top of page
Foto del escritorCharles Gutierré

Aarón Castellanos


El pueblo sufre el desborde de la laguna La Picasa con más del 50% bajo agua, pero lucha por preservar su identidad . Aarón Castellanos.- Resulta extraño pensar en un pueblo sin historia, pero en esta localidad no era conocida la fecha de la aprobación de su trazado. "Se nos pasó el momento de festejar el centenario porque desconocíamos ese dato", comentó el presidente comunal Osvaldo Bonino. Se sabía que la fundadora era Mercedes Castellanos de Anchorena, pero no había registro cierto del acta de fundación del pueblo, ubicado al sur del departamento General López, a cuatro kilómetros de la ruta nacional 7, entre Rufino y Diego de Alvear. La fiesta de la localidad siempre estuvo asociada a la celebración del Colegio San Francisco de Asís, el 4 de octubre, pero en realidad era un acto religioso. Con la idea fija de saber el origen de la comunidad, en cada viaje que Bonino hacía a la capital de la provincia no dejaba de visitar el Archivo General. "Era un peregrinaje continuo, pero nunca había una información muy clara sobre el tema", explicó. Buscando alguna copia sobre algo que hubiera ocurrido a comienzos de 1900 sobre Aarón Castellanos, releyó informes y los cotejó hasta que halló uno acerca de una donación realizada por Mercedes Castellanos de Anchorena a la provincia. Allí figuraba textualmente el decreto de aprobación de la traza del pueblo, pero no tenía fecha, la que finalmente apareció en la sección Agricultura, donde constaba que el pueblo había sido fundado el 7 de octubre de 1903. El porqué del nombre Aarón Castellanos es una localidad del sur de la provincia que fue conocida a nivel nacional por las trágicas inundaciones por el desborde de la laguna La Picasa, fenómeno que provocó que el pueblo quedara en su zona rural con más del 50 por ciento bajo el agua.

En un principio la localidad se denominaba Estación Soler, pero Mercedes Castellanos decidió rendirle homenaje a su padre Aarón (1799-1880), un activo colonizador argentino de origen salteño que participó en las luchas por la Independencia nacional bajo las órdenes del general Martín Miguel de Güemes y que en 1824 inició la exploración del río Bermejo. Entre sus más destacados logros Aarón Castellanos logró que unas 200 familias europeas se radicaran en la provincia de Santa Fe para formar la colonia agrícola Esperanza, que diera origen a la ciudad homónima y de la cual también es su fundador. Mercedes Castellanos de Anchorena (1840-1920), educada en París, fue dueña de una de las fortunas argentinas más importantes de la época y se destacaba por su gran belleza. Fundó templos, asilos y otras instituciones de beneficiencia en diferentes puntos del país. En mérito a tan amplia actividad el Vaticano decidió otorgarle el título de condesa pontificia y la condecoró con la Dama de la Rosa de Oro, un honor que muy pocas veces veces concede un Sumo Pontífice a un particular. La actual sede de la Cancillería argentina -también conocida como Palacio San Martín- fue construida entre 1905 y 1909 a pedido de Mercedes para que sus hijos Aarón, Enrique y Emilio se instalaran allí con ella en sus habituales viajes a Buenos Aires. El edificio fue adquirido en 1938 por el gobierno nacional de entonces para el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. El pueblo tiene un dibujo urbanístico muy parecido a la ciudad de La Plata, las diagonales rodean la plaza y las manzanas principales, posee calles amplias, un acceso pavimentado, mucha arboleda y desde la iglesia Cristo Rey -considerada una verdadera joya arquitectónica- se puede observar cómo la laguna La Picasa inundó casi todo. Mercedes Castellanos hizo construir el templo, donándolo luego a los hermanos franciscanos, que aún hoy lo conservan.

El colegio -lindero a la iglesia, que cumplirá cien años en 2007- fue un hito en materia de eduación para la región. Famoso porque en su época la disciplina era severa y rigurosa, cada año los ex alumnos recuerdan a aquellos maestros que sabían cómo encarrilar a los más revoltosos. En la evocación de los viejos pobladores perdura el trabajo bolsero en los galpones del ferrocarril, cuando hasta allí llegaban con las cosechas los viejos carreros como Dalmazzo, Matías y Demetrio Córdoba, entre otros. A Aarón Castellanos se lo denominó el pueblo de agua salada en consonancia cuando La Picasa era una mansa laguna. En la década del 70 tenía su propio apeadero del ferrocarril San Martín. Según artículos de la época reunidos por el historiador José Luis Iñíguez, se extendía por unas 2.500 hectáreas con aguas clorosulfatadas, de elevado nivel salino y un color verdoso otorgado por la abundante presencia de algas. Incluso, por esos años se destacaba la importancia de la zona para el turismo y esparcimiento. "La laguna con sus amplias playas constituye un magnífico y adecuado lugar como balneario", se decía. Pero en las últimas décadas La Picasa se convirtió en un drama para toda la región y hoy inunda una superficie de más de 50.000 hectáreas. Sin embargo, y a pesar de que es una cuenca cerrada, se permitió que drenen aguas de las provincias de Córdoba y Buenos Aires, y la medida adoptada a la ligera no pudo tener un resultado peor: los campos más fértiles del país, las vías del ferrocarril de cargas importantes, y rutas y caminos se anegaron y quedaron inutilizados. No obstante, en el pueblo de Aarón Castellanos todavía hay gente que nunca deja de luchar, sabe que el futuro promisorio sigue estando al alcance de la mano, y reclama firmes políticas de Estado para revertir la situación. El heraldo del progreso

Aarón Castellanos dejó de existir el 1º de abril de 1880 en Rosario. Al día siguiente La Capital le dedicó una nota nostálgica: "La sociedad de Rosario está de duelo, la República debe estarlo", escribió entonces Ovidio Lagos, quien le reconoció su condición de "verdadero heraldo del progreso". En la edición del 4 de abril de ese año este diario reprodujo el discurso del doctor Zubiría durante el sepelio, quien se refirió entre otros conceptos a la incomprensión y la ingratitud. "No se le ha hecho en vida la justicia que él mereciera. Fue un argentino y su voz menospreciada. No se tuvo conciencia de su fuerza", afirmó. gsogno@sangregorio.com.ar / La Capital

ancaloo.com

73 visualizaciones0 comentarios

Yorumlar


bottom of page