y los aparecidos no figuraron. Los pobres muertos que descansen en paz, tratemos de portarnos bien y tener cada día más amigos, eso nos dará tranquilidad y felicidad. Aceptemos la vida que Dios nos ofrece. 

Siguiendo con los primeros pobladores: Gerardo Hernández, chatero, que en un viaje viniendo de J. A. de la Peña cayó bajo las ruedas de su vehículo perdiendo la vida en el accidente; José Pinto también con el mismo oficio y había otros que no tengo sus nombres. Era la gente que con sus chatas, tiradas por caballos, traían los cereales desde las chacras a la estación del tren. 

Pedro Moreno, que tenía una hermosa quinta. José Cigampa, Alejandro Vila, Wenceslao Muñoz, parientes de los Hernández, Pedro Farías, Crecencia Castañares, Bustamante Ermira Pintos, Trillo, Eusebia Belén, los Córdoba, los Duarte, Mateo Díaz, Jesús Moyano que un día fue a la casa de las hermanas Oyola -Juana, Rosa y Justina- modistas y costureras de Acevedo muy religiosas, para que les bordaran una manta, le preguntaron qué iniciales quería ponerle y le dijo: "Una jota y una mu". 

La familia Castañares en cuyo patio se hacían lindas fiestas de carnaval; Pancho Piola, muy buen asador; Fermín Flores, el rengo Belén. 


En la entrada sur de nuestro pueblo se formaba un gran pantano; cuando llovía mucho no se podía ni pasar a caballo, felizmente cuando se canalizá hacia el arroyo esta laguna desapareció. En el patio de una de las casas se organizaban bailes; quien esto escribe asistió a una de esas fiestas invitado por un amigo, cuando comenzó el baile -yo conocía pocas chicas- le pregunto a mi amigo con quien puedo bailar. Por ahí cerca andaba un matón que me oyó y me dijo: "Aquí bailan todas, mocito". "Bueno -contesté- eso es lo que quiero" e invité a la chica que estaba más cerca.


En lo mejor que andaba entre pasos y algún pisotón, alcancé a ver que detrás de un brocal asomaba la cabeza un mozo. Le pregunté a mi compañera si lo conocía y me dijo: "Sí, es mi novio pero no está invitado". Cuando terminó la ranchera le di las gracias a la chica y me fui, pasando lo mas lejos del brocal. 


Al lado de los ranchos se hacían pozos para sacar agua que se utilizaba para el consumo; por suerte en nuestra zona se encuentra a poca profundidad y es muy buena. La Naturaleza y Dios lo han querido así. En aquellos viejos tiempos en verano mucha gente bajaba los alimentos cerca del agua de los pozos para que se mantuvieran frescos. Tampoco había baños, se construían simples refugios que se llamaban excusados, muy retirados del rancho. 


Habían pasado unos cuantos años, cuando un día fui al centro obrero a buscar un hombre para pistín en la trilla (aunque no hacía falta, era obligación llevarlo) y justamente me dieron a ese hombre que me había apurado en el baile; ya estaba viejo y enfermo y él seguramente no se acordaba, pero yo sí. Lo llevé al campo donde estábamos trabajando y teníamos un campamento en un monte; lo bajé allí y le dije: "Mire, en el campo nosotros nos arreglamos. Usted quédese aquí; si quiere tomar mate ahí tiene el equipo; si quiere comer, en la fiambrera hay algo. Yo le voy a pagar lo mismo, quédese tranquilo". A la noche lo lleve al pueblo y le pagué la cena, el hombre no sabía como agradecerme. 


Otros oficios 

Entre las personas y negocios ya nombrados, estaban los albañiles, los hermanos Marinez, los hermanos Barbati, Domingo Riera que se mató en un accidente en el pueblo de Salto y muchos más. Mateo González, Luján Delgado, Chiquito Clerc.


El padre de Riera construyó una casa grande en el campo de mis abuelos, allá por 1911; contaba mi tío que mientras el empleado colocaba cinco ladrillos, el señor Riera ponía diez, era un maestro como albañil a pesar de ser zurdo. 


El electricista José Llop que arreglaba radios y todas las partes eléctricas de automóviles, tractores y máquinas. También están en eso Fabián Cebolla, José Ruffolo. La vieja cigarrería de los turcos Julio y Selmin, hoy Hector Hernández. 


En los primeros tiempos del automóvil la nafta venía en latas de dieciocho litros; luego algunos almacenes fueron colocando surtidores y recuerdo que el viejo almacén de campo de Atilio Gornati tenía uno; despues aparecieron las estaciones de servicio, del gordo Armelini, Y.P.F. José Sobrevals, los hermanos Carradori y la estación Esso de Simonato Hnos. 


Algunas anécdotas

Para matizar un poco y sin ofender a nadie, voy a narrar algunas anécdotas que vienen a mi memoria. Casi todos los viejos almacenes tenían sótano donde se guardaban las mercaderías más perecederas y las bordalesas de vino, que en su mayor parte se vendía suelto en damajuanas de cinco y diez litros. No existían las heladeras; los que tenían molino o bombas con tanques (no había agua corriente) colocaban en el sótano una canilla para refrescar un poco el vino, de acuerdo a la temperatura y la cara del cliente. 


En los viejos tiempos la mayor parte de las mercaderías se vendían sueltas, ya sea fideos, arroz, azúcar, yerba, etcétera. Conocí un almacenero que cuando llegaba un cliente y pedía un kilo de cualquier mercadería, si era fiado o con libreta, le pesaba ochocientos gramos y le preguntaba si era igual, pero si el cliente era buen pagador le pesaba un kilo doscientos y le preguntaba si era lo mismo. 


La estación de servicios de don Armellini

Un día paró a cargar nafta un señor en un Ford A; estos viejos coches tenían el tapón del tanque delante del parabrisas y cuando don Armellini se acercó con la manguera del surtidor en la mano y le pregunté cuánto iba a cargar, este señor sacó la tapa y no tuvo mejor idea que encender un fósforo para ver cuanto faltaba. El tanque se incendió, Armellini muy rápido y sereno tapó el tanque con la otra mano y ahogó la llama extinguiendo el incendio. Otro día paró a cargar nafta en un lujoso coche de aquellos tiempos, cuya marca tenía para la venta, nada menos que el famoso boxeador Don Angel Firpo, "El toro salvaje de las pampas".


Para esa época se corrían carreras de automóviles en las llamadas "cafeteras" desde Buenos Aires hasta Rosario o Córdoba ida y vuelta. En una de esas competencias, ya de regreso, venía muy bien clasificado don Atilio Medina que tenía una cochería en Pergamino; al pasar por el pueblo de Guerrico volcó la cafetera en una curva aunque no se golpearon ni él ni su acompañante, por lo que enderezaron el vehículo y pudieron seguir, pero perdieron mucho tiempo. Al llegar a Acevedo pararon en la estación de Armellini a cargar agua y como el hombre venía muy nervioso, se empinó la regadera y tomó mucha agua; creo que al llegar a Pergamino abandonó. 

Una noche, quien esto escribe junto al amigo Hilario Gornati y el señor Dinamarqués, de apodo "Vargas", que era muy amigo de Armellini, llegamos a esa estación a buscar un pasajero que debía llegar desde Pergamino; como demoraba, el dueño de casa nos invitó a pasar al escritorio donde se encontraba una chica, familiar del dueño de casa. Mientras el gordo conversaba con Vargas, el negro Gornati tocaba una verdulera de ocho bajos, yo bailaba con la chica y de paso hicimos circular una botella de ginebra que había en un rincón. 


José Sobrevals en Y.P.F. vino por dos meses y se quedó por veintiún años; en ese tiempo hizo construir el local donde atiende hoy Juan Di Paola y una casa tipo chalet que vendió a Carradori. En esa casa vive hoy José Carradori, casado con la directora de la escuela media Nº 1, señora Raquel Lazzarte. 


Otras actividades

Entre los talleres mecánicos, recuerdo el del turco Kaisias, Juan Galli, Benjamin Giaganti e hijos, Ernesto Blua hoy de "Cachilo". 


También la confitería Massa; los repartidores de leche, que vendían suelta por las casas, Lorenzo Fontana y Lorenzo Gastón. 


Los campos vecinos de aquellos tiempos, allá por 1910-1925, se conocían como colonias. María Antonina Acevedo, Felipe Yofre campo de Rosa Acevedo, José Gerde campo Quintana pariente de los Acevedo, Colonia Miguel D’Avila, después del Banco Hipotecario. En las colonias trabajaban muchos chacareros que después voy a nombrar algunos, según recuerdos de gente de antes. 


Además había otros campos vecinos a estas colonias, Arozamena, Pegas, Clerc, Costes, Bollero, Botaglia, la estancia del Dr. Torres, la estancia La Juanita, Bernard y otros. 


Por otro lado hermanos Lazarte, Sehoane, Sarmientos, Zucohe, Torti, Fornasari, Juárez, Otoile, Taruselli, y otros. 

La colonia de Yofre tenía chacareros y tamberos, los agricultores Gilio, varios hijos de Gilio con chacras propias, Julián Uribe, Fernando Elicabe, José María Gainza, Viudas Reisgo y Govea entre otros.


Como mayordomo de la estancia estuvieron José Porta y Dias Yofre. 

Tamberos: José Parrondo, Salvador Crespi, Ramos. 

Criadero de cerdos, a cargo del señor Tejedor. Había también una fabrica de quesos de muy buena calidad.  

Este señor Yofre, que fue ministro del Interior durante la presidencia de Julio A. Roca, aprovechando las facultades que le daba su cargo hizo pasar el camino que venía desde Pergamino por el lado izquierdo de las vías, al lado derecho; no sé si le molestaba el camino al lado de sus campos o si fue para tener unas hectáreas más de tierras, lo cierto es que lo hizo cambiar frente a su campo y el de su pariente Federico Quintana, desde la después llamada Curva de Gerde hasta el pueblo de Guerrico. Esto originó varios pasos a nivel y muchas curvas que, con el correr del tiempo, después que se construyó la ruta asfaltada, fueron causa de muchos accidentes, algunos graves. Quizás si este señor hubiese imaginado eso, no hubiera realizado ese cambio.

La colonia de María Antonina Acevedo también tenía varios chacareros y creo que un tambo; esta mujer donó una parte de su campo para que en él se construyera una escuela. Felizmente esto se hizo realidad y hoy funciona en ese predio la Escuela de la Familia Agrícola. 


Los agricultores, según informes recogidos, fueron la familia Fontana, Daniel Calandri, Paganini, Campo, Suarez, Lazzareschi, Ferrari, Pedro Trentín, Murisengo y una parte alquilada al señor José Gerde. 


En los campos de Quintana estaba la colonia llamada de Gerde porque este señor administraba ese campo. Allá por los años veinte, según informes del señor Roberto Ipoliti, los agricultores eran: Cayetano Dall Ochio, Smit, Basile, Pedro Tunesi, Santini, Casella, Benito Viale, Miguel Murisengo, Giustosi, Angel Besa, Gerónimo Basciochi, Baldochi, Rubio, Sillio, Visani, Aníbal Folia, Celestino Ipoliti, entre otros. 

El señor José Gerde compraba cereales y tenía una de las pocas máquinas desgranadora-trilladora que existían en la zona; con ella desgranaba y trillaba los cereales de sus chacareros y estos, por su intermedio, comercializaban su producción. 

Estas máquinas eran accionadas por un motor a vapor que no tenía tracción propia, así que para trasladarla de una chacra a otra la tiraban con bueyes. Se imaginan el tiempo que ello llevaba; la campaña duraba muchos meses, los pobres chacareros que quedaban para último se cansaban de esperar, viendo como su cereal se deterioraba. Un día ese motor se quemó en un incendio y fue reemplazado por otro, con tracción propia. 


Este señor Gerde tenía mucha influencia en nuestro querido pueblo de Acevedo y además fue diputado provincial en tres períodos y también senador; "cortaba el bacalao", era amigo personal de don Miguel D’avila que fue intendente de Pergamino y senador nacional. 

Entre los campos de la niña Antonina y de Federico Quintana, otros eran de Colombo, Rosa T. De Lei, Matilde T. De Bolero, Virginio Torti, Juan Bengoechea, Hermanos Signetto. 


Este señor Federico Quintana, pariente de los Acevedo, fue embajador Argentino en Chile. 

La colonia de D’avila: de acuerdo al señor Roberto Santichia, estos fueron los chacareros: Luis Coradello, Antonio Pavlovich, Carlos Seguí, Primitivo Travieso, Francisco Astrada, Albino Eleonori, Marino Stolfi, Manuel Moráis, Alberto Castillo, Emilio Coradello, Alderigo Raschia, Pedro Martínez, Nazareno Bocanera, Laurin Bocanera, Viuda Maccoli, Alejandro Santichia, Hector Serfilipi, Esteban del Porto y Antonio Casani.  


Eran tiempos de trabajos rudos en el campo; se juntaba el maíz a mano espiga por espiga, se embolsaba y luego con la chata rastrojera se recolectaban y entrojaban el lino, el trigo, avena, cebada, alpiste, etc. Se emparvaba a horquilla. 


Había yuyos para cortar, todo el año; con azada, guadaña o machete (en esos tiempos no se conocían matayuyos). 


El cereal se desgranaba o trillaba en bolsas, trabajo que hacía gente muy guapa y muy práctica. En Acevedo había mucha de esa gente, hacían grandes estibas al pie de las máquinas y después, en los galpones, cargaban los vagones del tren. 

En ese tiempo no había secadoras; cuando el cereal estaba húmedo, hacían grandes tendidas sobre arpilleras al lado de los galpones, con un espesor de cinco o diez centímetros, para lo que aprovechaban los días de sol, desparramándolos por la mañana temprano y embolsándolos nuevamente a la tardecita. 


Forjadores de una comunidad

Estos agricultores o chacareros que he nombrado anteriormente de las distintas colonias o zonas vecinas, en su mayoría tenían familias numerosas y lo mismo ocurría con la gente que vivía en el pueblo. 

Todo este conjunto de seres humanos, mezcla de gauchos y gringos, conformaban una gran cantidad de personas que con desinterés y trabajo fecundo fueron haciendo grande a este pueblo. 

El trabajo constante, la honradez, la modestia, la generosidad, la tolerancia y el ahorro son las mejores armas para forjar un porvenir feliz. 

Todas estas condiciones estaban dadas en la gente de nuestro pueblo de Acevedo en aquellos viejos tiempos. 


Así se fueron creando: primero la Estación del Ferrocarril, en 1885 la Estafeta de Correos; en 1889 el primer Colegio; en 1889 la Capilla; en 1907 la Sociedad Italiana; en 1908 se colocó la piedra fundamental del Cementerio; en 1910 la Escuela de la Sagrada Familia y el Colegio San José y en 1911 el Juzgado de Paz. 

Ya en 1889 se establece el servicio telefónico entre Pergamino-San Nicólas y en Acevedo hubo varios abonados. 


De la primera escuela no tengo datos precisos, fue por 1889 con 25 alumnos. 

Acevedo tuvo una imprenta donde se editaba la revista "Brisas" dirigida por Juan Clerc, donde colaboraba Juan B. Freiman que luego sería intendente de Pergamino. Esta publicación salió a la calle en 1922 manteniéndose por más de dos años; tenía por lema "defender los intereses del pueblo y fomentar el progreso a base de la cultura".


Todos estos acontecimientos que después voy a tratar de ir relatando de a uno de acuerdo a los informes que pude obtener, hicieron que nuestro querido pueblo de Acevedo progresara a grandes pasos en todo sentido, cultural, religioso, comercial, deportivo etcétera. 


Se fueron cumpliendo los sueños de sus fundadores: que éste sería un gran pueblo y hasta se llegó a pensar que podía ser un partido de la provincia de Buenos Aires. Acevedo y su zona, según versiones, llegó a tener más de cuatro mil habitantes. 

De la primer gran fiesta que se realizó en el pueblo. el 16 de noviembre de 1889, participaron estos vecinos: Juan Estevez, Francisco Batiz, Reynaldo Stanque, Pedro López, Pedro Mota, Pedro Montiel, Santiago Peralta, Pedro V. Acevedo, Martín Arazomona, Carlos Ferrero Regis, N. Caglione, Pedro Marín Nota, Chanel Pérez, Alejandro Acevedo y Andrés López Torres. La misma se organizó para celebrar un remate de ochocientos lotes, realizado por Ordulio Fernández y la donación del Dr. Alejandro Acevedo de media manzana en el centro del pueblo (había muchos Pedros). 

Estafeta y Oficina de Correos 

Tiene comienzo este importante servicio público en el año 1885, primero como estafeta a cargo del jefe de la estación señor Andrés López Ozoño; luego en 1894 se convierte en oficina de correos, designándose jefe al señor Julio Ghione, quien desempeñó el cargo hasta 1911, sucediéndol, Juan C. Urruti, hasta abril de 1918. Luego lo reemplaza el señor Carlos Zárate, después Manuel Alonso y luego José Calderón.


Destacamento de Policía

Juntamente con la estafeta se estableció un destacamento policial a cargo del Sargento Santos Ramos. Primero, como subcomisaría, estuvo en distintas partes, una de ellas en la vieja casa de mi padrino Don Virginio Torti (padre); en el fondo de la misma alcancé a conocer los viejos calabozos. Luego, en abril de 1939, se trasladó al nuevo edificio hasta que en 1979, por orden del día número 97, pasa a ser destacamento B; es actual jefe de policía el oficial principal a cargo del destacamento Susana Lepanti.


Primer Colegio, Escuela Nº 12

En el año 1889, más o menos, entre el grupo de vecinos ya establecidos corrió con rapidez la idea de crear un establecimiento de educación. Este pensamiento se hizo realidad, dando por resultado su formación con carácter particular, sostenida y costeada por suscripción popular. 


En sus comienzos los alumnos apenas llegaban a 25, ellos eran Luis y Carlos Aerubio, Roberto Bollero, Inocencio Cochet, Alfredo Lazarte, Mario y Juan Belforte, Luis Boaglio, Cipriano Carreras, Juan Larramendi, Gerónimo Albuerne, Juan Gómez, Pedro Gerde, Francisco García, Cesáreo Zubiri, Julio Ghione, Pascual Camariero, Juan Colombo y José Clerc.


Fueron sus primeros maestros la señorita Severa López Osornio y director el señor Eugenio Scarpa, hasta 1891 en que el consejo escolar de Pergamino, después de numerosas gestiones, la declara escuela del Estado, con lo que se llega a la docena de colegios existentes en todo el partido. El consejo nombra como directora a la señorita Juana Sarmiento. 


Este pueblo recibió con evidentes muestras de entusiasmo el triunfo de sus anhelos y se celebró con diversas fiestas populares. Desde entonces la escuelita va adquiriendo caracteres magníficos. 


A partir de 1894 cuenta con un primer grado con cuarenta y seis alumnos; en 1904 con dos grados y sesenta y tres alumnos; en 1912 con cuatro grados y ciento sesenta y tres alumnos; en 1913 con cinco grados y ciento ochenta alumnos; en 1915 con ciento noventa y tres alumnos hasta llegar a 1923 con trescientos cuarenta y cinco alumnos y siete grados. 

Se han desempeñado hasta la fecha como directoras: Rita Doblas, Sra. Isaurraldi, Estela Batiz, Estela B. de Trillo, María Estevez, Delia Montero Luzuriaga, Cupertina Suárez, Delfina Freire, Margarita Di Lorenzo, Celestina Di Lorenzo, Berta Dieta, Orlinda Trotta. Maestras por igual periodo Ercilia Batiz, Juliana Arana, Pastora Arana, María Estevez, Irene B. de Urtubey, María S. de Raspal, Velia Landeta, Emilia Murpi, F. D. Bustamante, Asamet Echevarne, Alicia Bonacosa, Fani Cataneo, Ana Sareti y Margarita Ressa. 

Después le sucedieron en la dirección: Zunilda Z. de Gerde, (vicedirectora) Elisa Massi de Cestau, Mabel Taruselli de Gómez, Elvira Antoneti, Mabel Taruselli por segunda vez y Susana A. Gómez, (vicedirectora) María Elena Z. de Gerde. 


Las maestras que pasaron por sus aulas fueron muchas, algunas por más tiempo otras por menos, pero a todas los chicos han de recordarlas con cariño. Y los grandes debemos agradecerles la dedicación y el trabajo que han brindado a nuestros hijos. Los niños que han pasado por la escuela suman por miles. 

Los noventa años de la Escuela Nº 12 

En octubre de 1979 la Escuela Nº 12 festejó sus 90 años de existencia. Acevedo vivió una gran fiesta, fue una mañana luminosa, un sol radiante sobre el cielo intensamente celeste. 

En la ancha calle principal un cartel, atravesándola, daba la bienvenida en "Paz y Alegría"; a los costados una gran cantidad de banderas argentinas. 


Luego comienzan los actos, primero fue el homenaje a la memoria de quienes en vida fueron alumnos y colaboradores, el silencio del cementerio se llenó de recuerdos; luego hubo una misa en la parroquia Santa Teresa de Jesús a cargo del cura párroco José Aramburo. 


Hombres, mujeres y niños se habían puesto sus mejores ropas. Para muchos fue el reencuentro con las maestras y compañeros de la Escuela, como una brújula para navegar en las aguas del recuerdo. 


El acto central: Se cumplió en el patio de la Escuela donde formaron los alumnos con sus maestras al frente. En el palco oficial se ubicaron el intendente municipal arquitecto Raúl Rossi, el secretario de Acción Social profesor Jorge Pertierra, acompañados por sus respectivas esposas, la inspectora de la Región IV, Rita Balzola, de Enseñanza Primaria María M. César de Murphi, la secretaria de Inspección María C. Rufini, la directora de la Escuela, Mabel Taruselli de Gómez y otras personas. Detrás de los alumnos se ubicó la Banda del Batallón 101 de San Nicolás, dirigida por el teniente Juan C. Morales. 

Al iniciarse el acto, el primer portero nombrado en 1937 don Pablo Saúl Torralvo, hizo sonar la campana. Nunca como en ese momento su tañido despertó tantas reminiscencias, sobre todo entre los alumnos de la primera promoción todos con más de 80 años, verdaderos invitados de honor. 


Luego la señora Elisa Massi de Cestau acompañada por otras maestras izó la bandera en el mástil mientras se escuchaba un vibrante toque de diana y seguidamente ingresó la bandera de ceremonias al compás de la marcha de San Lorenzo, tras lo cual fue cantado el Himno Nacional. 

A continuación hablo la directora señora de Gómez, quien comenzó recordando la trayectoria de la escuela a partir de su nacimiento. Tuvo a lo largo de estos 90 años el orgullo de contar con docentes y padres que, animados de fervor patriótico, pusieron al servicio de la Escuela y la comunidad todos los recursos de su inteligencia y su corazón superando todos los obstáculos. Nombró a todos los directores que se han sucedido a través de los tiempos cuyos nombres ya he mencionado anteriormente. En la parte final de su discurso dijo que la historia de Acevedo es y será siempre la historia de los hombres y mujeres que aquí, en la Escuela Nº 12, han encontrado y encontrarán los valores de verdad y bondad sin los cuales toda instrucción es vana. 


Placas conmemorativas: El arquitecto Rossi y la señorita Balzola descubrieron una placa conmemorativa. Los alumnos de la promoción 1962 hicieron lo mismo con la que dedicaron a la Escuela, ambas bendecidas por la reverenda Hermana Margarita, ante la obligada ausencia del Cura Párroco. 


Por los Ex alumnos: En nombre de los mismos habló el señor Julio Leiva, que saludó a los que fueron maestros y compañeros de aula. Dijo que cada maestro había cumplido con sus deberes aunque en distintas épocas, con distintas situaciones políticas y económicas y ante cuanto factor adverso se planteara, en esta tarea humana de educar, enseñar y modelar hombres y mujeres. 


Recordó al grupo de vecinos que había fundado la Escuela, sufragando los gastos de su propio peculio. Los nombres de estas personas ya figuran en los relatos de los comienzos de la Escuela. 

Los señores Guillermo Mooney y Domingo Pretini en representación de los ex alumnos que donaron el busto de Carlos Pellegrini, colocaron una palma de flores al pie del mismo. El nombre de Carlos Pellegrini le fue impuesto por iniciativa de un grupo de ex alumnos entre los que se hallaban Carlos Clerc, Genaro Gómez y otros.


En medio de un silencio honrado por un toque de clarín, se rindió homenaje a los docentes, alumnos y colaboradores fallecidos. 


La ex directora señora Zanotti de Gerde pronunció breves y sentidas palabras. Un grupo de niños recitó una poesía dedicada a la Escuela por la ex maestra Elida Ugarte de Colombo. 


El señor José A. García cubrió con solvencia la función de maestro de ceremonias. Fueron entregadas medallas recordatorías a las ex directoras señoras B. de Dieta, Z. de Gerde y E. de Cestau. Fue emotivo el momento en que las maestras pusieron en manos de integrantes de la primera promoción sendas medallas a saber, Sara Landeta, Gregoria Pintos, María Piorno, Pablo Gómez, Vicente Martire, Roque Reynoso, America Cingolani, María Teledo, Teresa Zalloco, José Torti, María Banfi, Laura Derico. 


Las palabras finales estuvieron a cargo de la maestra Noemí S. de Mohana; cerrando la fiesta hubo un almuerzo en el viejo y siempre renovado salón de la Sociedad Italiana con la presencia de gran cantidad de personas. 

Se puede decir que la Escuela ha vivido acompasando su ritmo al del propio querido pueblo de Acevedo.

De la Escuela de Acevedo se puede decir lo que dijo de sí mismo "Almafuerte", misionero laico y maestro rural por vocación: "Yo sembré abecedarios donde mismo se siembran los trigales". 


Así cumplió sus noventa años nuestra Escuela Nº 12 de Acevedo.

Hoy, próxima a cumplir 110 años de existencia, sigue su ritmo de educación y enseñanza, contando con 245 alumnos de ambos sexos. Está a cargo de su dirección la señorita Susana Gómez.


El 9 de Julio de 1982 la Escuela rindió un homenaje al joven ex alumno Daniel Venuti, con la entrega de una placa por su participación en la Guerra de Malvinas.

Jardín de Infantes Nº 905 

Tras intensas gestiones realizadas por la vice directora señora Elisa M de Cestau, por resolución ministerial se creó el Jardín de Infantes Nº 905 asignando para su funcionamiento la casa habitación de la Escuela Nº 12. Inició sus actividades el 1º de abril de 1970 con 61 alumnos, directora a cargo de la sección María del Lujan Peralta de Rocha, maestra María Agustina Corona de De Sautu, preceptora Juana Coniglio de Regis, auxiliar Ana Genutti de Almiron. 

El 22 de mayo de 1975 se asignó al Jardín el nombre de General San Martín, impuesto públicamente el 17 de agosto del mismo año. El 16 de octubre de 1992 se llevó a cabo el padrinazgo del establecimiento a cargo de Simonato Hnos.

Personal del jardín de infantes hoy: directora María Ofelia Aguilar Ortiz de Gattelet, asistente social Mery Felippo, preceptora Vilma Prósperi, maestras Alicia Míguez, Mónica F. de Farroni, Silvina Menéndez, maestra de música Cecilia Manzoni, auxiliar Carmen Octaviani de Torralvo, educación física Cristian.


Colegio San José 

Páginas brillantes podrían escribirse con la historia de este Colegio, fundado el 6 de abril de 1910 por el padre Sabino Savino y dirigido durante toda su existencia por el recordado maestro Pedro Damián Conesa, vinculado indefectiblemente a la evolución de la cultura y periodismo de nuestro pueblo. 


Además de extraordinario maestro querido por todos sus alumnos, Conesa editó el primer periódico que si bien era de una sola hoja, plasmó los acontecimientos de nuestro pueblo.

Quien esto escribe, siendo muy niño, tuvo la suerte de estar en las rodillas de este gran señor. 


Un merecido homenaje le tributó el pueblo de Acevedo el 12 de octubre de 1958, cuando por iniciativa de los ex alumnos se descubría una placa en su honor, en el viejo edificio que ocupara la Escuela, ubicado en la calle que por ordenanza municipal de esa fecha fue bautizada con su nombre. 

El señor Bóccoli, ex alumno, tomó fotos de este edificio con su placa, y se las hizo llegar a un sobrino del maestro que era sacerdote y vivía en España. 

El maestro Conesa nació el 23 de febrero de 1875 en el pueblo de Tronchon, España y falleció en su tierra natal el 14 de agosto de 1945.


Parroquia Santa Teresa de Jesús 

Apenas algo más de cinco años habían transcurrido y, aún sin fundación protocolar, se había formado un verdadero conglomerado urbano. El fruto de ese quehacer estaba demostrado en los objetivos puestos en marcha: las nuevas casas, las calles, la Escuela, todo era un símbolo de trabajo que no conocía aliciente mejor que el propio esfuerzo. 


Pero el pueblo carecía de una capilla. Acevedo fue siempre un pueblo católico pero faltaba ese símbolo de fe. Esta inquietud se hizo presente en los pobladores, que comenzaron a trabajar el proyecto.  


Oficialmente, el primer gran intento para lograr la construcción de la Capilla se encuentra registrado en la Cámara de Senadores de la Nación, el 18 de septiembre de 1889 cuando el senador Tagle, debate y aprueba un proyecto de subvención por un valor de 10.000 pesos para la capilla de Santa Teresa a construirse en Estación Acevedo, partido de Pergamino. 

La piedra fundamental fue colocada el 6 de diciembre de 1891, oportunidad en que se organizó una gran fiesta; los festejos comenzaron con fuegos artificiales y música, el día comenzó con una misa solemne y la bendición de la piedra, más tarde el banquete, carreras de caballos y corrida de sortijas; por la noche se llevó a cabo un gran baile social en la casa del señor Estevez.

Para agilizar la construcción de la capilla se organizaron varias suscripciones, una de las más importantes realizada en abril de 1897, habiendo aportado para la misma: Alejandro Acevedo 50 pesos, Felipe Yofre 20 pesos, Francisco Batiz 10 pesos, José Bollero 5 pesos, Nicólas Reynoso 10 pesos, Liberato Zerba 5 pesos, José Agomassigno 10 pesos, Antonio Bravo 10 pesos, Nicólas Gime 10 pesos, Juan Arana 10 pesos, Pedro Acevedo 10 pesos, Juan Estevez 10 pesos, Justino Cazón 10 pesos, Placido Landeta 10 pesos, Luis Mota 10 pesos, Carlos Cuidet 5 pesos, Carlos Wegmuller 5 pesos, José Battuzzi 5 pesos, Evaristo Díaz 5 pesos, José Loizaga 10 pesos, Juan Baradaco 1 peso, Rosa P. De Crespi 5 pesos, Juan Crespi 5 pesos, Francisco Pepin 5 pesos, José Sanini 5 pesos, Gregoria Arozamena 5 pesos y Josefa Braghi 10 pesos. 


Cuando el siglo llegaba a su fin, en 1899, se inauguro la Capilla con una verdadera gran fiesta coronada por la presencia del Obispo de La Plata Monseñor Alberti, el ministro del Interior Felipe Yofre y su esposa Rosa Acevedo y autoridades municipales de San Nicólas y Pergamino. Desde esa fecha hasta 1913 fue capellán el padre Sabino Savino y luego hasta 1934 el padre José Hadaga que en menos de un año logró que la Capilla fuera nombrada Parroquia. 

El primer matrimonio registrado en la Capilla fue consagrado entre José Baraglio y Ursula Gambini el 1º de marzo de 1903. El primer bautizado fue el niño Juan B. Rozbet. 


Como Parroquia el primer matrimonio fue el 23 de junio de 1914 entre Agustín Minicusi y Teresa Favilla; fueron padrinos Mateo Rato y Dominga Ríela. El primer bautismo en la Parroquia fue del hijo del matrimonio Enrique Ponce e Isabel Beron, de nombre Enrique Segundo. 

Luego los sacerdotes de la Parroquia fueron: Francisco Valich hasta 1944, Alfonso Españer hasta 1952, Teodoro Colorrio hasta 1954, Vladimiro Smete hasta 1956, Braulio Iglesias hasta 1957, Horacio Cadel hasta 1959, Roberto Amondarain hasta 1961, Arturo Terenzi hasta 1966, Pedro Sánchez hasta 1968, Fermín Coral también en 1968, nuevamente Arturo Terenzi hasta 1978 y actualmente José Luis Aramburu. 


Al ir conociendo nuestra historia nos hacemos más hijos de nuestro pueblo, iluminados por la protección de Santa Teresa y amamantados por esta prodigiosa Pampa Argentina que nos ha dado Dios. 

La Parroquia casi no sufrió modificaciones, aunque sí se debe mencionar algo que se fue haciendo después.

El 11 de febrero de 1925 se terminó de revocar, el 25 de mayo de 1927 se inauguró el reloj. El 11 de febrero de 1948 se inaugura la torre a la que se trasladaron las campanas y el reloj. Su construcción fue realizada por el señor Domingo Ríela y Arana con personal a su cargo; entre ese personal se encontraba Julio Ferrari que aún recuerda que le tocó sostener la cruz cuando fue colocada en la cima de la torre. Los ladrillos para su construcción fueron traídos de un antiguo prostibulo que existió en Acevedo; el padre Españer bendijo los mismos para quitarles los pecados que podían tener. Más tarde se construyó un pequeño salón en la parte posterior. 


Interiormente al principio se le agregaron altares laterales que luego se quitaron, adosándose repisas para imágenes; el altar mayor también fue modificado. Según las exigencias litúrgicas, se ubicó dentro del recinto del templo la preciosa e histórica piedra bautismal en la que han sido hechos Hijos de Dios prácticamente todos los acevedences. 


En 1981 los señores Roberto Ipoliti, Enrique Moreno y Marino Gastón sustituyeron la vieja casilla del reloj ya inservible por una nueva de chapa y vidrio. 

Las campanas de la Iglesia vinieron en tren y fueron traídas al hombro desde la estación por el señor Pascual Camariero, este señor también colaboro cuando trajeron las imágenes. La familia Acevedo encargo dos imágenes, una de San Antonio y otra de Santa Teresa, una con destino a la futura capilla y la otra para una capilla particular en el campo de dicha familia.


Llegaron los cajones en ferrocarril; uno quedó en el poblado y el otro fue a la estancia; al abrirlos las imágenes estaban cambiadas y se decidió no cambiarlas quedando así la de Santa Teresa para nuestro pueblo. Posteriormente el doctor Yofre hizo traer desde Francia una imagen de la Virgen de Lourdes por una promesa hecha por la salud de su esposa, doña Rosa Acevedo. 

La gran fiesta en homenaje a nuestra patrona, Santa Teresa de Jesús, se realiza todos los años para el 15 de octubre, fecha en que se reúne la mayoría de la gente del pueblo y la campaña, zona y pueblos vecinos. Por la mañana se celebran misas y una especial donde toman su primera comunión los chicos; por la tarde se realiza la procesión donde va siempre al frente nuestra Santa Patrona seguida por sus fieles. En los últimos años acompañan a Santa Teresa distintas imágenes que vienen en caravanas de pueblos vecinos y también los gauchos del Fortín que marchan a caballo al frente de la procesión, portando su estandarte y las banderas; la argentina y la parroquial. Luego se realiza una kermés en la plaza de la Parroquia y por la noche baile en la vieja Sociedad Italiana. Acompañan los festejos desde el alba los estruendos de bombas. 


Todos los bienes que poseemos son de Dios, suyos somos también nosotros y debemos un día darle cuenta no sólo de los bienes exteriores que tenemos, sino también del tiempo, de la salud de nuestro cuerpo y de nuestra alma. La religión es una cosa hermosa, ella es la que hace que el hombre encuentre tanta fuerza y consuelo al levantar sus ojos al cielo. 


La Sociedad Italiana de Socorros Mutuos

"Paz, Trabajo e Instrucción" es el lema de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos fundada el 1º de diciembre de 1907 por idea de Julio Ghione, Horacio Sestri y Leandro Puppi con la colaboración de Angel Marmarrosa, Angel de Simone y Angel Mignoni (eran todos Angeles). 

Se realizó una verdadera tarea de unión entre los adherentes hasta lograr su personería jurídica en 1922. Los festivales se realizaban en el galpón de Arana (no tenían local propio). 


En enero de 1924 los hermanos Luis y Juan Bissi ofrecen el dinero para construir el salón; finalmente se compran los terrenos a Federico Quintana y comienza la obra a cargo de los constructores Hergtt y Remesaro, de Pergamino. 


El salón quedó inaugurado el 7 de junio de 1924, mediante un banquete siendo presidente el señor Luis Bissi y secretario Aquilino Guiacomelli. Colaboró en la organización de la inauguración la entonces directora de la escuela provincial, Cupertina Suárez. Desde su fundación hasta 1979 pasaron por el registro de socios más de quinientas personas. 

El señor Juan Dall'Occhio fue secretario de la Sociedad durante cuarenta años desde 1942 hasta 1982. Su primer presidente fue Horacio Sestri y el primer secretario Leandro D. Puppi. 

En febrero de 1927 se organizó una rifa de dos automóviles Ford cero kilómetro, pero fue suspendida por orden del Ministerio de Gobierno. 

En diciembre del mismo año se inauguró el panteón social en el Cementerio donde descansan muchos de los que fueron socios de la institución. 


Fueron presidentes de la Sociedad: 1907 Horacio Sestri, 1908 Julio Ghione, 1908 Angel Solmi, 1909 Luis Paganini, 1915 Giuseppe Bollero, 1920 Juan Ghilarducci, 1923 Miguel Murisengo, 1924 Luis Bissi, 1927 Luis Paganini, 1932 Pedro Marsalla, 1939 Juan Luchessi, 1944 Francisco Buonanoma, 1948 Nazareno Carradori, 1958 Antonio Derico, 1967 Cincio Fornasari, 1982 Armelindo Dall’Occhio, 1988 José Luis Carradori, 1991 Otelo Fornasari, 1994 Juan Luchessi. 

En 1940 se llegó a un acuerdo con la sucesión Bissi por la compra de una parte del salón y en 1948 se logró la compra definitiva a los sucesores Aristides Solmi y Victorino Bissi. 

Entre 1990 y 1994 el salón fue sede del Centro Comunitario Casa del Niño, cumpliendo una función social muy importante. De ahí en adelante no hubo cambios de trascendencia, sólo se trató de mantener el salón en condiciones para que pueda cumplir con su función social. 


Tengo a mi vista las actas celebradas por las distintas comisiones de la Sociedad con los nombres de sus componentes. Desde la primera hasta la 226, celebrada el día 11 de octubre de 1936. Hasta el acta Nº 17 están escritas en italiano. 


Desde los primeros tiempos de la Sociedad se realizaban las famosas romerías italianas que duraban dos o tres días. Para el 20 de septiembre de cada año se hacían en una carpa que se armaba frente al primer local (antes de construir el salón de la Sociedad Italiana). Desde junio de 1924 y a pesar de encontrarse a orillas del pueblo por sus grandes dimensiones, es el lugar obligado de cuanta reunión importante se realice, se trate de almuerzos, bailes, asambleas, fiestas de fin de curso, etcétera. 


Los italianos de aquel tiempo, quizás no pensaron nunca que esta Sociedad iba a ser por tanto tiempo orgullo de nuestro querido pueblo de Acevedo. 


Piedra fundamental del Cementerio 

En 1908 fue colocada la piedra fundamental del cementerio, siendo padrinos de ese acto el señor José Harrigton y la señora Gregoria A. De Arrubio. Los primeros restos inhumados fueron los del señor José Rubiola y Felisa Veron, el 20 de septiembre de 1909. 

Escuela de la Sagrada Familia 

Rápidamente se nota en la gente de la zona de Acevedo la notable formación de las personas mayores, sin lugar a dudas fruto de una fuerte educación familiar y escolar. Ya me he referido al famoso maestro Pedro Damián Conesa ,director del Colegio San José. 


Las Hermanas del Instituto de La Sagrada Familia de Urgel, España, deciden instalar una casa en América. El obispo de La Plata, Monseñor Terrero, respondió al pedido de las hermanas ofreciendo la fundación de una casa en Acevedo. 

El 29 de marzo de 1910 se aceptó la fundación y el 3 de octubre parten hacia estas tierras las madres Angolina Cebria como superiora, María Cándida Carrillo, Ligoria Castells, Felicidad Guimo, Gloria Escoler y Caridad Ferrero. Llegan a Buenos Aires el 25 de octubre y el 3 de diciembre llegan a Acevedo. 

El día 16 el señor Obispo aprobó la fundación de la nueva casa religiosa, gracias a la generosa ayuda de doña Melchora Belaustigui de Ocampo, el Dr. Felipe Yofre, su señora, Rosa Cándida de Acevedo y su hermana Antonina. 


En marzo de 1911 comienzan las clases. El padre Sabino nombrado confesor de las hermanas; el 21 de abril es autorizado para bendecir la capilla de la Escuela, el 21 de mayo comienzan las clases de catequesis para todas las chicas del pueblo, los varones se preparan en el Colegio San José. 


En 1914 se registra oficialmente el colegio con el nombre de Escuela Taller de La Sagrada Familia, gracias a la intervención del ministro Felipe Yofre. 

El 21 de junio de 1919 fallece la madre Ligoria y todo el pueblo puso de manifiesto su amor por esta religiosa. Se había comenzado a hacer suscripciones para la construcción de una bóveda en el Cementerio, lo que se pudo concretar con el aporte de todo el pueblo y fue bendecida por el padre José Ladaga el 2 de noviembre -"Día de las Animas"- de 1919; allí se celebró la misa del Día de los Difuntos. 

Hoy queda una sencilla sepultura en la que descansan las hermanas Ligoria Castels, Felicidad Guimo, Caridad Ferrero y la hermana Filomena. Una losa que cubre la sepultura dice "Hermanas de la Sagrada Familia", como testimonio de esperanza en la resurrección de la carne. 


El 5 de diciembre de 1922, gracias a la diligencia del padre Ladaga y a la generosidad del señor Martín, se compra el edificio a don José Clerc mejorándose las comodidades con el aporte de las familias Yofre, Acevedo, Armelini, Kehoe, Gerde, Trentín y todo el pueblo. 


El Colegio tenía alumnas internas de la zona del campo y externas del pueblo. De nuestra zona se integraron a la Congregación las hermanas Teófila Domenio, Dora Byrme, María Peralta y Clara Giacomelli. Este establecimiento de educación tenía por objeto proporcionar a las jóvenes una esmerada y cristiana educación, única capaz de difundir las virtudes de una completa y sana educación. Se enseñaba a leer, escribir, catecismo, labores, pintura, música y sobre todo a respetar al prójimo. Las primeras alumnas fueron Clementina y Delia Guidi, Aurora Clerc, Biandina Francario y no tengo más informes. Lamentablemente, quizás por avatares del tiempo, esta escuela cerró sus puertas alrededor de 1950. 

Juzgado de Paz 

Sancionado por la legislatura el 21 de febrero de 1911, se creó el Juzgado de Paz de Acevedo, siendo su primer juez el señor Luis Arrubio y secretario don Benjamín Mougues. En 1914 se hizo cargo del juzgado el señor Santiago Hayes, actuando de secretario Aníbal Whirthi. En septiembre de 1917 fue nombrado juez el señor Joaquín Irizar y secretario Roberto Méndez, con la renuncia del señor Irizar es nombrado Juez de Paz el señor Angel Bollero, en enero de 1923 y suplente don José Dalice. 

Registro Civil 

El 10 de marzo de 1909 se instala en Acevedo la oficina del Registro Civil de la tercera sección, siendo su primer jefe el escribano público don Bernardo Fiorito quien dura en sus funciones hasta enero de 1913 en que lo entrega al señor Víctor Vergara Campos. En junio de 1913 vuelve a hacerse cargo el señor Fiorito hasta el 14 de febrero de 1915 en que lo entrega al señor Alejandro Saenz. Este fue reemplazado por el señor Carlos Albarracín en abril de 1917, hasta abril de 1919 en que se designa a don Felipe Maturano. 

En 1918 nace el primer Club 

Según cuentan los de aquella época, varios muchachos entusiastas por el fútbol resolvieron formar un club que lo llamaron "2 de abril", por haber surgido la idea en esa fecha. Entre sus dirigentes se recuerdan los nombres de Alejandro Pérez, Roque Reynoso, Roldán, Cristóbal Hernández, Juan Clerc, Juan Freiman, Juan y Domingo Riera. Sin esperarlo y cuando parecía que todo marchaba bien, se produce una división que dio origen a la formación de otro club que llamaron "Acevedo Central". Después de un tiempo de enemistad se dieron cuenta que dos clubes no podían continuar en el pueblo y resolvieron entre ambos realizar un encuentro, donde el que resultara ganador se quedaría con todo. Tuvieron que jugar tres partidos porque los dos primeros resultaron empatados uno a uno; en el tercero ganó Acevedo Central por uno a cero. Después de algunos años se resuelve, por iniciativa de varios socios, cambiar el nombre por el de "Atlético Acevedo".  


El esfuerzo de sus dirigentes. En 1928 el club contaba con dirigentes que pusieron todo su esfuerzo para consolidar sus aspiraciones deportivas; no sería justo dejar de mencionar a quienes restando horas al beneficio propio se dedicaban a trabajar desinteresadamente por el club de sus ilusiones: Dr. Luis de La Puente, Pablo Bulla, Manuel Bozzi, Juan Badaraco, Ambrosio Pascuali, Jorge Zabala, Horacio Castañares, Nitoto Torti, Luis Espinas, Jesús y Faustino Muñoz, Leopoldo Moreno, Aquilino Giacomelli, Fernando Rocca, Américo Palacios, Esteban Martínez, Pedro Giles, Mariano Saenz, José Durán, Manuel Albuerne y otros. 

Surge el deportivo en 1941. Los socios mas jóvenes y resueltos que integraban el Atlético se retiraron para formar un club eminentemente deportivo y en poco tiempo, tras ardua labor, logran organizarlo denominándolo "Deportivo Acevedo" y forman un equipo de fútbol de ciertas condiciones. Se recuerda a Guillermo Money, Julio y Osvaldo Leiva Marinez, Fernando Giacomelli, Couvetot, Osvaldo Márquez, Juan Cachari, Luis Ferreira, Alejandro Pérez, José Lopiego, Polo Moreno, Ernesto Vélez, Nazareno Bóccoli y N. Valentini. 


Reinó gran entusiasmo para participar en el campeonato de Pergamino hasta que por fin deciden afiliarse a la Liga en primera división en 1943, finalizando en el quinto lugar. Algunos de los muchachos nombrados anteriormente formaban parte del equipo, después debieron retirarse de la Liga por razones económicas. 

Función del Atlético y Deportivo. Después de varios años se repite lo que aconteció en 1919, con la diferencia de que para ese tiempo las dos instituciones cuentan con mayor capital en todo sentido, las dos lucharon por el progreso de su pueblo. Y por la mediación de buenos amigos y la comprensión de sus dirigentes permitieron que se llegara a un entendimiento, obteniendo un mayor provecho al unir esos esfuerzos.


De allí nace, el 12 de agosto de 1945, el actual Club Atlético Deportivo Acevedo, siendo su primer presidente don José Américo Cesaretti; lo acompañaron en la comisión Nazareno Bóccoli, Oscar Maza, Fernando Giacomelli, Julio Leiva, Aroldo Rocca, Nazareno Valentini y R. González, síndico Aquilino Giacomelli. 


Acevedo ha tenido la suerte de contar con hombres que han brindado todo su esfuerzo por el club. El Club Atlético y Deportivo Acevedo pasa hoy por una buena posición económica, cuenta con un amplio local con tres salones, funcionando en el salón principal un esmerado buffet al servicio de los socios; en los dos restantes se realizan reuniones y se dan clases de gimnasia, la secretaría funciona en el subsuelo. 

Es uno de los clubes que cuenta con mayores comodidades en los pueblos de campaña desde Pergamino a San Nicólas. Cuenta también con una amplia parrilla con heladera, mesas y sillas;, dos canchas de bochas techadas, con tableros eléctricos, donde se realizan torneos locales y con clubes vecinos de la zona, incluidos de Pergamino; un gran patio, baños para damas y caballeros; dos terrenos anexos, uno con piso de mosaico para bailes al aire libre; una pileta con quincho y cancha de paddle. 


Dentro del club hay dos subcomisiones, una para el control de la pileta y la otra para el fútbol infantil. 


En todos los órdenes de la vida el paso del tiempo se mide por las obras realizadas. Cuando transcurre algo dilatado, sin la concepción de un hecho útil, el tiempo ha pasado en vano. Alguien dijo sabiamente que quien no avanza retrocede, esto es evidente porque se avanza con las obras, con los triunfos que son bienes del futuro, tomándole ventaja al tiempo. Por todo ello debemos agradecer a toda esa gente las obras realizadas en bien de nuestro club.

Desde 1945 el Club Atlético y Deportivo de Acevedo tuvo como presidentes a las siguientes personas: Armando Cesaretti varios períodos; Julio Leiva, José Griffin, José L. Musso varios períodos lo mismo que Arnaldo Gerde; Nazareno Bóccoli, Ricardo Tunessi varios períodos; Héctor Tunessi y Almerindo Dall’ Ochio, dos periodos; Carlos Martínez varios periodos; Armando Bocanera dos períodos; Esteban Galván varios períodos, Fernando Giacomelli, Hector Berthet varios períodos, Alberto Tunessi y Rubén Bocanera. 

Entre la juventud de mi querido pueblo de Acevedo hubo siempre muy buenos deportistas destacándose en distintas especialidades; fútbol, basquetbol, bochas, boxeo, atletismo, etc. 

Un brillante papel desempeñó el equipo de basquet en el campeonato oficial de Pergamino; en aquel tiempo se desempeñaba como presidente y principal organizador deportivo el Dr. Luis de la Puente. En fútbol, Acevedo llegó a jugar con un equipo de Boca Juniors en la vieja cancha donde hoy esta ubicada la Plaza. Siendo muy joven presencié ese partido; recuerdo que alrededor de la cancha estaba llena de sulkis, caballos y algún Ford T de gente que fue a ver el partido. Arriba del techo de la Sociedad Italiana estaba lleno de gente parecía una tribuna. Acevedo ganó tres a dos; todos los muchachos jugaron muy bien destacándose el arquero Polo Moreno que tuvo grandes atajadas. 


En bochas hubo y hay buenos jugadores. En ciclismo también tuvimos buenos pedalistas; en carreras pedestres de largo abierto se destacaron ganando algunos con buenas calificaciones en otras conquistando trofeos los amigos Martín Leiva y Ricardo Belén. Este deporte hoy por suerte está muy bien representado por las hermanas Dalbi, el chico de Polarrolo, Casani y otros que ya han obtenido medallas en otras partes del país. 

Boxeo: Allá por el año '22 o '23 el boxeo estaba muy difundido por las actuaciones mundiales del Toro Salvaje de las Pampas, Luis Angel Firpo. 


En Pergamino había un boxeador semi profesional de nombre Mac Allister y el club Acevedo Central lo contrató para que hiciera una exhibición en Acevedo. Teníamos aquí un aficionado, Juan Castañares, y todo estaba previamente combinado en el sentido de que sólo sería una exhibición y no tenían que pegarse debido de las diferencias de los contrincantes. Juan había llevado una barra que lo alentaba y lo aplaudía, debido a esto se entusiasmó y le pegó varios golpes; el inglés se enfureció y le pegó muy fuerte, el hermano de Castañares, "Bachi", subió al ring con un látigo diciendo: "Vos no le vas a pegar a mi hermano". Mac Allister se tuvo que refugiar en el camarín y ahí termino el espectáculo, quedando esto como una anécdota risueña. 


Los Turcos 

Allá por la época del '10 se radicaron en Acevedo muchos sirio libaneses que venían a estas tierras a hacer la "América". Trabajaban en la juntada de maíz en los galpones de cereales o donde podían. Era gente buena y no teníamos problemas con nadie; muy pronto se hicieron querer con los pobladores de Acevedo. 


Muchos se hicieron comerciantes en varios ramos, otros salían al campo en "jardineras" y algunos a pie a vender ropa y otras cositas. Después de estar varios años en Acevedo muchos decidieron volver a su tierra. Para agradecer a la gente que le había dado tantas atenciones, alquilaron varias "jardineras" y salieron a recorrer el pueblo con música saludos y algunas lágrimas. 


Automovilismo 

Allá por los años 1925-1952 pasaban por Acevedo los grandes premios desde Buenos Aires, Rosario y Córdoba. Los autos eran "cafeteras" preparadas exclusivamente con las ruedas descubiertas, radiadores y motor adelante y en la parte de atrás un gran tanque de nafta que hacía de respaldo a los asientos del conductor y acompañante.


Entre otros eran famosos en aquel tiempo Tomás Roata, Carlos Zotuzoq, Domingo Bussi, Ernesto Blanco, Eduardo Pedrazini, Roberto Lozano y José Lecoent de Pergamino que era acompañado por su esposa. También Antonio Gaudino y Raúl Riganti que un año prepararon una "cafetera" a la cual le pusieron de nombre "Flecha de Oro" y se fueron a correr las 500 millas de Indianapolis, a Estados Unidos.

Los caminos eran de tierra y se corría con polvareda o con barro. 

También estaban Kastulo, Ortal, Paris, Gianini y otros que escapan a mi memoria. 


En Acevedo hubo dos pistas para carreras de autos, una en el campo de Norberto Torti y otra en el campo de Pretini. En esas competencias se consagré subcampeón de la zona mi querido amigo José Luis Sobrevals.  


Alumbrado Público 

A fines de 1923 los señores Bosso y Miret se ofrecen para implantar en Acevedo el alumbrado público; hasta entonces las luces que se usaban eran velas, candiles y lámparas a kerosene. Las calles estaban solamente alumbradas en las noches de luna.


Nunca se hubiera pensado que los ensayos hechos por esa gente causarían tan buena impresión. Se colocó un motor con un generador que funcionaba desde el anochecer hasta la una de la mañana; después había que acostarse a dormir. 


Filial de Federación Agraria Argentina

Allá por 1925 un grupo de agricultores de la zona se unió para crear en Acevedo una filial de Federación Agraria Argentina, la vieja entidad que viene luchando desde 1912 en defensa de los pequeños y medianos productores bajo el lema "La tierra tiene que ser de quien la trabaja".

F.A.A. se inició en aquel famoso Grito de Alcorta por unos cuantos chacareros cansados de ser explotados por los dueños de las tierras. Hoy cuenta con más de tres mil asociados con nombres y apellidos y desde hace 86 años distribuye el periódico La Tierra, decano de la prensa agraria Argentina. 


Voy a nombrar algunos de aquellos chacareros nuestros: Pedro Batalla, Juan Thaler, José Alarde, Peralta, Feliche, los hermanos Lazarte Martín, Alfredo y José María, Pedro y Juan Sehoane, Alfonso Panarisi, Fortunato y José Torti, los hermanos Fornasari Cincio y Pedro. 


El primer presidente fue don Pedro Fornasari, los primeros empleados Jacobo Klein y Félix Batalla. Por intermedio de esta filial los agricultores llegaron a comercializar algo de sus cereales. 

Los primeros camiones 

Antes de 1930 algunas personas de nuestro pueblo se arriesgaron y compraron unos camiones nuevos de la marca Rubí o Chevrolet; no tenían cabina -sólo una pequeña caja sin barandas- cargaban 35 bolsas y traían el cereal de las chacras a la estación; creo que también hacían algunos viajes al puerto de San Nicólas.

Los caminos eran de tierra y se formaban pantanos que, para atravesarlos, los muchachos que iban unidos en caravanas de varios camiones, se ayudaban unos a otros para pasar esos charcos, descargando algunas bolsas para aliviar el peso. Después que cruzaban el pantano las cargaban al hombro y las volvían al camión. Entre esos valientes hombres de progreso voy a nombrar algunos que vienen a mi memoria: Matías Gómez, Eulogio Elicabe, Marcelino Prieto, el turco Caisias y otros.


La Delegación Municipal 

En 1930 se construyó el edificio de la Delegación Municipal, que fue inaugurado en 1931. En ese local también estuvo, el Juzgado de Paz, actualmente la oficina de Correos a cargo de Alberto Tunesi, el Registro Civil a cargo de Analía Lombari y una filial de la Biblioteca Menéndez, de Pergamino, que está a cargo Graciela Belén.


El primer delegado despues de construido el edificio fue don Francisco Pérez. Y en la actualidad lo es Juan Angel Tunesi. 

Camino firme Pergamino San Nicolás 

La ruta asfaltada que une Pergamino con San Nicolás es un espléndido camino de hormigón armado que cubre 76 kilómetros. Estudiada y dirigida por la Dirección de Vialidad Nacional esta obra fue iniciada el 16 de noviembre de 1931 y finalizada el 10 de septiembre de 1932.

Fue uno de los primeros caminos firmes del país y mi querido pueblo de Acevedo tuvo la suerte de estar ubicado sobre esa ruta. Esto nos trajo muchos beneficios, se agilizó el transporte hacia el puerto de San Nicolás, especialmente de cereales y de pasajeros, y luego empezaron a circular camiones, colectivos y automóviles que traían y llevaban mercaderías y pasajeros. Fue un gran adelanto para la zona. Después de construida la ruta, desde Acevedo hasta el Cementerio se plantó gran cantidad de árboles -que después fueron arrancados- formando entonces una hermosa avenida.

Las grandes fiestas de Acevedo 

La principal fiesta de nuestro pueblo fue siempre el día de nuestra Patrona Santa Teresa de Jesús, que se festeja el 15 de octubre de cada año con misas y comuniones por la mañana, una procesión por la tarde, feria y baile por la noche. 


Para los carnavales se organizaban corsos en la calle principal donde concurría mucha gente, con toda clase de carruajes tirados por caballos; iban unos pegados a otros, había muchos disfrazados, se arrojaban gran cantidad de serpentinas (unos rollitos de papel) que formaban cadenas de un vehículo a otro y era tanta la cantidad que se tiraba, que al día siguiente muchos las juntaban y armaban colchonetas; también se arrojaba mucho papel picado. 

Durante las horas del corso estaba prohibido jugar con agua; se nombraba gente responsable como oficiales de corso, que recorrían a caballo cuidando que todo fuera normal. Más o menos a la una de la mañana terminaba el corso con algunas bombas, para dirigirse al baile; en ese interín había que cuidarse porque siempre aparecía algún gauchito con un balde de agua. 

Para los días patrios, 25 de Mayo ó 9 de Julio, se organizaban carreras de sortija con gran concurrencia de jinetes; también corrían algunas chicas en arco aparte. Recuerdo que en una de esas corridas un señor, un poco agrandado, cuando fue a pasar por el arco, el animal se le espantó y pasó por afuera; este hombre pegó un grito a todo pulmón ¡¡Júpiter"!!... que así se llamaba su caballo. Se ganó las risas, los aplausos y algún silbido del público; nunca sacó un premio. 

Yo tenía un amigo muy hábil para sacar las argollitas, la llevaba entre los dedos y mientras frenaba el pingo la ponía en el palito; siempre sacaba premios. Me prestó varias veces el caballo pero nunca saqué nada. 

Eran famosas las Romerías Italianas para el 20 de septiembre de cada año, que duraban dos o tres días. En Acevedo también tenemos el Centro Tradicionalista El Fortín, fundado el 30 de octubre de 1979 siendo sus propulsores Hector Federicci y Guillermo Prósperi. 

En una de las primeras comidas que organizó El Fortín, un amigo de la comisión me pide que diga algunas palabras. Yo dije: Trataré de hacerlo, porque el pedido de un amigo es una orden; soy descendiente de italianos y vascos por eso quizás mi lenguaje no esté a tono con esta fiesta gaucha que estamos celebrando, pero amo a mi Patria y a mi Bandera. 


Nuestra Patria nació con el gaucho y nuestra Bandera paseó triunfante y enarbolada en un asta, sostenida por el brazo fuerte de nuestros valientes paisanos, montados en briosos pingos que pastaban en nuestra inmensa pampa. Esta mañana al ver a los jinetes en ese hermoso desfile portando a nuestra azul y blanca bandera nos llenamos de emoción y recuerdos. Qué lindo en sentirse así argentinos y qué falta nos hace en estos tiempos que quieren hacernos creer que lo de afuera es mejor. Pero eso no va a ocurrir mientras haya un gaucho que sepa enorquetarse en el lomo de un bagual. En nombre de los organizadores agradezco la colaboración de las autoridades y los demás que están trabajando en esto, entre ellos los hermanos Bernard, y al pueblo de Acevedo de cuyo apoyo depende que esto siga adelante. 


Así nació el Centro Tradicionalista "El Fortín", que siguió año tras año organizando para el Día de la Tradición grandes desfiles de jinetes, algunos con su china en ancas, otros con sus tropillas, en alguna ocasión hubo más de trescientos gauchos desfilando. 

El desfile comenzaba en la Estación del Ferrocarril y terminaba en la Plaza, con una misa de campaña; luego seguía un almuerzo en la Sociedad Italiana para agasajar a las delegaciones visitantes. Por la tarde había pruebas de destreza criolla y carreras de sortija.


Los presidentes del Fortín fueron: Hector Federicci, Celestino Fontana, Arnaldo Guzmán, Angel Belloumini, Eduardo Busso y Cebolla. 


Agricultores Federados Argentinos

Esta cooperativa fue creada en Rosario, Santa Fe, en 1932 por iniciativa de Don Esteban Piacenza -entonces presidente de Federación Agraria Argentina- para la comercialización de cereales de sus asociados. Esto vino a llenar una gran necesidad, para defendernos de cerealistas y exportadores que se abusaban con los precios. Hoy A.F.A. es la cooperativa de primer grado más importante de Sudamérica. 

Al poco tiempo de fundada se creó la agencia de Pergamino de la cual formó parte la primer subagencia de Acevedo donde se hicieron los primeros silos a granel, que fueron inaugurados en 1941 con la presencia del Ministro de Agricultura de la Nación señor Amadeo Videla, el señor Piacenza, autoridades y muchísima gente. La inauguración fue un éxito y una novedad que con el tiempo se impuso en toda la comercialización de cereales. 


Algo que ocurrió ese día y que empañó un poco la fiesta: se había preparado una gran comida para todo el público -había más de mil personas- se pusieron mesas para todos en el bulevar de árboles de la estancia Yofre, pero la inexperiencia de los organizadores, la incapacidad de los mozos y la poca responsabilidad del cocinero, hicieron que resultara un fracaso. Se prepararon grandes ollas con tallarines y la cantidad hubiese alcanzado, pero el servicio fracasó; los que estaban cerca comieron hasta hartarse y tiraron tallarines sobre las plantas, pero el setenta por siento no sintió ni el olor, resultando que la gente agotó todos los fiambres y quesos habidos y por haber en los negocios del pueblo. Hay personas que pueden recordar esto, yo lo sentí mucho por mi querido pueblo de Acevedo. 

Hoy A.F.A. posee en Acevedo una planta de silos con secadora, balanza, volquetes y todo lo necesario. La planta está a cargo de: Adolfo Sinder, el ingeniero Javier Pretini, colaboran Osvaldo Sinder, Oscar Casani, Gustavo Luchessi y José Del lavo. Galponeros anteriores fueron Barbieri y René Prosperi. 


El Destacamento Policial 

Primero como sub-comisaría estuvo en distintas partes, una de ellas en la vieja casa de mi padrino don Virginio Torti (padre); en el fondo de la misma alcancé a conocer los viejos calabozos. Luego en abril de 1939 se trasladó al nuevo edificio; en 1979, por orden del día número 97, pasó a ser destacamento B. Es actual jefe de policía el oficial principal a cargo del destacamento Susana Lepanti. 

Epoca mala para Acevedo 

Acevedo estuvo muy estrechamente ligada a las colonias agrícolas que la rodeaban; mientras esas colonias vivieron sus buenas épocas, Acevedo progresó muchísimo, pero llegó un día en que los cereales no se podían vender porque no tenían precio y cundió el desaliento en la campaña. 


Pero eso no fue lo mas grave; los predios que hasta entonces se dedicaban a la agricultura, fueron convertidos en estancias y donde reinaban el maíz y el trigo, se llenó de novillos. 


Acevedo se ahogó por los latifundios que lo aprisionaron, las grandes estancias con cuatro o cinco mensuales cuidaban todo su ganado. Los chacareros fueron desalojados en su mayoría y otros se fueron solos, porque los arrendamientos eran muy caros; además no se les permitía tener animales, ni una vaca lechera. 


Quedaron muy pocos agricultores, la mayoría -especialmente la juventud- emigró hacia las grandes ciudades buscando mejores medios de vida. De más de cuatro mil habitantes, habrán quedado mil en la zona. 


Después de varios años malos la situación mejoró un poco, se suspendieron los desalojos, dejaron los arrendamientos, los cereales tenían un precio fijo, los dueños de grandes extensiones fueron obligados por leyes a vender parte de sus tierras, hubo créditos bancarios a largo plazo y bajó el interés, con lo que muchos productores pudieron comprar algún pedazo de tierra. 

Es sabido que los pueblos de campaña dependen de la producción del campo. Así Acevedo siguió adelante.  

La Plaza de Acevedo 

El 9 de julio de 1940 se inauguró la Plaza de Acevedo con el nombre "25 de Mayo". Asistió en esa oportunidad el intendente Municipal de Pergamino Dr. Tomás Ramella. 

Los terrenos de la Plaza habían sido donados en 1930 por Doña Clementina Achaval de Quintana. 

Sala de Primeros Auxilios

El 30 de marzo de 1940 se iniciaron las obras de la sala de Primeros Auxilios, inaugurándose la misma el 26 de enero de 1941; el terreno lo había donado Antonio Acevedo. 


La sala fue bautizada por el presbítero Francisco Valich y fue su primer director el Dr. Francisco Vaño. Entre otros estuvo encargado de la misma durante treinta y tres años el señor Julio Galván; hoy se encuentra a cargo la señora Felisa Godoy de Delgado. 


Centro obrero 

En 1941 los señores Gregorio Pintos, Sala Medina, Cervantes Juárez y Zenón Pizareo firmaron una escritura por la compra de un local donde funcionaría el Sindicato Obrero. Este Sindicato tenía la misión de defender los derechos de los trabajadores. Hoy U.A.T.R.E. Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, cuenta en la actualidad con 34 socios, según informes de su encargado Leonardo Camariero. 


Cooperativa Agrícola Ganadera Ltda. de Acevedo 

Esta Cooperativa se funda el 11 de abril de 1942, con 19 asociados, obteniendo su personería jurídica el 29 de septiembre de ese año. 

Las primeras autoridades de la Cooperativa fueron: presidente Francisco Signoli, vicepresidente Angel Conrado, secretario Francisco Pegaz, prosecretario Juan J. Clerc, tesorero Agustín Draghi, protesorero Federico Viale, vocales Juan Tatin, José Filiat y Alfredo Colombo. Tenía sólo dos empleados: Julio Leiva, gerente y Rodolfo Levatto, tenedor de libros. Al poco tiempo este hombre se alejó de Acevedo y fue reemplazado por don Nazareno Bóccoli. 


El capital de la Cooperativa fue de 2.000 pesos, pero a partir de un crédito otorgado por el Banco Nación de 15.000 pesos dio un gran vuelco para beneficiar a los socios con la compra de implementos mecánicos para el manipuleo de los cereales. 

En 1943 la cantidad de socios aumenta a 49. En 1944 se compró una máquina desgranadora, dos cargadoras de vagones y el primer camión, marca Chevrolet. 


En 1949/1950 se adquiere un edificio donde hoy se encuentra la cooperativa; para ese entonces había 185 socios. En 1952/53/54 se constituyó la Juventud Agraria. En 1969 se instala el primer autoservicio siendo el local muy pequeño, una rápida expansión obliga a agrandarlo. A fines de 1972 comienza a funcionar el semillero. 

En 1974 se compra al acopiador local Don Enrique Casella lo que es hoy la planta Nº 2, colocándose el sistema de aireación y control de temperatura, siendo primeros en la zona en esta materia. 

El 10 de mayo de 1976 un grave incendio destruye la totalidad del supermercado, salvándose la ferretería y el corralón. Este mal trance pudo superarse con la colaboración de todos, socios, gerente, miembros de la comisión, empleados y vecinos. 


Hoy es una cooperativa con toda clase de mercaderías al servicio de productores y vecinos, a cargo del señor gerente don Nicolás Mario Carcuro. No quiero pasar sin mencionar al señor Rubén Diego que también estuvo un tiempo a cargo de la gerencia. 


La gente que está a cargo hoy de los distintos rubros son: Ramón Pereyra, Isabel C. de Hernández, Carlos Viale, Heriberto Soria, José L. Zaragoza, Ricardo Loza, Jorge Squinina, Horacio Barbieri, Amilca Barbieri, Luis Benavídez, Osvaldo Céccoli, Marcelo Mora, Marcelo Raschia, Graciela A. de Chileto, Daniela Ponce, Mirian Valentini, Rubén Dall’Occhio, Mercedes Belaza, Carlos Barbieri, Humberto Belén, Eugenio Delgado, Juan Rodríguez, Alfredo Soria, Ricardo Soria, Osvaldo Baldochi, José Morais, Ruben Aranguren, Sergio Galván, Leonardo Ferrari e ingeniero agrónomo Ariel Mora.

Perdón si me olvide de alguien. 

Quisiera tener una mención especial para el señor Nazareno Bóccoli, que estuvo ligado a la Cooperativa durante casi cincuenta años; primero como contador, después como gerente, trabajando siempre con dedicación y honestidad. La noche del incendio le he visto derramar lágrimas. 


Hoy la Cooperativa Agrícola Ganadera es un orgullo para mi querido pueblo de Acevedo. Al 31 de octubre de 1998 la cantidad de socios era de 886.

¡Recordar es vivir! Santa añoranza la que liga el pasado al porvenir. 

Cuando la edad inexorable avanza, recordar el pasado es revivir. 

Triste de aquel cuyos recuerdos mueren. 

 El que nada hace nunca se equivoca. 


Cooperativa Eléctrica 

A partir de 1948 se comenzó a organizar la Cooperativa Eléctrica, realizándose la primera asamblea popular en el Club Deportivo. En esa oportunidad quedó designada la primera comisión: Agustín Draghi, Lucio Tarantel, Edmundo Fragola, José Cesaretti, José Padín, Guillermo Mooney, Honorio Couretot, Julio Leiva, Nazareno Bóccoli; suplentes: Valentini, Pegaz, Galli; síndicos: Giacomelli, Rocca; revisores de cuentas: Maza, Leiva.

Esta Cooperativa se constituyó con cien socios, ingresó a U.C.R.E. ex U.N.C.E.B.A. Desde 1960 llevó adelante un plan para dotar de luz eléctrica a todas las calles, extendiendo y mejorando el servicio. En 1968 lograron colocar 48 columnas provistas de lamparas de 400 vatios para suministrar luz a gas de mercurio a siete cuadras. 

En 1968 la Cooperativa llega a tener 450 socios quienes apoyaron decididamente el proyecto de electrificación rural, que se inició ese año logrando un tendido de cincuenta kilómetros. 

En una de las primeras líneas trifásicas tuve participación activa. Fuimos con los hermanos Julio y Jorge Villanueva a Buenos Aires a comprar palmeras y aisladores; las crucetas las fabricamos en el galpón de esta gente. Trabajando entre los vecinos Villanueva, Ceccarelli y los hermanos Torti, armamos esa línea; después la Cooperativa colocó los cables y transformadores. 


Luego la entidad fue trasladada al local que ocupaba la Compañía de Electricidad que anteriormente prestaba servicios en la localidad. Los hombres que impulsaron este proyecto fueron: Nazareno Bóccoli, Orlando Giaganti, Lino Valenti, Italo Venuti, Humberto Giaganti, Nazareno Valentini, Luis Lazzareschi, Aroldo Rocca, Victorio Simonato y Rubén Diego. 


Cooperativa de Agua Potable y Servicios Públicos de Acevedo Ltda.

 El 7 de abril de 1968 se reunió en Acevedo un grupo de vecinos con el propósito de constituir la Sociedad Cooperativa de Agua Potable y de Servicios Públicos. Por unanimidad eligieron al señor Rubén Rocca como presidente y José Gutiérrez como secretario. 


A partir de 1989 se inauguró el servicio de telediscado. En la actualidad posee un hermoso edificio en Avenida Centenario entre calles 10 y 8; la oficina está a cargo de la señorita Amelia Dall’Occhio, secundada por Julio Dassi y Fabián Gornatti. La actual comisión: presidente Sergio Gabrieli, secretario Oscar Lazzari, tesorero Carlos Alvarez. 


Remate en Acevedo 

El 23 de diciembre de 1956 el señor Carlos Berazategui (rematador) realizó en nuestro pueblo un remate de lotes y terrenos, trescientos treinta y seis en total, con planos aprobados. Esta venta se realizó por cuenta y orden de los herederos de doña Clementina Achaval Rodríguez de Quintana. Con esta venta muchos vecinos pudieron adquirir sus lotes y construir sus viviendas. 


Cien años de Acevedo 

El progreso trazaba su línea recta en la llanura pampeana a través del ferrocarril y en un distante 12 de febrero de 1883 se inauguraba el ramal que atravesaba la zona que hoy ocupa Acevedo. Aquel origen, perdido en la nebulosa de los años, marca la primera etapa en la vida de Acevedo. Pero antes de esa fecha ya había pobladores, mis abuelos trabajaron campos en la zona antes de 1880. 

Tomando como fecha de nacimiento la llegada del ferrocarril, mi querido pueblo de Acevedo festejó sus cien años de vida el 12 de febrero de 1983. 


Fue una gran fiesta con la presencia de autoridades de la Municipalidad de Pergamino, autoridades locales ex residentes y gran cantidad de gente durante toda la jornada. 


En horas de la mañana frente al local de la Delegación Municipal se reunieron el secretario de Gobierno señor Luis M. Milano, el director de Cultura y Deportes Jorge Pertierra, la directora de Cultura Nora L Sarlinga, el delegado municipal señor Omar Soldati, los miembros de la comisión vecinal Roberto Ipoliti, Alberto Tunessi, Nazareno Bóccoli, Ramón Pereyra y quien esto escribe, el jefe del destacamento policial Carlos F. Vega, el padre José Luis Aramburu, la reverenda María Margarita y vecinos. 

Por la mañana, tras breve concentración en Avenida Centenario, autoridades y público concurrieron a pie hasta la Plaza 25 de Mayo, donde fue izada la Bandera Nacional, ceremonia a cargo de los señores Milano, Soldati y Torti. 


De inmediato una nutrida caravana de automóviles se dirigió hasta el Cementerio, donde fue descubierta una placa por los señores Soldati y Pertierra, la que fue bendecida por el Párroco José Aramburu. 


Tal como estaba anunciado se cumplió, por la tarde, la segunda parte de las celebraciones. A las 19 arribaba a Acevedo el Intendente Municipal de Pergamino arquitecto Raúl A Rossi en compañía de sus colaboradores inmediatos. La Iglesia del poblado resultó insuficiente para albergar el número de fieles asistentes a la misa solemne que se celebró a las 19. 

Luego los integrantes de la Brigada de Paracaidismo del Aero Club Pergamino, señores René Calía, Juan J. Valente y Vilma Unzueta, efectuaron un descenso en paracaídas transportados en un avión piloteado por el ex vecino Juan Hector Pascuali. 

Luego fue entonado el Himno Nacional Argentino por él publico que colmaba el sector aledaño a la delegación, donde el señor Rossi y Torti descubrieron otra placa también bendecida por el Párroco José Aramburu. 


Dando mayor brillo al acontecimiento actuó una banda Militar. 

Siendo las 20:15 correspondía hablar al autor de estas líneas, por entonces presidente de la comisión vecinal, quien tras agradecer la presencia de autoridades y ex vecinos expresó:


"Acevedo: nació a fines del siglo pasado y lo hizo con proyección de futuro, lo dicen sus amplias y bien delineadas calles con su Avenida principal que nace justamente con la estación ferroviaria que le dio origen. Muy pronto se construyeron viviendas particulares y se fueron instalando negocios de carnicerías, panaderías, almacenes de ramos generales y todo lo que hace a un pueblo en formación. Tuvo además distintos conceptos en la reseña de diversos acontecimientos que integran la pequeña historia lugareña."Y concluyó aludiendo a la emoción del reencuentro, especialmente con los ex vecinos que ya no viven en la localidad, pero se han hecho presentes "para reafirmar su condición de hijos de esta rica zona". 


Luego el señor Milano, secretario de Gobierno, con su habitual fluidez improvisó una sentida evocación del solar acevedence refiriéndose en primer lugar a la llegada de la civilización, las luchas patrias y el aparecer de los primeros inmigrantes que afincándose poblaron el hasta entonces rico desierto, teatro de las correrías del indio. Después rindió un cálido homenaje a los pioneros de la localidad y como colofón señaló su fe y optimismo por el futuro de Acevedo. 

Anochecía cuando se arrió la bandera. A las 20:45 mediante un nuevo sistema de célula fotoeléctrica quedó encendido el alumbrado público que cubre un radio de 25 cuadras, con la provisión de 125 focos; de inmediato hubo fuegos artificiales de llamativo colorido. Por la noche, para finalizar, hubo una gran cena con muchísimos comensales en las instalaciones del semillero de la Cooperativa Agrícola. 

En la cabecera junto con las autoridades se sentaron viejos pobladores especialmente invitados.

A los postres habló el arquitecto Raúl Alberto Rossi quien pronunció un extenso discurso y dijo entre otras cosas: 

 "Esta hermosa y muy progresista pequeña ciudad que se llama Acevedo cumple hoy cien años de su creación" y agregó: "Quedaba en la época marcada allá por 1883 el comentario de malones indios y de enfrentamientos guerreros por quienes en una y otra forma fueron los gestores directos o indirectos de nuestra gesta revolucionaria como así de la Independencia y Ordenamiento Constitucional". 

Trazó después una ceñida reseña histórica y aludió a los vecinos que tuvieron vigencia política como Felipe Yofre, José Gerde y Miguel D’Avila. El discurso del intendente fue muy aplaudido y concluyó con palabras de aliento y agradecimiento para el delegado señor Soldati, la comisión vecinal y todos los pobladores. El delegado recibió una réplica del escudo del Partido, entregado -dijo el señor Rossi- "en muestra de mi reconocimiento a esta hermosa y pequeña ciudad". 

Así recordó Acevedo su Centenario. 


Escuela de Educación Media Nº 1 Bernardino Rivadavia 

Este establecimiento empezó a funcionar con 26 alumnos en la Casa Parroquial el 20 de marzo de 1985 porque no se conseguía un edificio apropiado, siendo la primera directora Enna Beatriz Fernandez Viña. La primera promoción fue de cinco alumnos: a saber Leonardo Ojeda, Amalia Zulo, Elvira Andrada, Fernando Disesari y Nicolás Giménez. 


En 1987 se consigue un edificio más amplio donde desarrollaban sus estudios mas de cien alumnos, ubicado en calle cuatro entre Avenida Centenario y calle nueve. La asociación cooperadora compró este edificio a la familia Padín, luego lo donó a la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires. 


En 1998 se trasladó por problemas en el edificio propio, a un edificio nuevo que comparte con la E.G.B. de la Escuela 12, mientras esperan que se termine de edificar el resto del edificio, que quedaría con las comodidades necesarias para que las dos instituciones puedan trabajar con comodidad. 


En junio de 1989 se hizo cargo de la dirección la profesora Alicia Raquel Lazarte, que sigue al frente de la misma hasta la fecha. 


La cantidad de alumnos de las distintas promociones: 1989-5 egresados, 1990-7 egresados, 1991- 13 egresados, 1992- 10 egresados, 1993- 11 egresados, 19994- 11 egresados, 1995- 15 egresados, 1996- 24 egresados, 1997- 20 egresados, 1998- 15 egresados, total de egresados 131 alumnos. 


Centro Comunitario Casa del Niño 

El 30 de abril de 1997 se inaugura este Centro, una verdadera necesidad para mi querido pueblo de Acevedo. Funciona desde las 7 de la mañana hasta las 18 horas. 

Se brinda a los niños desayuno, almuerzo y merienda, además de las distintas enseñanzas que el niño necesita. Aprenden a leer, escribir, gimnasia, dibujo, cerámica, peluche. Se acostumbran a convivir, a tener amigos, etcétera.


Pequeño hogar para los niños de nuestro pueblo, siempre con el cariño y amor que los chicos necesitan, comenzó a funcionar con 48 chicos, en las instalaciones de la Sociedad Italiana durante varios años. 


El 7 de marzo de 1994 inauguró su local propio con la asistencia del señor intendente de Pergamino Alcides Sequeiro, autoridades y mucho público. 


En la actualidad la cantidad de niños que concurre es casi la misma, pero se van renovando año tras año. 

La alegría de los niños es la felicidad en el corazón de los padres. Es su directora la señora Olga Beatriz Porti de Imaz, maestras Josefa Zubiri, Susana Gómez, Gladys Escudero, cocinera Haidé P. Fontana, colaboradora Iris Estorani, colaboradores en cerámica y peluche Claudia Muñoz y Gabriela Cebolla, profesores Julio Casasi y Darío Casella. 

Escuela de la Familia Agrícola (EFA)

Es directora de la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) Sonia M. Stagno. El establecimiento se instaló en marzo de 1992 en el campo que fuera donado por María Antonina Acevedo, ubicado a cuatro kilómetros del pueblo de Acevedo. El primer año tenía 35 alumnos, en 1998 alcanzó a 62 y para este año se calculan 80. 


Es presidente de su Consejo de Administración el señor Hugo Michetti. 

Un Banco en Acevedo 

Con el nombre de "Banco de la Ribera", empezó como oficina en enero de 1980, transformándose en sucursal el 2 de enero de 1983, gracias a la importancia de sus operaciones. Vino a llenar una necesidad de nuestro pueblo que ahí podia realizar todas sus operaciones bancarias. Lamentablemente, con el tiempo pasó a depender del Banco Integrado Departamental Cooperativo Ltdo. Este presentó quiebra y se quedó con el dinero de los ahorristas que colaboraban en el sostenimiento del banco. 

Lo digo con mucha pena; así terminó el Banco de Acevedo. Nuestro querido pueblo no merecía esto. 

Centro de Jubilados 

Se creó el 21 de agosto de 1987. Su primer presidente fue don Oscar Maza, sucediéndole hasta la fecha la señora Nélida Taruselli de Mayaudet. Esta mujer se ocupa muchísimo por mejorar el centro, robándole horas al descanso, con la colaboración de los miembros de la comisión y todo el personal: enfermero Julio Galván, pedicura Olga Gastón de Banfi, tejido Irma B. de Berthet, gimnasia Claudia M. de Suárez, servicio de bioquímico y odontólogo. Cuenta con material descartable para los jubilados. 

Empezó en la casa de Rosa Soldati, después en lo de Lila Ghilarducci, actualmente en la casa de A. Llop. Se está construyendo un edificio propio que pronto será ocupado. 

Radio Encuentro

En septiembre de 1986, por iniciativa del señor Carlos Céccoli, Radio Encuentro comenzó su transmisión en Acevedo. Emite todos los días música, información general y básicamente de nuestro pueblo con todos los acontecimientos sociales que aquí ocurren. En agosto de 1997 se hace cargo de la radio el joven Guillermo Aguilera que continúa con el mismo programa siempre en circuito cerrado. Es un centro de información que tenemos en Acevedo. 

Televisión A.V.C. 

Acevedo cuenta con un circuito cerrado de televisión por cable dirigido por su actual propietario, Leonardo Ojeda, que transmite su programa Las Cosas de Nuestro Pueblo y además compra señales al Canal 4 de Pergamino. Cuenta en este momento con 18 canales. Se inició el 5 de febrero de 1997 y el 12 de abril comenzó a emitir su programa local los sábados al mediodía y la misa local por la tarde. 

Mi idea para este pueblo 

Esto lo vengo diciendo públicamente desde hace muchos años. A mi querido pueblo de Acevedo le hace falta una fábrica, una industria, está todo dado para que ello se haga realidad. Hay espacios libres, corriente eléctrica, correo, telediscado, gas natural, agua potable, ruta para cualquier clase de transportes, policía, mano de obra capacitada, ya sea para administración o cualquier clase de trabajos, talleres mecánicos, casa de electricidad, etcétera. De esta falta culpo mucho a la Municipalidad, que no se ocupa del caso. 


A pesar de que los impuestos aparecen todos los días.

A los políticos de cualquier ideología, les pido que se acuerden de los pueblos de campaña. Al decir estas cosas creo interpretar el pensamiento de la mayoría de la gente de Acevedo, que queremos progreso para el bien de todos.


Reflexiones 

El que sabe y sabe que sabe, 

Es un sabio, síguelo siempre. 

El que no sabe y cree que sabe, 

Es un necio, huye de él. 

El que no sabe y sabe que no sabe, 

Es humilde, ayúdalo. 

El trabajo y la virtud ayudan a vivir, 

Tenlo siempre presente. 

Errar es humano y perdonar es divino. 

El que no se equivoca nunca, 

Es porque no hace nada. 

Tener amigos es una virtud, 

Tener enemigos es un castigo. 

La plata es necesaria, 

Pero no hace la felicidad. 

Como sería el silencio de nuestras pampas, 

Que de noche se oía crecer los yuyos. 


Agradecimientos

Quiero dejar escrito mi agradecimiento y felicitaciones para toda la gente de mi querido pueblo de Acevedo, que formó y forma parte de las distintas comisiones, ya sean cooperadoras escolares, consejos de cooperativa, comisiones parroquiales, de club, fútbol infantil, pileta y tantas otras actividades. Que trabajaron y trabajan desinteresadamente por el bien de nuestro pueblo. 

Muchas gracias también para las amigas y amigos que me han ayudado alcanzándome información para confeccionar este humilde relato de Acevedo: Roberto Clerc, Nazareno Bóccoli, Italo Venuti y su señora esposa, su tía Emilia Camariero, Isabel S. Valenti, Rolando Dall’ Occhio, Padre José Aramburo, Ruben Bocanera, Blanca Ghilarducci, Raquel Lazarte, Gladis Escudero, Nélida Taruselli, Sonia Stagno, Roberto Ipoliti, Roberto Santichia y otros. 

A mi esposa a quien he consultado muchas veces; a mi nuera Silvina y a mi hijo Gabriel quien me han pasado el manuscrito y a mi nieto Ariel que los ayudó con la computadora. 


He querido dejar una idea de lo que fue nuestro pueblo a través del tiempo para que las generaciones futuras sepan como se fue formando esto. Con trabajo, dedicación y amor de toda la gente que vivió y vive en esta zona. 


Sé que he cometido muchos errores y olvidos por todo ello pido mil perdones. Pero sí les digo que he puesto mi corazón y toda mi mejor voluntad para dejar algo en el recuerdo, de mi querido pueblo de Acevedo. 

Muchas Gracias.


El Autor 

Filiberto Romualdo Torti 

Nacido el 23 de agosto de 1920 en una casa de una chacra de Acevedo.

Por razones económicas sólo cursó el cuarto grado de la escuela primaria, a pesar de que le gustaba estudiar y leía mucho. 

Desde muy joven trabajó en el campo con su padre, eran ocho hermanos tres ya fallecidos, siendo él el mayor. 

Cuando cumplió 24 años con la ayuda de su padre y su tío Pepe, se independizó y puso una chacrita por su cuenta; eran 20 hectáreas arrendadas, con un rancho viejo donde durante tres años vivió solo. 

Despues se casó con su compañera de toda la vida, con quien tuvo tres hijos varones y una nena que Dios se llevó de muy pequeña. 

Esta pequeña obra la dedico a Mi Querido Pueblo de Acevedo Partido de Pergamino Provincia de Buenos Aires. República Argentina. 

"EL MEJOR LUGAR DEL MUNDO"

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1件のコメント


Gonzalo Leani
Gonzalo Leani
2022年6月17日

Pude leer esta magnifica obra artifice de una memoria prodigiosa y que prevalece con el trancurso de los años . Me trajo hasta aqui los origenes de los Gilio chacarareros propios y del Dr Yofre y Sra, Acevedo, dichos Gilio son parte de mi familia materna que intento reconstruir ; es una tarea ardua pero dar con joyas historicas como estas me remontan a tiempos que no vivi, pero que obran como dispositivo para viajar en el tiempo y me permiten descubrir.

Los agradecimientos son pocos, aun asi muchas gracias.

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