SANTA FE IMPULSARÁ EL ECOTURISMO Y LA GASTRONOMÍA TRAS LA PANDEMIA.
Santa Fe buscará revertir la situación que tenía antes del Covid-19 mediante el impulso al ecoturismo y la gastronomía, con apoyo financiero al sector y mediante la cercanía de mercados como Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos.
El plan de reconversión ya estaba en la agenda para este año cuando llegó el nuevo coronavirus y se frenó la actividad, pero los planes se mantienen en base a su potencial de naturaleza y de producción en gastronomía, aunque ahora el gobierno deberá asistir con créditos a muchos emprendedores.
Uno de los pilares será el ecoturismo, para lo que cuenta con dos “sitios Ramsar” -ciudad iraní donde se firmó la convención sobre humedales de aves migratorias- un parque nacional, el río Paraná y hasta un reservorio de lampalaguas para convertirse en atractivo turístico.
En lo gastronómico, además de los productos del río y las tradicionales comidas criollas y de colectividades, Santa Fe tiene la mayor cuenca lechera de Sudamérica, sobre la que proyecta una “ruta del queso”; sus históricos alfajores y es la mayor productora de cerveza artesanal, con el único “cervezoducto” del país.
“Lo que vemos es que la salida de la crisis del Covid va a dejar algunas oportunidades interesantes“, indicó el secretario de Turismo, Alejandro Grandinetti, a Télam, y contó que “Santa Fe tenía un poco de retraso en cuanto a la participación del turismo en su Producto Bruto, en relación con las provincias circundantes, como, Córdoba, entre Ríos y Corrientes”. Mencionó a “Misiones, con cerca de un 25%; Salta, 9,7, y Córdoba, 9,1 y nosotros con 2,7% o sea que estábamos lejos de esta gran corriente y debíamos subirnos como fuera”.
Sobre el producto naturaleza, resaltó la importancia del Parque Nacional Islas de Santa Fe, vecino a Rosario, donde está uno de los sitios Ramsar de nivel internacional de la provincia, con los otros en el humedal de Jaakaunigás, en el norte, y en la laguna de Melincué, en el sur.
“Jaaukanigás, vecino al Chaco, es la parte oeste de los Esteros del Iberá, con selva y terrazas, un sitio imponente casi virgen para desarrollar”, señaló el funcionario, en tanto el de Melincué se encuentra próximo a la ciudad del mismo nombre.
El reservorio de las boas constrictoras más australes del planeta, señaló, está en “un campo donde el dueño, en lugar desmontar todo para sembrar soja dejó 300 hectáreas para monte nativo y eso se convirtió en el reservorio de lampalaguas y estamos tratando de desarrollar una atracción con eso”.
Al hablar de gastronomía, destacó los 700 kilómetros de río Paraná “con lo cual tenemos una buena tradición de cocina de río, pero también cosas como la Fiesta de la Bagna Cauda, de la colectividad piamontesa; tenemos el cinturón lácteo más importante de Argentina; una gran colonia suiza y creo que la primera colonia judía, en Moisesville, que ofrece su tradición gastronómica propia”.
“En ese cinturón -siguió- con Sunchales, Rafaela y Esperanza, está la cuenca lechera más importante de Sudamérica, donde queremos tener un gran festejo del Día del Dulce de Leche, en octubre, con una feria de gastronomía, diferentes preparaciones, postres y helados”.
Los alfajores santafesinos tienen un lugar en la historia desde que fueron repartidos a los firmantes de la Constitución Nacional de 1853, en la ciudad de Santa Fe, por un tal Merengo, nombre que lleva una de los dos grandes fábricas de estos dulces en la provincia.
Otra curiosidad es que “Santa Fe, capital de la cerveza artesanal, tiene un ‘cervezoducto’, único en Argentina, con un ducto que sale de la fábrica, pasa sobre una calle, llega a un bar y te la sirven en la barra”, manifestó Grandinetti.
Algunos planes en gastronomía, adelantó, son “cambiar la Ruta de la Leche por una Ruta del Queso y hacer algo parecido a lo de Amsterdam, en Holanda, aunque más chico, y se está haciendo el Museo del Alfajor, vinculado con aquella distribución en la firma de la Constitución”.
Comentarios