En su sentido histórico y etimológico, nuestra Agrupación ha sido el lugar dónde los dirigentes y afiliados del Sindicato del Seguro han podido encontrarse y asociarse para mejorar sus condiciones de vida de forma común. La gestión compartida en la mejora de las condiciones de vida nos ofrece una primera mirada de la política y así se puede decir con toda propiedad que el origen de nuestra Agrupación esta ligado a la política y al propio origen de la democracia, es el espacio del diálogo y, por ello a la vez, del conflicto.

 

En los espacios políticos, precisamente dentro de un Gremio se hacen las revoluciones y se producen las innovaciones. En los espacios políticos se produce el cambio y se construye el conocimiento.Y el Sindicato es, precisamente, el lugar porque es donde se produce la encrucijada del encuentro (la síntesis) entre la diferencia (variedad, heterogeneidad de sujetos, culturas, pensamientos y actividades) y la igualdad (en el acceso a los recursos y en los derechos de los trabajadores), es decir, el Sindicato es el lugar de la convivencia que se (re)produce de forma recurrente al combinarse con el conflicto como proceso axiomático que permite avanzar en la satisfacción de los trabajadores, aunque, claro esta, siempre en una tensión entre la imperfección de estos supuestos y la  conquistas de los mismos.

 

Originariamente un Gremio es el lugar construido y apropiado por el dirigente que alcanza y desarrolla derechos y deberes políticos como estrategia para satisfacer las necesidades de sus afiliados, entre ellas la más emblemática en su origen: la de la dignidad del Trabajador

 

Así nuestra Agrupación se descubre como espacio de la política, ya que es donde se produce el encuentro de lo que es diverso, produciéndose a la misma vez el conflicto y el contacto, asociación que promueve el desarrollo de los complejos procesos sociales para superarlo, para construir nuevas síntesis conflictivas-laborales, y eso es así porque irremediablemente se produce la interdependencia de los elementos que hacen a un sindicato. La participación de las partes, de los elementos, de los actores, es lo que permite incorporarse al juego de la política en un sentido de creación permanente y en una orientación que hace de la satisfacción de las necesidades una estrategia humana relacional.

 

La autonomía personal que confiere la agrupación se construye, paradójicamente, desde la dependencia que el dirigente tiene del medio social y, particularmente, de la propia interactividad de las relaciones laborales, es decir, de la interdependencia. Dicho de otro modo, las necesidades humanas se satisfacen en la política merced a la interactividad que en ella se ocasiona entre sus heterogéneos componentes, y esto nos ayuda también a entender como las necesidades conforman un sistema complejo de tal suerte que la satisfacción de cada una de ellas depende de la satisfacción adecuada de las demás.

 

Queremos adoptar este punto de partida que nos permite pensar que la participación de nuestra Agrupación en la política es un derecho porque es una necesidad humana.

 

El Movimiento Obrero es la columna vertebral del Movimiento Nacional Justicialista. Perón nos legó el Modelo sindical argentino que, a pesar de los embates de la oligarquía y el imperio (verdaderos enemigos que, lisa y llanamente, no quieren que el pueblo argentino exista), continúa defendiendo la dignidad del trabajo y abogando por aquella Argentina que ansiaba una sola clase de hombres. En todo caso, nivelando hacia arriba.

 

Como pide Francisco cuando llama al movimiento sindical no a desaparecer sino a construir un “nuevo contrato social humano para el trabajo” ligado a lo que denomina, desafíos trascendentes para el bien común. Y clama: “Vivir las periferias puede convertirse en una estrategia de acción, en una prioridad del sindicato de hoy y de mañana”. Y recuerda el sentido mismo de la palabra sindicato: “viene del griego “dike”, es decir justicia y “syn” juntos. Es decir: “justicia juntos.” Y en tal sentido, es taxativo: “No hay justicia juntos si no es junto con los excluidos de hoy”.

 

El 2020 es la cita obligada para los trabajadores argentinos y para todos los sectores de la comunidad que vislumbran en un Alberto Fernández, fundamentalmente, el renacer de una esperanza en lo nuestro y en nuestras capacidades colectivas. Como dijo Francisco: Construir un “nuevo contrato social humano para el trabajo” y nuestro proyecto politico debe estar dentro del Partido justicialista, respetando siempre las ideas y opiniones políticas del conjunto de los Trabajadores .-