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Selva Misionera

Localizado en el extremo noreste de nuestro país y sobre un relieve abovedado, con alturas superiores a 800 metros sobre el nivel del mar, se localiza la selva misionera. Este bioma es el de mayor riqueza en cuanto a flora y fauna, como así también por el número de especies. Se desarrolla en un clima subtropical sin estación seca (es decir, cálido y húmedo), lo que implica que las precipitaciones sean abundantes, entre 1.000 a 1.700mm anuales, con una distribución regular durante todo el año.

En cuanto a las amplitudes térmicas, estas son escasas ya que reciben la influencia del océano que modera las temperaturas. Sin embargo, las mínimas pueden llegar a ser menores a 0° C con heladas en las zonas más elevadas.

La vegetación de la selva se presenta en forma de estratos, lo cual da la sensación de ser una masa impenetrable. Ocupando así todo el espacio disponible entre el suelo y las copas de los árboles más altos.

Generalmente, estos estratos pueden distinguirse de acuerdo a la altura y especie. Por ejemplo, en los niveles superiores encontramos árboles de gran porte como el guatambú, el laurel negro, el lapacho amarillo, el cedro, el incienso. También están, el laurel amarillo, el peteribí, las palmeras como el pindó; pero todas ellas de menor porte.

A partir de los 500 metros sobre el nivel del mar se encuentran las araucarias o pino pará y la yerba mate. En cambio hacia el norte, crece el palo rosa acompañado por el palmito. Por debajo de estos estratos arbóreos, se conforma un sotobosque junto a cañas y arbustos. Aquí crecen bajo un ambiente de penumbra, una variedad de helechos arborescentes. Si continuamos descendiendo, en los estratos inferiores, se encuentran desarrolladas plantas herbáceas, como las gramíneas de hojas anchas, musgos y líquenes que cubren totalmente el suelo. Además una gran cantidad de epífitas, lianas y enredaderas, se entrelazan entre los distintos estratos que componen la selva. En las cercanías a los cursos de agua, crecen las denominadas “selvas en galerías o selvas marginales”, que se extienden hasta los 34° latitud sur (delta del Paraná). En este sector desarrollan especies como el ceibo, el laurel, el sauce criollo, el aliso, y algunas especies hidrófilas.

En cuanto a la fauna característica de este bioma, podríamos afirmar que al igual que la vegetación, es muy variada en especie y abundante en población. Esto se debe a que las flores y los frutos que ofrece la vegetación constituyen un importante recurso alimenticio para algunos. Como ser los insectos (hormigas, termitas), las aves (loros y tucanes) y algunos mamíferos como los monos y ciervos.


No obstante, también encontramos en este bioma animales que desarrollan mecanismo de adaptación para buscar sus presas en los distintos niveles de la selva. Por ejemplo: aves rapaces, reptiles (víboras yarará y la de la cruz), yacarés, mamíferos (yaguareté, el gato onza, el tapir, el oso hormiguero, coatí, pumas, entre otros).

El hombre es responsable de la gran explotación que ha sufrido este bioma. Ya que se han extraído gran cantidad de especies valiosas de vegetación siendo reemplazadas con variedades de pinos para su comercialización. Además el desarrollo de la agricultura ha avanzado increíblemente sobre la selva para implantar otros cultivos como el te, tung, o yerba mate; perdiendo grandes extensiones de este cinturón verde.

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