Alfonsina Storni
Alfonsina Storni nació en Suiza en la ciudad de Capriasca el 29 de mayo de 1892 , si bien no nació en el país está considerada, no sólo argentina, sino la primera mujer de letras respetada como tal por sus pares en el país. Para la crítica literaria , Alfonsina Storni, junto a la uruguaya Delmira Agustini y a la chilena Gabriela Mistral, es una de las tres poetas más importantes de la generación posmodernista. Sus padres Alfonso Storni y Paolina Martignoli di Origlio eran suizos de origen italiano y pertenecían a familias cultas (como ella misma debió aclarar alguna vez para desvirtuar una versión que los presentaba como campesinos ignorantes). "A los doce años escribo mi primer verso. Es de noche: mis familiares ausentes.
Hablo en él de cementerios, de mi muerte." escribió Alfonsina, una mujer audaz que se adelantó a su época y que vivió primero en San Juan y poco después en Rosario, ciudad en la que murió su padre. Cuando esto ocurrió, Alfonsina se vio obligada a fabricar gorras para paliar la pobreza y darle de comer a su único hijo, Alejandro.
Al poco tiempo regresó a Buenos Aires y comenzó a colaborar con la revista "Caras y Caretas" y publica "La inquietud del rosal" en 1916, y en 1920 la premiada "Languidez", ademas de estas obras se destacan otras obras poéticas como , primeriza y vacilante; El dulce desafío; Irremediablemente; Languidez; Ocre, producción toda ésta llena de espontaneidad y pasión, caracterizada por un sentimiento panteísta de la vida, por la temática esencialmente amorosa y por una fina ironía que aparece con frecuencia. Sus creaciones fueron reunidas por ella misma bajo el título de Antología poética (1916-1938). Le pertenecen además algunos cuentos dispersos en distintas publicaciones: Poemas de amor, en prosa poética, y las obras de teatro El amo del mundo; Dos farsas pirotécnicas; Blanco, negro y blanco, y otras obras para niños.Realizó además viajes a Europa en 1930 y 1934.
El presidente Marcelo Torcuato de Alvear le ofreció un puesto como inspectora de escuelas para garantizarle un aceptable pasar económico, pero ella lo rechazó por no haber sido profesora ni rectora. Su vida estuvo signada por el dolor: descubre que tiene cáncer y se entera de que su entrañable amigo Horacio Quiroga se suicida en 1937, por lo que surgen en su alma sentimientos de desasosiego y angustia.
Un año después, en Montevideo, ya muy enferma le confiesa a su hijo que su suerte está echada, que el mal del que había sido operada en 1935 estaba volviendo. Alfonsina viaja a Mar del Plata en 1938, negándose a que su hijo la acompañe. Según testimonios de su íntima cercanía viajaba intentando recuperarse con la única ayuda de su ánimo y la naturaleza. Sin embargo, terminó encontrándose con su poesía premonitoria, suicidándose en el mar, el 25 de octubre de 1938. El día anterior había enviado a La Nación la poesía "Voy a dormir" que fue su patética y consciente despedida.
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