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Arequito


ANTECEDENTES DE LA PROPIEDAD DE LA TIERRA.

Arequito como hoy lo construimos es un complejo de tiempo y tramas históricas que podemos abordar desde el momento en que estas tierras pertenecían a los Pueblos Originarios que se relacionaban con esta enorme llanura biodiversa. Es nuestra intención exponer aquí, la base historiográfica y los análisis que de ella se puedan desprender, respecto de la propiedad de la tierra en el distrito Arequito, en los albores del siglo XXI.

Los registros de propiedad con base jurídica de acuerdos a legislaciones de la colonización española comienzan a aparecer en el año 1676 cuando las adquirió Antonio de Vera Mujica, y vendidas por su hijo del mismo nombre maestre de campo Antonio de Vera y Mujica a la Compañía de Jesús en 1719. En 1767 los jesuitas son expulsados del continente por su crecimiento exponencial y su capacidad para disputar poder con la Corona Española. Por eso, al año siguiente estas tierras pasaron a manos de la Junta de Temporalidades perteneciente al Cabildo de Santa Fe. El Estado en su organización virreinal tomaba partida de la administración de la tierra y su defensa, al mismo tiempo que el Sistema de Comunicaciones y relaciones políticas. Veinte años después de la adquisición de tierras por parte de la Junta de Temporalidades, figura el nombre de Braulio Areco en el Libro de Títulos de Maestros de Postas, el día 28 de Julio de 1788, para brindar servicios a determinados viajeros y viajeras, creando la Posta de Arequito.


La Sublevación del Ejército del Norte en la Posta de Arequito. Nos remontamos a la ruptura del vínculo político administrativo con España en 1810, que dio origen la crisis del orden preestablecido y trajo aparejado la elevación de la élite criolla como conductora del destino de lo que había sido el Virreinato y con el propósito de transferir a Buenos Aires el poder que antes había poseído la metrópolis. Desde entonces se percibió un inminente estado de guerra, por un lado España acechaba con sus expediciones militares desde el Virreinato del Perú, y por otro lado el interior había comenzado a manifestar su falta de aceptación. El otorgamiento de facultades cada vez más dilatadas a los jefes locales, quienes eran responsables de canalizar los medios para continuar con los enfrentamientos armados, además de su ascendencia sobre la población, fue consolidando la supremacía de éstos. La concentración de poder que se efectúo a través de la creación de una Ejecutivo unipersonal – el Directorio- no modificó la situación que se había desencadenado en el resto de las Provincias Unidas, donde el desapego del Interior y la creciente oposición del litoral ante la hegemonía porteña fueron planteando las divergencias existentes respecto a la conducción revolucionaria. La adhesión del Litoral a la causa Federal se sustentaba en la oposición a que Buenos Aires siguiera usufructuando sus riquezas. Al comenzar el año 1820, el país se hallaba en un completo estado de descomposición. El centralismo gubernamental de la revolución evidenciaba notorias fallas en su estructura, que se hicieron más evidentes después de declarada la Independencia. En esa doble lucha que el gobierno pretendía llevar a cabo, se evidenciaba por un lado, el triunfo no logrado ante los realistas y por otro, el debilitamiento que se iba presentando al ser vencidos en cada una de las batallas cuando se enfrentaban a las provincias federales de Litoral. De esta forma el territorio se encontraba dividido en dos bandos. El federal, militarmente coaligado, con el caudillo santafesino, Brigadier Estanislao López y su par entrerriano Francisco Ramírez como referentes, se encontraba sobre la frontera de Buenos Aires próxima a entrar en la campaña, y el caudillo de la Banda Oriental, General José Gervasio Artigas desde la línea limítrofe con Brasil exigía la renuncia del Directorio. Los unitarios, por su parte, reunían las milicias bonaerenses, y con el General unitario José Rondeau, al frente marchaban a combatir a cualquier intento de ocupación de su territorio, al mismo tiempo que ordenaba la incorporación del Ejército Auxiliar que seguía controlando a los santafesinos desde Córdoba, y la División de los Andes acantonada en Cuyo. Entre los integrantes del Ejército Auxiliar (gran parte había conformado las tropas del Ejército del Norte) se evidenciaba una escasa inclinación a continuar obedeciendo las disposiciones de sus superiores, ya que se oponían a los objetivos específicos por los que habían entregado a las filas de las fuerzas armadas: defender las fronteras de los ataques realistas. A ello se le sumaba la deficiente alimentación, falta de recursos y las retribuciones impagas. Durante los primeros días del mes de enero de 1820, las fuerzas penetraron en la jurisdicción de Santa Fe, y a la caída de la tarde del 7 llegaban a la Posta de Arequito. El Ejército se iba a dirimir en dos facciones opuestas para las órdenes que el Directorio le había impuesto. Se sublevaron el Regimiento de Dragones, Regimiento de Infantería N°2, el Batalllón N°10 y los Húsares, salvo un batallón de 160 hombres al mando de Gregorio Lamadrid. Estaba amaneciendo el día 8, cuando se encontraron dos líneas bien definidas, una frente a la otra, en actitud de combate. No hubo necesidad de derramar sangre, ya que la sublevación de las tropas era una descomposición elemental que se efectuaba por la acción disolvente en la que estaban insertos. Las tropas sublevadas, al mando del Coronel Juan Bautista Bustos, emprendieron marcha hacia al oeste, y el resto, al mando del Coronel Fernández de la Cruz, para el este. Comenzaba una nueva etapa en el panorama político en vistas a un proyecto de Federalismo, que hoy sigue siendo menoscabado en la discusión por una equidad de derechos. Las empresas ferroviarias y la fluidez en el transporte En 1887 se inauguró la línea del Ferrocarril Oeste Santafesino, que unía Casilda con San José de la Esquina. Dice el Prof. Federico Antoniasi, del grupo de trabajo del Museo Municipal “ Don Santos Tosticarelli´´ de la ciudad de Casilda: “…Carlos Casado del Alisal es uno de los protagonistas directos de esta historia de los comienzos de la localidad. Es bajo su auspicio que se desarrolla el programa de colonización agrícola del cual surge la mencionada Colonia. En 1865 el empresario -nacido en Villada, provincia de Palencia, España, en 1833 y llegado al país en 1857- compra una importante extensión, al sur del Rosario, perteneciente al terrateniente Mariano Grandoli y es sobre esas tierras que en el mencionado año se inscribe la puesta en marcha del emporio, en el marco de un proyecto más amplio alentado desde una o dos décadas antes por los gobiernos nacional y de la provincia de Santa Fe…´

Carlos Casado del Alisal fue un gran empresario inmobiliario y financiero. En 1887, se inauguraba uno de los tantos ramales de rieles, así que el 4 de noviembre se habilitaron las estaciones Palacios, Arequito, Los Nogales y San José de la Esquina. (1) García, Lía Claudia: Historia Integral de Arequito. Rosario. 1989. Pág. 107-131 ° Recopilación de Juan Carlos Giuliano, coordinador del MAHCA, en base a trabajos bibliográficos de Tadeo Buratovich, Ana Dezi, Lía Claudia García. Juan Carlos Giuliano

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