Ante mi descargo, el afiliado debe saber que es verdad que el 26 de mayo de 2010, por problemas de índole personal, solicité por escrito al Consejo Directivo Nacional del Sindicato del Seguro una licencia temporal como Secretario General de la Seccional Santa Fe Sur. El 1º de Junio de 2010 el Secretario General Nacional, Co. Raúl Martínez, mediante nota firmada por él, me informa que “el Consejo Directivo ha resuelto otorgar la respectiva licencia y con goce de haberes”. 

 

Así llegamos hasta los primeros días de Diciembre de 2010 cuando Gustavo Faletti se comunica conmigo y  en nombre de Jorge Alberto Sola, Secretario Gremial Nacional, me ofrece un arreglo económico para que renuncie a mi cargo gremial y regrese a mi trabajo en La Segunda. No acepto ningún tipo de acuerdo y con fecha 14 de Diciembre me informan que el sindicato recibe un embargo sobre mi persona y que han resuelto sacarme la licencia y el goce de haberes. No por esto negué la deuda, al contrario, dije sorprenderme por el demandante, ya que con este habíamos llegado a un acuerdo y parte de la deuda ya se había regularizado en tiempo y forma. (Cuento con recibos de cobranzas  firmados por el demandante)

 

Durante el corriente año, fueron mis propios compañeros de Comisión Directiva, quienes más de un vez sugerían para que volviera a mis funciones, expresando toda su amistad y la voluntad de los afiliados. El viernes 15 de Julio de 2011 decido reinstalarme en mi cargo y me presento en la sede con mi abogado y un escribano público. Allí llegaría mi primera sorpresa, mi compañero y amigo, el Secretario Adjunto Co. Víctor Eschoyez, impide mi reinstalación argumentando que yo estoy de licencia gremial. Como la Secretaria de Acción Social, Ca. Sandra Gómez, que no sólo reconoció mi cargo de Secretario General, además llamó a la fuerza pública para que fuera expulsado de las instalaciones del sindicato. Y después vendría el comunicado que repartieran en todas las empresas que todos ustedes conocen. 

 

Nunca jamás oculté esa deuda y tampoco negué que los cheques y sus endosos no fueran de mi puño y letra. Esta operación fue realizada en el año 2009 y la hice en forma personal como cualquier otro crédito particular. Por supuesto que ya era Secretario General, y si el Sindicato resultó involucrado es por el solo hecho de un sorpresivo embargo que recayó ante éste por ser el responsable hasta ese momento del pago de mis haberes. ¿”Se constituye este embargo en una acción fraudulenta y de mala fe”? 

 

Expresan en el comunicado que estoy demandado penalmente e imputado por el delito de defraudación y que en diciembre de 2010 se llevó a cabo esta denuncia, ¿cómo es que todavía no fui notificado ni citado por los tribunales pertinentes?. Se me suspende como afiliado hasta tanto se clarifique mi situación penal ¿?Se da apertura a un sumario interno en averiguación a mi conducta como miembro de Comisión Directiva ¿?Y dicen ser ellos los primeros en denunciar y atacar la corrupción ¿? 

 

De ser así: No será tiempo de confesar que entregamos nuestra alma al diablo y comunicar que a partir de marzo de 2004 somos partícipes necesarios y beneficiarios de hechos delictivos por corrupción?. ¿O nos olvidamos del fraude electoral contra Carlos Gutierre de San Cristóbal Seguros? ¿Nos olvidamos que ganó legítimamente las elecciones y nosotros dejamos que desde Buenos Aires se las robaran?. ¿En la Comisión Directiva actual no están entre nosotros los autores materiales del fraude?. ¿No están entre nosotros compañeros que pertenecían a la lista estafada y que después se dieron vuelta frente a la billetera?. ¿No estamos los que nos beneficiamos por esos hechos de corrupción y de esas traiciones? 

 

Tampoco confesamos que somos responsables directos de los despidos más arbitrarios e injustos como el caso de los bañeros del natatorio de Pueblo Esther, que ni nuestro propio abogado Jorge Elías estuvo de acuerdo. Del despido de tres compañeras de la Obra Social. Del cierre de la Pileta de natación céntrica. Del despido del colegio de nuestra sede con todos sus directores, profesores y alumnos. Al contrario de todo ello, seguimos mintiendo con que tenemos  mejores condiciones laborales y mayores salarios cuando el afiliado padece la otra cara de esa expresión.

 

Solo me queda esperar que la justicia resuelva pronto MI DENUNCIA y se edite el veredicto. Por último, y por recibir la misma persecución laboral, me solidarizo con el compañero Carlos Raimondo, Presidente de la Obra Social del Seguro que fue licenciado gremialmente hasta el final de nuestro mandato. En el mismo orden me satisface que en otro hecho similar Luciano Drommi haya sido favorecido por la Justicia. Esta claro que todos los atropellos de Martínez y Sola no quedan impune. 

 

Agradezco a los funcionarios de las empresas de Rosario que no permitieron el reparto del comunicado  dentro de sus instalaciones. A los compañeros del Consejo Directivo Nacional que no aceptan estas persecuciones y hacen llegar su apoyo. A todos muchas gracias. Será Justicia.-

Julio de 2011.-