Mina "La Casualidad". Abandonada en La Puna.-
Hilera de viviendas pertenecientes a la ex-mina "La Casualidad". Allí nos refugiamos (sin puertas ni ventanas) la noche anterior a tomar esta fotografía, durante una tormenta de nieve. Nos hallábamos al final de un camino en desuso de 60 kms que en partes alcanza los 4200 metros de altura. Si por un acaso, la nieve lo hubiera bloqueado, nos deberíamos haber quedado allí hasta el fin del invierno.
Abandonada en La Puna (altiplanicie de 4000 metros de altura que comparten Bolivia, Chile y Argentina), se encuentra esta mina de azufre que supo ser modelo en otras épocas. Perteneciente a Fabricaciones militares de Argentina, para poder sacar el mineral se construyó un cablecarril de mas de 15 Km de extensión, Un pueblo completo, una planta de procesamiento y una ruta de asfalto de 60 Km. que llega hasta la estación Caipé, (de un viejo ferrocarril internacional, hoy reflotado en parte de su trayecto para explotación turística y conocido como "El tren a las Nubes"). Desde esa estación Caipé y por ese ferrocarril, cruzando salares, extensos viaductos, zig-zags, rulos y abras de hasta 4.500 metros de altura durante 450 Km, el mineral llegaba a la ciudad de Salta (capital de una hermosísima provincia argentina), de allí otros 1.500 Km más de ferrocarril y el azufre llegaba a Buenos Aires. Hoy en día ello no es más rentable, y desde 1992 allá quedó, abandonada, con sus instalaciones y hasta su "papelería" a merced de los vientos y nieves cordilleranos. Durante el invierno austral de 1997 decidimos que había llegado el momento de conocerla. Y, como parte de un viaje mas extenso, que incluyó el "Abra del Acay" (punto carretero mas alto de América) y los "Salares de la Puna", tuvimos la dicha, que hoy compartimos con ustedes, de visitarla. La narración fue escrita por Roberto R. Beraldi, uno de los integrantes de aquel grupo y solo para "consumo interno", así que pedimos disculpas por ciertas cosas "domésticas" que pueden no entenderse muy bien. Roberto ya no está con nosotros. Por esas cosas de la vida decidió tomar por otros caminos y perdimos todo contacto con él. Sin su permiso me atrevo a poner aquí, para que ustedes la lean "su" visión de lo que fue aquel viaje. SEGUNDA PARTE: MINA “LA CASUALIDAD” abandonada en los Andes. Como colofón de la aventura anterior el grupo llega a San Antonio de los Cobres. Jueves 14 de agosto de 1997: Hs. 07,45 se levantan. Hs. 09,00 ya desayunaron en el hospedaje con tostadas servidas por Zulemita [bautizada así por ellos por su parecido con la hija del presidente de aquel entonces]. Se acomodan los equipajes en los coches con cierta prolijidad. Hs. 10,00 dejan la hostería. Eduardo se dirige con Roberto a una gomería; Lucho con Francisco salen a fotografiar S.A. de los Cobres, y Oscar Pablo y Héctor cuando terminan de ordenar el auto se encuentran con Estación Mórgan. [ (?)... se deschavó el chabón ] Supuestamente en este día debería alcanzarse (según el cronograma organizativo) el Pueblo Mina La Casualidad.
Se hace una parada en Gendarmería Nacional, y la gente de ese Organismo recibe al grupo con gran cordialidad. Les indican cuales son las rutas transitables y cuales no, y dan referencias con relación al tiempo y las condiciones del camino.
Informa un integrante de Gendarmería que en el pueblo abandonado La Casualidad, pueden hallarse algunas cabañas con leña y abrigo como para pasar la noche.
El grupo les muestra las carpetas con las fotos satelitales del lugar y la gente de Gendarmería queda sumamente sorprendida y entusiasmada. Les piden si sería posible que de alguna forma les remitieran por correo alguna de esas fotografías. Conejo Negro se compromete en mandarlas. El destino exacto es: Gendarmería Nacional, Migraciones, Escuadrón 22, San Antonio de los Cobres, Provincia de Salta, República Argentina. (¡Todo esto parece tan extraño ante la visión de la falsa República que transitamos cotidianamente, que hasta se siente un muy especial orgullo en decir que estos lugares deshabitados, inhóspitos, alejados de las bondades del confort y la vida ciudadana, también - y quizá más también que nunca - forman parte de nuestra amada República Argentina!).
Hs. 10,30 parten de San Antonio de los Cobres hacia el Viaducto Polvorilla (Tren de las Nubes).
A poco de salir de San A. de los Cobres pasan por una mina abandonada.
Era la Mina Concordia.
Hs. 11,20 llegan al Viaducto (La base se encuentra a 4050 metros sobre el nivel del mar).
Oscar Pablo y Roberto intentan escalar el puente pero el tiempo no lo permite pues se debe partir rápido para llegar a La Casualidad con luz. Además la empresa no es fácil. El aire es escaso y se requiere el doble o triple de tiempo y esfuerzo para escalar.
El viaducto consiste en un enorme puente de vigas hierro unidas por remaches. De 70 metros de altura y mas de 200 de longitud. En curva, con peralte y pendiente máxima de 1,2 por mil, por allí pasa el ferrocarril internacional que luego de cruzar la cordillera por el paso de Socompa llega al Océano Pacífico en la costa de Chile.
Lo trajeron desarmado, pieza por pieza, desde Europa (1600 Tns de acero), a principios del siglo XX y allí, a mas de 4000 metros de altura, cual un “mecano” gigante engarzaron con asombrosa precisión todos los elementos para constituir este magnífico puente férreo olvidado entre cerros y cañadones.
Así llegan a Olacapato, el pueblo mas alto de Argentina y último puesto de aprovisionamiento de combustible en los siguientes 1.000 Km.
Allí, en un rancho de adobe (todas las casas son de adobe), suele haber una persona que almacena nafta (benzina) en bidones de 200 litros y, si está en casa, puede auxiliar con algunos litros.
En la estación de ferrocarril, se acopia bórax a granel (extraído de los salares cercanos) para su transporte.
Dejan Olacapato y se dirigen a Cauchari el primero de los varios pueblos fantasma que vieron.
La capilla es diminuta, hay que agacharse un poco para ingresar.Hs. 13,50 Cargan combustible en Olacapato, en un rancho, de un bidón de 200 litros. Este es el último punto de posible abastecimiento de combustible en los próximos 1000 kilómetros de salares, montañas y ripio.
Hs. 14,07 En Cauchari, cruzan un Puesto de Control de Gendarmería Nacional que no tiene personal de Guardia. [ ni del otro ].
Hs. 15,00 Cruzan el Salar de Pocitos por una larguísima recta de casi 50 Km. En el centro esta la “Estación Salar de Pocitos” un pueblo con unos cincuenta habitantes. En el medio del Salar de Pocitos econtramos el pueblo homónimo, allí viven unas 50 personas. La principal actividad de este pueblo se manifiesta en su estación. Una o dos veces por semana llega el tren carguero para llevarse el litio extraido de la mina Incahuasi, que se encuentra en el salar del Hombre Muerto, 200 kilómetros mas al sur. Saliendo del pueblo unos miles de metros, transitando por el salar. Saliendo del Salar la geografía cambia totalmente y se observan, adelante, las Cumbres de Macón, lugar al que se llega a la hora 16,00. Tras ascender las "siete curvas" el paisaje es increiblemente bello. La soledad es auténtica, honda, profunda y singular. Encuentran una gruta en la montaña a la que casi todo el grupo accede. La montaña (de tosca colorada) parece abierta hasta las entrañas como un durazno prisco. El sitio es definitivamente fascinante. En perfectos capas separadas aproximadamente cincuenta centímetros entre sí, se observan vetas de cuarzo que pueden extraerse sin dificultad alguna. Al salir del terreno salitroso, el paisaje cambia abruptamente, ingresan en la zona denominada "Desierto del Diablo". La tierra es de un color rojo llamativo. El poco agua que por allí circula se evapora inmediatamente dejando su residuo de sal a la vera del camino. Circulamos por allí mas de una hora. La combinación del azul intenso del cielo, la blancura de las nubes y el rojo también intenso del terreno, les pareció casi artificial. Mas adelante encuentran unas cavernas y allí se meten a investigar. La huella atraviesa luego esta planicie del (Desierto del Diablo) y comienza un tramo de la carretera denominado "Las siete curvas" (que son mucho más de siete). Al fondo de la foto una vista desde el Oeste del nevado Quewar que ya dejaron atrás así como el laberinto que acaban de recorrer.Pasadas las siete curvas y el "Salar del Diablo" comienzan el ascenso a las Cumbres del Macón.Hs. 16,45 Cruzan el Abra de Navarro (4385 mts.) junto a las vías del ferrocarril a Socompa. Hs. 17,15 después de pasar al costado de la estación-pueblo Tolar Grande, comienzan el cruce del Salar de Arizaro (el más extenso del pais) que se encuentra a 3500 metros de altura.- Hs. 17,45 (pocos kilómetros antes de Caipé) a causa del pronunciado serrucho del ripio, se rompe el amortiguador trasero izquierdo del Renault , continuan mas despacio. (Despues descubrimos que no se había roto, una piedra se había metido entre el amortiguador y su alojamiento).Hs. 18,20 en cercanías de Caipé se separan de la ruta que continúa hacia el Paso Socompa y toman hacia el Sur por una ruta ¡ASFALTADA! y abandonada, de 60 Km que otrora fuera empleada para traer, en camiones, el azufre de Mina La Casualidad hasta el ferrocarril. Había una tormenta sobre nuestras cabezas, y cada vez que perforábamos los 4000 metros de altura, una leve nevisca nos acompañaba. Al frente, arriba, el cielo encapotado. Abajo vemos el lateral de un crater volcánico y el río de lava negra y solidificada que se va hacia la izquierda, hacia la depresión donde se encuentra el salar.Hs. 18,30 Se detienen un momento. Una gran tormenta de nieve fue haciendo gambetas por el camino y apenas llegó a rozarlos. El Negro y Dragón haciendo uso explícito de sus conocidas cualidades, despenaron una botella de Old Smugler que venía agonizando ya hacía rato, y como un monumento la dejaron en una roca elevada como una "Próspera Visión para las Generaciones Futuras, quienes seguramente no solo han de observarla, sino también venerarla como corresponde" (Hic... ¡He dicho!). A raíz del hecho narrado se suceden bromas por radio entre "El amigo Jemenez" y "El amigo Beraldi" (Hic... ¡He dicho de nuevo! Hs. 18,50 Se encuentran a escasos 20 km. del destino, la noche está en ciernes. Hs. 19,35 Llegan al Pueblo (abandonado) Mina La Casualidad. La altura es de 3980 metros sobre el nivel del mar.
El panorama es desolador. Las casas perfectamente construídas en ladrillo y de buena factura, se hallan despojadas de ventanas, puertas, canillas, etc.- La noche avanza a pasos agigantados y el frío es intenso. Deben moverse con rapidez para decidir en cual de las casas instalarse, pues ninguna es completa y las deficiencias que muestran meten miedo, fundamentalmente por el clima de tormenta que se avecina. Todos se ponen a trabajar para tapar vanos de ventanas y puertas y adecuar una de las casas a las necesidades vitales del grupo. Héctor se dedica de lleno a su tarea de cocinero y el resto a acomodar los equipajes. Se improvisa una conexión desde la batería de uno de los coches, para disponer de algo de luz. Comienza a caer profusamente, primero agua-nieve y luego nieve (a secas), la temperatura desciende rápidamente. Logran instalarse y comen los primeros alimentos calientes del día. "Loado sea Giacommo Capelletinni y el Dios Jeménez."Hs. 22,20 Terminan de cenar. Se descorchan dos botellas de Frecitas [CHAMPAN ] que aporta Lucho para el merecido brindis. Considerando el objetivo alcanzado lo festejamos con champaña... en vasos de plástico. Se considera alcanzado el objetivo por lo que cada integrante del grupo deja grabado (en cinta magnetofónica) testimonio de sus palabras.
A continuación se transcriben sus dichos: FRANCISCO: Estoy muy feliz de haber participado en esta empresa; contento por haber sido un miembro más y que el grupo, como un solo elemento haya logrado el objetivo de estar hoy, acá y festejando. Nada más. HECTOR: Es difícil improvisar pero les agradezco el poder estar con todos ustedes, y espero que se repita cuantas veces sea posible, y que alguna vez, seamos más y que esto lo sigamos transmitiendo a más gente. LUCHO: No es muy fácil. ¡Estoy muy emocionado! Eh... ¡No puedo hablar! (Se emociona y todos, no solo comprenden su emoción, sino que además la comparten). OSCAR PABLO: Estuve todo el año tratando de imaginarme este viaje y, más allá de los imprevistos que nos hayan pasado creo que nos hemos unido bastante. Estoy contento por los dos nuevos integrantes del equipo y junto a los otros tres que están acá, creo que siempre (a pesar de que nos peleamos a veces) vamos a seguir adelante juntos; y quiero decir que los quiero mucho a todos. EDUARDO: ...Bueno, llegamos a la mina La Casualidad y esto merece una reflexión y es que: “En este lugar sagrado al que acudepoca gente, hace fuerza el más cobarde y se c... el más valiente”. ROBERTO: El objetivo, creo, que era loco, imposible... Se consiguió con el esfuerzo que cada uno pudo poner, y el que no pudo ponerlo no se le puede criticar. ¡Cada uno puso lo más que pudo! El grupo se homogeneizó o no, de acuerdo a las aptitudes propias de cada uno, pero el fin se consiguió, y eso es lo importante, y acá estamos todos brindando. Ante la insistencia de Roberto, Lucho dice: LUCHO: ¡Estoy muy feliz! Realmente me emocioné mucho porque fue una cosa difícil, y... salió bien, salió bien. ¡Yo tenía muchas ganas de llegar! Al poco rato de este acto tan emotivo y luego de las fotografías de rigor, todos se acostaron. [En realidad, al ir a nuestros aposentos (la habitación de al lado) donde primorosamente habíamos preparado nuestras “camitas” descubrimos que la tormenta que se filtraba por el entretecho roto había comenzado a cubrir de nieve las bolsas de dormir. ¡Zafarrancho de combate! , y ante la inclemencia del poco oxígeno provisto por los 4.000 mts de altura hubo que mudar el dormitorio, previa limpieza del piso recubierto por ceniza volcánica. Esto nos dejó definitivamente agotados. ]
Viernes 15 de agosto de 1997:
Hs. 08,00 El Negro toca Diana.
La mañana es preciosa y soleada, pero todo esta cubierto de nieve y hace muchísimo frío. El viento es fuerte. El termómetro ambiental indica -3°. Se supone que durante la noche la temperatura debe de haber llegado a los -10° con sensación térmica de -20 ó -25.
El G.P.S. indica 4100 mts. sobre el nivel del mar.
La estructura del pueblo es impecable. Cuenta con red cloacal, agua corriente, red electrica, escuela, hostería, y confitería-bar. [ Por supuesto, nada de ésto funciona . Es un verdadero pueblo fantasma].
Recorren el centro de procesamiento de la mina de azufre, y encuentran papeles que indican que la misma estuvo funcionando (aunque esporádicamente) hasta el 27 de septiembre de 1992.
Al día siguiente se llevan una gran sorpresa...
Hasta capilla había en este pueblo-mina, abandonado a más de 4000 metros de altura en los Andes.
Cosa que no habían apreciado al arribar la noche anterior.
El panorama era desolador.
Las casas, perfectamente construídas en ladrillo y de buena factura,
se hallan despojadas de ventanas, puertas, canillas, etc.
Francisco fotografiando a Roberto y Héctor.
En las instalaciones encuentran documentación que les indicó que,
al menos, hasta el 27 de septiembre de 1992 hubo actividad allí.
Algo raro y "grave" debe haber pasado en ese lugar para que practicamente huyeran,
dejando hasta los platos con comida sobre la mesa.
La estructura del pueblo era impecable.
Contaba con red cloacal, agua corriente, red electrica, escuela, hostería, y confitería-bar.
Por supuesto, nada de ésto funciona.
Es un verdadero pueblo fantasma.
En una ampliación de la foto anterior vemos, en el fondo, los tres autos,
al costado de las viviendas sin puertas ni ventanas, en la que durmieron la noche pasada.
Detras de los "VIAJEROS" el pueblo fantasma y las huellas de la tormenta de la noche anterior.
Pero, si bien lo llaman Mina la Casualidad, allí sólo era la planta de procesamiento del azufre.
La boca de la mina está por allá, por esas montañas, mucho mas arriba.
Se ve en esta foto el camino que sube, pero el material era traído en vagonetas
de un extenso cablecarril de 15 Km. que trepa hasta los 4500metros.
La impaciencia los carcomía.
Si la tormenta nocturna hubiera cortado el camino, quedarían allí atrapados.
Nadie sabía que estaban ahí.
Y nadie va en esa época del año por esos lares.
El camino termina en "la Casualidad".
Así fue que comenzaron el regreso hacia Caipé.
Hs. 12,15 Están listos a partir hacia la base del volcán Llullaillaco. Hs. 12,25 Se decide hacer la expedición hasta la base del volcán, pero el tema combustible puede ser preocupante, por lo que Eduardo sugiere a Lucho que ellos y el Gol hagan la expedición hasta la base del volcán mientras él, con el Renault los espera en Caipé. Lucho en un acto de solidaridad dignísimo de elogiar, contestó que: O van todos, o no va nadie. Agradecen a todos los santos que conocen que la nevada nocturna no fue lo suficientemente copiosa como para obstruir la ruta. La mina está al final del camino y nadie va para allá, mucho menos en pleno invierno. Hubieran quedado allí, atrapados, hasta que se acabaran las provisiones o, el verano derritiera la nieve. Hs. 13,00 Por radio se baraja la posibilidad de dejar el R12 en Caipé, con parte de la carga de los otros coches para poder realizar la expedición al Lullaillaco los 6 en sólo dos coches, con el fin de economizar combustible. Vuelven a ver el río de lava solidificada entrando al salar...El paisaje con las cumbres recién cubiertas de nieve les resulta indescriptible. Delante del Fiat Uno, el borde del cráter de un volcán. El costado derecho es de arena calcinada por la temperatura. Vemos desde el alto Samenta, hacia el Norte, el salar de Arizaro que mas tarde deberan atravesar. Por allí, a la izquierda se ve, como un hilo de plata el camino que, en principio lo bordea. Hs. 13,35 Llegan a Caipé (otro pueblo abandonado). Comienza a nevar profusamente. Esperan dentro de los coches. Se acerca , amablemente y en medio de la tormenta uno de los cinco únicos pobladores circunstanciales (trabajadores del ferrocarril) de éste pueblo-estación abandonado, les informa de la inconveniencia de dirigirse hacia el Paso Socompa (vía obligada para el volcán Llullaillaco) en medio de semejante tormenta. Llegan a Caipé. Encuentran a este pueblo también abandonado. Estando allí la tormenta de nieve se hizo mas intensa por lo que abandonan la idea de llegar hasta el Paso Internacional Socompa(clausurado en invierno), para arrimarse a la base del Volcán Llullaillaco. (Les quedará para otra oportunidad). De Caipé solo quedan unas casas y la estación clausurada.Hs. 13,50 En esos momentos la nevada es muy fuerte y sin visos de amainar. En un conciliábulo radial se decide no seguir hacia el volcán. Las ráfagas de viento son muy violentas y la nieve cubre la carretera hacia el límite. Concluyen así en dar por terminada esta "aventura" y dar comienzo a la tercer peripecia de este viaje: Roberto Rubén BERALDI Agosto de 1997 FOTOS: Carlos Lucchini y Pablo Goffin FUENTE: http://viajeros4x4.com/03texto1.htm
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