Sandra Cabrera (San Juan, provincia de San Juan, 27 de octubre de 1970 – Rosario, 27 de enero de 2004) fue una dirigente sindical argentina que fuera asesinada sin que hasta la fecha se haya individualizado al autor del hecho.
Militancia sindical
En 1994 se radicó en Rosario y allà comenzó con su militancia sindical en la AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina), sindicato adherido a la CTA, del cual llegó a ser secretaria general de la delegación Rosario.
Su militancia sindical se caracterizó por la lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales, y por las denuncias por corrupción de integrantes de la policÃa, lo que le ocasionó constantes amenazas a su integridad fÃsica y a la de su hija Macarena. También luchaba desde el sindicato por el reconocimiento de su personerÃa por el Estado y la organización de una obra social. También presentó un proyecto para la derogación del Código de Faltas de la provincia de Santa Fe.
Fue muy reconocida por sus pares por su compromiso social. Hacia fines de 2001, durante la crisis en que ingresó la economÃa argentina, Cabrera gestionó la entrega de cajas de alimentos para sus compañeras porque, según afirmó el 24 de diciembre de 2001, «habÃa muchas compañeras que no tenÃan nada para comer». Al repartirse los alimentos desde las 8 hasta las 22, no pudo festejar la Navidad con su hija pero recordaba que ella le habÃa dicho «que me quedara tranquila, porque gracias a lo que habÃamos hecho el dÃa anterior muchas compañeras habÃan tenido con que festejar». Trabajó, además, por la prevención de infección de VIH.
Cabrera continuó denunciado casos de corrupción ante la justicia y las autoridades policiales y aunque muchas veces las denuncias eran archivadas sus acciones resultaron en la separación de sus funciones de algunos policÃas y la disolución del aparato mafioso-represivo de la policÃa provincial de Moralidad Pública.
Recuerdos lejanos y cercanos
Inspirado en Sandra Cabrera
Recuerdos mios, momentos fugaces de amor y militancia Cálidos burdeles rosarinos y el amor que se escapaba de la culpa y el designio Historias de historias tan secretas como los pequeños sueños de la esperanza tiempos de "gansum" allá en el puerto, si no me falla la memoria ....... VolvÃamos del frÃo y la nostalgia, la democracia nos devolvia la realidad hecha pedazos. Yo huÃa de ningún lugar y buscaba los amores sin relojes después del deseo y el amor los cuerpos hablaban de polÃtica Yo amaba esa ciudad donde las prostitutas tenÃan memoria y sacudÃan mi conciencia.
Años y años de lluvias luteranas hicieron de sus cuerpos sus rehenes Y después de la fábula macondiana la historia fue real, cruda y presente en los fulgores de nuevas estrellas y en eternas búsquedas de lo perdido aquà en Independencia entre mate y galletita también supe de ese viejo calor de militancia. Ya no habÃa pasión, querÃamos ser responsables, se habÃan organizado pero el amor se filtraba en miradas cómplices en esquivar el dolor y ser mirado todo retorna del pasado, Sandra, su pasión y mi sueño de haberla compartido.
Romano Malfatti
Amenazas y asesinato
En noviembre de 2003 hizo la denuncia de amenazas contra ella y su hija ante la seccional Rosario de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), sindicato que agrupa empleados públicos, que también forma parte de la CTA. El ATE a su vez derivó la denuncia al Subsecretario de Justicia de la Provincia de Santa Fe, Diego Giuliani, y al jefe de Seguridad personal de la PolicÃa de Santa Fe, comisario Aguilar.
A partir de ese momento, a Cabrera se le dio custodia policial en su domicilio pero las amenazas no cesaron. El hostigamiento continuó, y en diciembre de 2003 fue golpeada dentro de su domicilio con la custodia policial en la puerta.
Sandra Cabrera murió asesinada con un tiro de 9 mm, en la nuca, el 27 de enero de 2004. Le habÃan advertido que cesara con sus denuncias. Por su muerte, quedó imputado y detenido Diego Parvlusik, oficial inspector de la PolicÃa Federal en Rosario. Después del asesinato, un pasacalle ubicado frente a la calle Córdoba decÃa «Sandra, tus compañeras vamos a seguir con la lucha».
Como consecuencia de su asesinato, se realizaron varias marchas en reclamo de justicia. De la convocatoria las marchas participaron, entre otros, Madres de Plaza de Mayo LÃnea Fundadora, HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), Abuelas de Plaza de Mayo, CELS, Asociación Miguel Bru, SUTEBA, CTERA, ATTAC, Comunidad Homosexual Argentina, Asamblea Barrial de San Telmo (en Buenos Aires), Coordinadora Nacional de Agrupaciones AgustÃn Tosco, AmnistÃa Internacional, senadora Elisa Carca, Red Bonaerense de Personas Viviendo con VIH, Familiares de Desaparecidos, Conadu Histórica, Corriente Clasista y Combativa, ATE-Capital, Barrios de Pie, Federación de Empleados Judiciales, Padre Cajade, Federaciona Nacional de Salud, Ammar y la CTA.