La historia de Moises Ville
Moises Ville es una colonia agrícola ubicada en el centro-norte de la Provincia de Santa Fe, República Argentina, fundada por un grupo de colonos judíos rusos, arribados al país en Agosto de 1889 desde Kamenetz-Podolsk, Ucrania. Es conocida por haber sido la primer colonia agrícola judía de Sudamérica, y porque el grupo que la fundó fue el primer contingente de judíos en la historia reciente que abandonó Europa para radicarse en la Argentina.
Era el día 14 de agosto de 1889. Un grupo de 824 personas desembarcaron en el puerto de Buenos Aires. Quedaban atrás las persecuciones(pogroms), las matanzas, el antisemitismo de la Rusia Zarista. Todo eso se esfumó en cuanto tomaron el Weser, el vapor que los había conducido a Argentina.
Si bien no tenían experiencia de contacto con la tierra, la ilusión de estos inmigrantes era transformarse en agricultores. Para ello, antes de iniciar su viaje habían comprado campos al cónsul argentino.
Pero apenas tocaron muelle conocieron la noticia. Las tierras adquiridas estaban ocupadas, y si bien se les ofreció otras, en el Chaco no eran convenientes.
Por lo mismo, el Gobierno Argentino devolvió a los recién llegados el dinero que habían abonado, y estos se quedaron en la "Casa de Inmigrantes", solos, abandonados.
No se sabe si las 136 familias llegadas en el barco partieron para Palacios o si algunas se quedaron la ciudad. Lo cierto es que merced a la intervención de tres joyeros, con el grupo "Weser" y el terrateniente Palacios, el cual tenía grandes extensiones en la Provincia de Santa Fe(Moises Ville actual y sus contornos), donde se estaba construyendo en aquel tiempo la línea férrea a Tucumán.
El 28 de agosto de 1889, se firmaban los contratos entre los inmigrantes judíos del "Weser" y el terrateniente Palacios, el cual tenía grandes extensiones en la Provincia de Santa Fe(Moises Ville actual y sus contornos), donde se estaba construyendo en aquel tiempo la línea férrea a Tucumán.
Llegados a destino, no tenían casas, ni siquiera existían las carpas, así que fueron alojados en un galpón durante semanas.
Varias familias fueron establecidas en viejos y destartalados vagones de cargas que se hallaban al borde de la línea férrea. Abandonados a su suerte , no les indicaron casas ni campos, ni implementos de labranza. Tampoco alimentos. De cuando en cuando, el colonizador enviaba una bolsa de harina de maíz llena de gusanos.
Así los colonos empezaron su establecimiento en la Argentina: hambre, soledad, sufrimiento sin fin.
Palacios se había comprometido para una obra para la cual no estaba preparado, y dejó a esas familias durante dos meses en medio de la mugre, sin recursos y sin perspectivas.
Explicar cómo resistieron a los sufrimientos se hace difícil, pues no hay documentación de aquella época. Lo cierto es que muchos, descepcionados por el incumplimiento del colonizador, ante la falta de instrucción de cómo arar la tierra, se alejaron del lugar. Algunos instalaron comercios en Sunchales, otros se fueron a Santa Fe y varios regresaron a Buenos Aires.
Pero quedaron los más valerosos, los que estaban decididos a ser agricultores y tenían fe en sus fuerzas, los que eligieron el camino más difícil.De esta manera se fueron constituyendo dos núcleos de agricultores judíos en las inmediaciones de la actual Moisés Ville, entre las estaciones de Palacios y Monigotes.
La situación era terrible en ambos grupos. Era necesaria una fe de hierro para no largarse por el camino del comercio mucho más fácil.
De los dos grupos, el que más sufrió fue el de Palacios(60 familias). La forma de vida, en las peores condiciones antihigiénicas, revolcándose en el suelo, sin pan, sin leche, alimentandose con carne vacuna cruda que la administración de Palacios les remitían de vez en cuando. Los obreros de las líneas férreas, movidos por un sentimiento de piedad, distribuian galletas entre los hambrientos niños judíos. Los mozos del restaurant, así como los viajeros, sabían que en ese lugar había una multitud de inmigrantes hambrietos y engañados, a quienes tiraban, desde los coches panes y restos de comida. Los pequeños hambrientos se estiraban a lo largo de las vías para recoger del suelo aquellos alimentos, y muchas veces se producían peleas entre ellos por un mendrugo de pan o fruta.
Así vivieron semanas, solitarios, desamparados. Los grandes pudieron soportarlo, pero los chicos, debido a la falta de limpieza , empezaron a enfermarse. No había asistencia médica, se propagó una epidemia de tifus a causa de la cual fallecieron, por agotamiento muchos niños.
La tierra, que debía llegar a ser judía, ocultaba ya en sus entrañas, lo más precioso de la vida: los cuerpos de sus pequeñuelos.
También en el segundo grupo de Monigotes muchos niños murieron. En breve tiempo surgieron dos cementerios: uno al lado de Palacios y otro en las cercanías de Monigotes. Los cementerios hecharon en la zona de Moisés Ville, las bases de la colonia judía, ligaron a la población israelita al suelo argentino, no dejaron que sus familias se fueran de aquí.
Dos años más tarde, el Dr. Guillermo Lowental, cuando el Barón Mauricio de Hirsch ya había fundado las colonias Mauricio y Entre Ríos, quiso trasladar a los colonos moisevillenses a esos lugares, pero ellos no quicieron abandonar el lugar donde estaban formando el tercer cementerio, así como la primera víctima de un matrero gaucho. Ya antes los colonos se había reunido en la sinagoga y decidido no abandonar el lugar, resueltos a transportar los restos mortales de los pequeñuelos de Palacios y Monigotes.
Esa decisión fue cumplida, venció la tenacidad de Lowental y entonces, el Barón de Hirsch, hizo comprar los campos de Palacios, en el año 1891.
De esta manera se estableció Moisés Ville. Las desdichas habían alimentado la esperanza, tornandola más fuerte y vigorosa. La fuerza de los colonos quedó demostrada y a pesar de todo siguieron adelante.
Moisés Ville fue el hito inicial de esa maravillosa visión del Barón de Hirsch. Fue el primer impulso, ya que a esta colonia siguió la fundación de muchas otras.
Sirva esta breve síntesis para entender los sufrimientos de aquellos forjadores de la tierra, de aquellos pioneros sin tacha, de los colonos judíos.
Fuente: Generaciones de Moises Ville
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