Melincué apuesta sus "últimos cartuchos" para reavivar el turismo
Afectada por la pandemia, la comuna busca cerrar acuerdos con Rosario y Venado Tuerto para que se la incluya en "paquetes" de visitas. Se reunieron con Javkin.
El jefe comunal Silvio Garbolino en su reunión con Pablo Javkin 16:35 hs - Sábado 31 de Octubre de 2020 “Estamos gastando, como se dice vulgarmente, los últimos cartuchos que nos quedan para reactivar el turismo”. Con esta frase, el presidente comunal de Melincué, Silvio Garbolino, graficó los intensos trámites y negociaciones que se llevan adelante para que la localidad del departamento General López no pierda su casi única y más genuina fuente de ingresos. No es para menos, el parate que significó la pandemia del coronavirus y la cuarentena asestó un golpe muy duro a la localidad, que con sólo 2.500 habitantes tiene 15 restaurantes, 300 plazas hoteleras, un casino y dos campings capaces de recibir a 6 mil visitantes. Todo parado.
Garbolino estuvo este viernes en Rosario, donde fue recibido por el intendente Pablo Javkin y miembros de su gabinete. El mandatario de Melincué vino a acercar dos proyectos. Uno, para que la localidad sea incluida en los paquetes de turismo receptivo rosarino. Y el otro, para que se vea la posibilidad de reactivar el ramal turístico ferroviario Rosario-Melincué, un viejo proyecto soñado por la localidad del sur santafesino. Algo similar hizo esta semana con la vecina Venado Tuerto.
“Queremos ser parte de la propuesta receptiva de las dos ciudades, tenemos mucho para ofrecer, y nos interesa promover el turismo de cercanía”, manifestó el jefe comunal.
Melincué es, por sobre todas las cosas, turística. La llegada de visitantes ha estado vinculada históricamente a su laguna, la vida al aire libre, la actividad náutica, la pesca deportiva, el avistaje de fauna y flora. Y más recientemente, al Hotel Casino & Resort, que amplió el abanico de turistas y fomentó la apertura de locales gastronómicos, entre otras ofertas.
Ubicada a 120 kilómetros de Rosario y 60 de Venado Tuerto, esta comuna debió pasar por distintos períodos, desde que décadas atrás fuera uno de los polos más visitados de la región. Entre 2001 y 2002 sufrió la crecida de la laguna hasta límites insospechados. Y aunque en 2007 se inauguraron las estaciones de bombeo y se reparó la ruta provincial N° 90 (que la conecta con carreteras fundamentales de la Argentina, como la 7, la 8 y la autopista Rosario Buenos Aires) en 2017 sufrió la inundación más grande de su historia. El pueblo quedó prácticamente sumergido bajo la laguna.
La localidad no bajó los brazos y comenzó su reconstrucción, y parecía que 2019 auguraba una nueva etapa de florecimiento. Los fines de semana se llegaba a quintuplicar la cantidad de habitantes. Hasta que llegó el coronavirus. Hoy, con el casino cerrado, la hotelería sin funcionar, los locales gastronómicos prácticamente vacíos, el pueblo se convirtió en un páramo. Al principio, hasta los ingresos al ejido urbano estuvieron cerrados; ahora, se busca una apertura.
“Melincué es hoy por hoy uno de los pueblos más afectados de la provincia, porque nuestra economía depende de la gente que viene a visitarnos, y desde marzo prácticamente no tenemos actividad. Por eso necesitamos cerrar acuerdos con nuestros aliados económicos, que quienes vayan a Venado o a Rosario puedan venir al menos uno o dos días a Melincué. La verdad, estamos apostando los últimos cartuchos al turismo de cercanía”, insistió Garbolino, que visitó Rosario junto a la secretaria de Turismo, Claudia Rosenthal, y fue recibido por el j Coordinador General de Gabinete, Rogelio Biazzi, la subsecretaria de Turismo, Alejandra Mattheus, y el propio intendente Javkin.
La comuna tomó propiedad del Club Náutico, tiene un camping público y uno privado que pueden recibir “hasta 6 mil visitantes”, 300 plazas hoteleras, 15 restaurantes y una laguna apta para todo tipo de actividades. “Pusimos todo en valor, nos estamos preparando. Queremos que la gente conozca las bondades de un pueblo que tiene mucho para ofrecer desde la naturaleza y el deporte asociado, y donde todavía las bicicletas quedan en la calle sin atar. Son cosas que no tienen precio”, remató el jefe comunal.
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