La despensa de don Antonio

Enviado por Americo Lohin E-mail: americo.lohin@gmail.com 1930 fue un año de crisis. Sin embargo, eso no amedrentó a don Antonio Flecha: construyó un edificio moderno en Chillar e inició su doble actividad comercial (como agencia YPF y la otra en el rubro comestibles, la despensa). Nació con un equipamiento moderno para la época.

Tenía un largo mostrador exhibidor de productos, la clásica tarima para las bordalesas, las altas estanterías que contenían en su base los recipientes para el azúcar, el arroz o la yerba, los exhibidores de la bombonería y caramelería, las campanas de cristal para quesos y dulces, la primera heladera exhibidora horizontal, una cortadora de fiambre con autoafilado, la moledora de café y la clásica caja registradora National. .La despensa. se caracterizaba por la variedad y calidad de sus productos, pero sobre todo, lo que más resaltaba era el orden y la pulcritud.

La apertura, a tempranas horas del día, encontraba a don Antonio y su esposa doña Coronada compartiendo los mates que Juanita les preparaba. Don Antonio siempre lucía su clásica chaqueta celeste y beige, y doña Coronada vestía su clásico delantal. Ella llevaba consigo su habitual balde con agua jabonosa para poder limpiar el negocio.

La pulcritud y el orden eran lo primordial, como también la presentación y empaquetado de la mercadería solicitada. Este ambiente impregnado por el aroma del café recién molido, lo convertía en un negocio único y efectivamente atendido por sus propios dueños. La despensa fue uno de los primeros lugares con servicio telefónico prestado por la entonces Unión Telefónica.

Su número era el 9. Si bien ya existía un banco en nuestro pueblo, muchos lo esquivaban ya que preferían confiar sus valores a terceros.

Era habitual que en los días de remates la gente de campo acudía a don Antonio para que guarde sus .vaquitas.. Don Antonio tomaba el rollo de billetes y lo colocaba en su caja fuerte. él inspiraba confianza.