Provincia de Misiones
Misiones, su historia
La Provincia de Misiones lleva un nombre que recuerda a los pueblos jesuíticos, pero su historia se hunde en las raíces de la América indígena.
Los Guaraníes, de la familia Tupí-Guaraní provenientes del Amazonas, llegaron a lo que es hoy territorio misionero hacia el año 1000. En su mítica búsqueda de la “tierra sin mal” fueron asentándose a la vera de ríos y arroyos. Desplazaron a pequeños grupos aislados que poblaban este territorio prácticamente inhabitado, e hicieron lo mismo con grupos más importantes con los que se encontraron, como los Guayaquíes y Kaingang.
Los Guaraníes eran guerreros, cazadores y recolectores, se llamaban a sí mismos avá que significa hombre. Pero también poseían grandes habilidades artísticas y tradición agrícola. Compartían una misma lengua y afianzaban sus comunidades a través de lazos de parentesco. A la llegada de los españoles, los Guaraníes ocupaban buena parte de la Cuenca del Plata, un inmenso territorio, definido por los Ríos Paraná, Paraguay y Uruguay con sus tributarios.
Los conquistadores españoles comenzaron a explorar la Cuenca del Plata luego de la fundación de Buenos Aires (1536) y de Asunción (1537). Uno de los adelantados más conocidos, Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, saliendo de la costa brasileña hacia la ciudad de Asunción, toma contacto con numerosos grupos Guaraníes y se encuentra con la maravilla de las cataratas del Río Iguazú (1542).
En los primeros tiempos la relación entre españoles y guaraníes no fue conflictiva. Necesidades, intereses en común, marcaron una etapa de relaciones relativamente cordiales. Pero las ambiciones de españoles residentes condujeron al abuso y a la dominación a través de lo que se llamó la encomienda. Este sistema creado por la corona Española, otorgaba tierras e indígenas a españoles que se convirtieron en amos y señores de la vida de sus “encomendados”.
La llegada de los Jesuitas provocaría no pocos conflictos dado que el sistema de organización llevado adelante con la “reducción” de los Guaraníes, no permitía la existencia de la encomienda (que sí lo hacia la orden Franciscana).
Los padres de la Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola en 1539, se instalaron en un ámbito geográfico de tensión política entre dos imperios coloniales de la época: España y Portugal. Los más de doscientos años de permanencia en la región de los Guaraníes estuvieron marcados por las presiones y agresiones de ambos bandos. La epopeya de aquellos años imprimiría para siempre una fuerte identidad en la región. Las Misiones conformaron una experiencia singular en esta parte de América. Dejaron muchos testimonios que se manifiestan en las piedras de sus pueblos fundados e incendiados, permanecen en valores, mitos y leyendas, en los nombres de los lugares.
Luego de la expulsión de los Jesuitas por parte del Rey Carlos III en 1767, otras órdenes religiosas intentaron hacerse cargo de los pueblos, pero los Guaraníes los fueron abandonando de a poco. Con la creación del Virreinato del Río de la Plata se conformarían las gobernaciones e intendencias, y esta región pasaría a depender de Asunción.
La Revolución de Mayo de 1810, potenció las disputas sobre el territorio de la Misiones. Tanto Manuel Belgrano como los independentistas Andresito y el mismo Gervasio Artigas querían fortalecer la identidad de las Misiones, otorgándole autonomía política y administrativa.
Andresito, hijo adoptivo de Artigas, tuvo su primera batalla contra los españoles en el combate de Las Piedras en Uruguay. Cuando el caudillo uruguayo avanzó sobre las provincias del Litoral, nombró gobernador de las Misiones a Andresito. Las acciones militares de Andresito comenzaron recuperando Candelaria de manos de los Paraguayos (1815). En 1816 atacaron las fuerzas portuguesas que dominaban los pueblos orientales, en conjunto con Artigas que atacó por el sur. Después de una dura derrota Andresito se reorganizó y consiguió la victoria sobre los portugueses. Sin embargo, las nuevas incursiones de los lusitanos dejarían destruidos los pueblos de la costa del Uruguay. Los esfuerzos heroicos de Andresito y sus Guaraníes evitaron la incorporación de Misiones como posesión portuguesa.
Siguiendo la posición de defensa de la federación, Andresito venció a los centralistas en Corrientes y ocupó la gobernación de esta Provincia por un año. Los colores de la bandera actual de Misiones son el azul, el rojo y el blanco. Con esa bandera ingresó a Corrientes, un Andresito victorioso con sus guerreros indios. Luego acudiendo en ayuda de su padre Artigas fue derrotado en la Banda Oriental, apresado y enviado a una cárcel en Brasil. No se tiene información fidedigna acerca de su suerte, pero existen documentos que indican que fue liberado al poco tiempo.
Posteriormente el territorio de Misiones, especialmente el sur donde se encuentra actualmente Posadas, estuvo ocupado por paraguayos, correntinos y brasileros. Solamente luego de la triste Guerra de la Triple Alianza (1865-70) quedaron más definidos los límites de la Provincia. Las asignaciones de tierras a pocas manos por parte del gobierno correntino marcarían a Misiones como un territorio dividido en latifundios con actividad extractiva de yerba mate y maderas de ley, con escaso asiento de población.
En 1881 se designa a Misiones como Territorio Nacional, cuyo Gobernador fija primero la capital en Corpus y después definitivamente en Posadas. Esta etapa es significativa para Misiones dado que es precisamente a fines del siglo XIX cuando se inician las diferentes olas inmigratorias europeas.
La colonización oficial de Misiones comenzó en el sur, en el área de Apóstoles, donde los contingentes de polacos y ucranianos ocuparon las chacras asignadas a las colonias agrícolas. Posteriormente, en la zona del Alto Paraná las compañías colonizadoras compraron tierras y las vendieron a colonos europeos especialmente alemanes, suizos para formar los pueblos de Montecarlo, Puerto Rico y Eldorado. Pero uno de los fenómenos más interesantes se registró en la Zona Centro, en Oberá, donde la colonización fue espontánea con la llegada de cientos de escandinavos, italianos, franceses, rusos, polacos, suizos, españoles, quiénes junto a paraguayos y brasileros dieron forma a una comunidad multiétnica. Posteriormente esta zona y otras de Misiones recibirían a colonizadores asiáticos (árabes, turcos, japoneses).
La organización política y administrativa de Misiones tiene un punto de inflexión en 1953 con suprovincialización. El perfil económico de Misiones, hasta entonces fuertemente extractivo, comenzó a mutar por uno más productivo basado en la pequeña explotación agrícola de la yerba mate, el té y el tung; la explotación maderera y la creación de complejos madereros, la producción de cítricos, y además la definición del turismo como uno de los sectores económicos más importantes de Misiones.
Selva Misionera
La selva misionera o selva paranaense es una de las áreas de mayor biodiversidad de Argentina. Forma parte del Bosque Atlántico, una eco región que se extiende desde la Serra do Mar en la costa brasileña hasta el este de Paraguay y casi toda la Provincia de Misiones.
En Misiones se distinguen dos distritos fitogeográficos de la selva: en primer lugar, la selva propiamente dicho, caracterizado por la presencia de árboles como el palmito, el palo rosa, los laureles y especies de cañas o tacuaras; en segundo lugar el distrito de los pinares que se ubica en las zonas más elevadas, donde el árbol dominante es el pino Paraná o Araucaria.
La selva misionera se caracteriza por tener pisos o estratos bien definidos: el estrato herbáceo en el piso de la selva, el estrato arbustivo con plantas de hasta 15 metros, un nivel intermedio formado por helechos y árboles en crecimiento, el estrato del dosel o esqueleto de la selva, con árboles de hasta 30 metros, y el estrato de los emergentes con gigantes de la selva que alcanzan los 45 metros de altura.
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