El 28 de agosto de 1975, cuando todavía no habíamos salido del estupor de hechos similares, recibimos una noticia que nos conmocionó, el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, matrícula TC-62 había sido derribado a las 13:05 horas, por una bomba (160 kg. de explosivos) colocada y hecha estallar por control remoto, en plena carrera de despegue, aprovechando un desagüe que pasaba por debajo de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Tucumán “Teniente Matienzo”.
La magnitud de la explosión dejó un cráter en el cemento de 12 metros de diámetro por 2 metros de profundidad. El terrible atentado fue obra de Montoneros.En el avión se trasladaban 114 efectivos de la Gendarmería Nacional, con destino a la Provincia de San Juan, de los cuales, seis fallecieron y más de 60 resultaron heridos, nueve de ellos de gravedad.Esta operación realizada por terroristas del Ejército Montonero, se llevó a cabo con una gran precisión, pero la pericia de la tripulación permitió evitar que este atentado criminal alcanzara proyecciones de catástrofe, salvando las vidas de más de un centenar de gendarmes que se encontraban a bordo, y el consecuente desastre que podría haberse ocasionado se se precipitaba sobre el Barrio Obrero situado a continuación de la cabecera de pista de dicho Aeródromo.
El aparato se destrozó al caer a tierra y quedó envuelto en llamas, explotando con impresionante violencia. Toda esta situación produjo escenas de pánico entre los habitantes de la zona próxima al Barrio San Cayetano. Los restos del avión quedaron esparcidos en un radio de aproximadamente 300 metros, mientras que el grueso de la estructura se incendió a un costado de la pista envuelto en llamas y en medio de una columna de humo negro visible a gran distancia del lugar. Las tareas de rescate se hicieron muy difíciles para los bomberos que estaban atacando el fuego, debido a las explosiones posteriores, causadas por los tanques auxiliares de combustible y los pertrechos militares que se transportaban a bordo.
Uno de los sobrevivientes de este terrible atentado Alberto M. relataba lo siguiente: “Conocí a todos (los fallecidos), pero especialmente a uno de ellos Evaristo Gómez. Era un gendarme de la provincia de San Juan que prestaba servicios en la Sección Calingasta en San Juan. Él un día, me manifiesta sus deseos de dejar Gendarmería para continuar una carrera deportiva como jugador de fútbol en la Liga Sanjuanina de Fútbol. Tengo una charla con él y le hago ver la posibilidad en Gendarmería de una carrera con mayor solidez, que era lo más conveniente para su futuro y le doy un tiempo razonable para que él piense. A las 24 hs. se presenta y me dice que seguirá en Gendarmería.
Él integró ese equipo que va a Tucumán y en el atentado cuando el avión ya había caído, comenzamos a salir por las aberturas en llamas que se habían producido, y él queda atascado en una abertura, como era muy corpulento con la mitad del cuerpo afuera, agitando su brazo y pidiendo auxilio, pero era prácticamente imposible acercarse a 10 o 15 metros, él murió y eso me impactó muchísimo“. Las vidas que se pudieron salvar fueron acciones heróicas por parte de los bomberos, la gente del lugar, como así también los tripulantes del Hércules y gendarmes que habían podido salir de ese infierno y volvieron a rescatar a los que quedaron atrapados entre los restos del avión, que terminó totalmente destruído. En esta acción valerosa pereció por asfixia el Gendarme Raúl CUELLO, quien salió ileso del avión y entró repetidas veces, salvando valiosas vidas, hasta quedar atrapado por las llamas en el que sería su último intento, dando un ejemplo de valor y coraje llevados hasta el supremo sacrificio.
También fallecieron asesinados en este atentado, los Gendarmes: - Evaristo Gómez - Juan Argentino Luna - Marcelo Godoy - Pedro Yáñez - Juan Riveros - Raúl Cuello Las autoridades del gobierno constitucional a cargo de la señora Presidente de la Nación Argentina, Señora María Estela Martínez de Perón, condenaron enérgicamente este accionar subversivo. Situación A las 9 de la mañana del día 28 de agosto de 1975, el TC-62 despegó de la Base Aérea El Palomar, aterrizando en el Aeropuerto Benjamín Matienzo (Tucumán), a las 1156 horas, llevando a bordo a 85 pasajeros de la Policía Federal Argentina. De inmediato se procedió al embarque de 114 miembros de Gendarmería nacional, pertenecientes al Equipo de Combate “San Juan”.
La misión de ese día para el TC-62 comprendería, además de ese vuelo de Tucumán a San Juan, otro traslado de La Rioja a Buenos Aires. Aparte de los 114 gendarmes, se acomodaron dentro de la aeronave todos los pertrechos del elemento, como también todo su armamento y munición. Todos estaban ansiosos por partir y reunirse con sus familias. La tripulación, a su vez, cumplía con los últimos detalles de la partida. Mientras todo esto ocurría en el aeropuerto, un vehículo con las siglas de Agua y Energía, estacionado a una cuadra y media de la entrada recibía instrucciones por radio de un militante subversivo montonero infiltrado dentro de la estación aérea.
Daba inicio la última fase de la “Operación Gardel” ejecutada por el Grupo Montoneros. Operación “Gardel” Dos montoneros vestidos como obreros (overol y casco) descendieron del vehículo y se dirigieron a una casa contigua a la pista. Allí había un desagüe pluvial que se dirigía a una alcantarilla en desuso que cruzaba por debajo de la pista de la base aérea, a 1100 metros de la cabecera Norte y 1000 de la Sur. Su misión era accionar por control remoto una enorme carga explosiva en forma de cono colocada en dicho túnel, justo en el momento en que el C-130 estuviera al máximo de su potencia. El cono explosivo estaba formado en la punta por una semiesfera de 10kg de TNT, luego una capa de diametón de 60kg y el resto 90kg de amonita.
Un grueso cable salía de la carga y recorría los 250 metros del túnel hasta la boca de tormenta. En su extremo sería accionado por la batería de 12v del vehículo, y desde un foso lindante sería accionado el pulsador. Esta obra de ingeniería fue realizada entre marzo y junio de 1975. la horqueta de una rama sería el punto de referencia para calcular la trayectoria del avión y accionar la carga explosiva. Hubo varios intentos anteriores que fallaron por problemas de coordinación. La acción El TC-62 comienza su despegue. Alcanza la velocidad de 200km/h, luego de recorrer 800 metros de la cabecera 18. Estando ya el avión en ele aire, la tripulación observa la explosión.
Fue como si la pista se levantara, formando un hongo negro constituido por bloques de concreto y tierra. Esta explosión se produjo entre 100 y 150 metros delante de la máquina y, a unos 2 segundos de distancia en tiempo. Había muy poco por hacer. El piloto intentó la trepada del avión. La onda expansiva lo tomó en actitud ascendente y a unos 12/15 metros de altura. La aeronave se incendió parcialmente, se inclinó sobre su derecha y cayó sobre la pista, arrastrándose unos 400 metros. La situación en el compartimiento de pasajeros-carga era de gran confusión, dado que desconocían la causa de lo que estaban viviendo. De inmediato el interior se llenó de humo y fuego.
En esos momentos se puso a prueba la disciplina y valor de los gendarmes, quienes protagonizaron acciones de solidaridad y heroísmo. Al detenerse la corrida del avión el incendió aumentó aún más. Los tripulantes y gendarmes ilesos salieron en forma ordenada por las salidas de emergencia. Los heridos fueron ayudados por sus propios camaradas y vecinos del lugar. Muchos volvieron una y otra vez para rescatar a sus compañeros. En esta acción muere por asfixia el Gendarme Raúl Cuello al quedar atrapado por las llamas en el que sería su último intento, luego de recatar a varios.
Un ejemplo de valor y de coraje. Consecuencias Como resultado de la acción la aeronave TC-62 resultó destruida en su totalidad, seis gendarmes fallecieron y veintidós sufrieron heridas de diversa consideración. De la tripulación, seis sufrieron heridas, solo uno resultó ileso. Como experiencia operacional recogida por este hecho la FAA y el EA aumentaron considerablente el perímetro defensivo y la zona excluída en torno del Aeropuerto, así como también se intensificaron las patrullas y registros de elementos sospechosos. No hubo más intentos guerrilleros de este tipo.
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