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Mohandas Gandhi


Gandhi, Mohandas Karamchand Líder espiritual y político de la India (Porbandar, Kathiawar, 1869 - Delhi, 1948). Filósofo y político.


Nació en una familia hindú acomodada, perteneciente a una casta de comerciantes y políticos. Su familia era practicante del brahmanismo. Contrajo matrimonio a los 12 años, mientras cursaba estudios en el colegio colonial. Marchó a Londres, donde cursó la carrera de Derecho, para volver a su patria en 1891. Fue nombrado abogado del Tribunal Supremo en Bombay.


Después de estudiar Derecho en la metrópoli (Londres, 1888-91) y de fracasar en sus primeros pasos como abogado en la India, se estableció en Sudáfrica -también colonia británica- en 1893. Conmocionado por el espectáculo de la discriminación racial, se dedicó a luchar por los derechos de la minoría india en aquel país.


Durante aquella campaña, Gandhi fraguó sus ideales de pacifismo y pureza espiritual: predicó la resistencia pacífica como medio eficaz de reivindicación no violenta, con el que consiguió un acuerdo con las autoridades coloniales que eliminaba las injusticias más flagrantes (Pacto Smuts-Gandhi, 1913).


Completó sus convicciones pacifistas, arraigadas en la religiosidad hindú, con la lectura de escritos occidentales de Thoreau, Ruskin y Tolstoi; en lo sucesivo defendería un ideal de fraternidad universal por encima de toda diferencia de opinión, raza, nacionalidad, religión o condición social.


En 1914 regresa a la India; ya empieza a recibir el nombre de «Mahatma» por sus compatriotas; significa «alma grande». Su propósito era bien definido entonces: la independencia de su país. Trabajó primeramente por la unidad del pueblo indio entre hindúes y musulmanes sin muchos resultados positivos, y encabezó en 1918 el movimiento nacionalista con el constante llamamiento a la desobediencia civil, a la resistencia pasiva una vez más, e insistiendo en una rotunda negativa a la occidentalización. Trabajó también por la abolición de las castas sociales para resumirlas en cuatro con arreglo a sus funciones y no a sus privilegios: los sacerdotes, los militares, los comerciantes y los trabajadores manuales, sin ningún tipo de jerarquía entre ellas.


Gandhi fue rigurosamente vegetariano y, desde 1907, también célibe, después de haber tenido cuatro hijos; había abandonado la vestimenta occidental, simbolizando con su vuelta a la túnica india una actitud de reivindicación de las tradiciones nacionales y de liberación personal de las servidumbres materiales; y era llamado Mahatma («alma grande»), nombre ideado para él por el poeta Rabindranath Tagore.


Sus esperanzas de que las autoridades británicas reconocieran la colaboración de los indios en el esfuerzo de guerra iniciando un proceso de descolonización, se vieron defraudadas y convencieron a Gandhi en 1920 para ponerse al frente del Partido del Congreso, principal movimiento nacionalista de la India.


En 1921 consiguió que dicho partido aceptara su programa de resistencia pacífica basado en la desobediencia civil y el boicot a las instituciones y productos ingleses. Se inició entonces una lucha en la que Gandhi proclamaba la recuperación de los valores tradicionales de la India perdidos bajo la dominación extranjera, instando a hacerse menos dependientes en todos los aspectos (incluyendo el económico, que simbolizó en la defensa de la artesanía textil tradicional frente a la importación de tejidos industriales ingleses).


Luchó por unificar a la población de la India para formar una verdadera nación: se comprometió personalmente en el ideal de unir en esa lucha a hindúes y musulmanes -las dos comunidades religiosas de la India-, realizando por ello una huelga de hambre que estuvo a punto de costarle la vida; también empleó la huelga de hambre para reivindicar la igualdad de derechos de las castas inferiores, secularmente discriminadas en la India; fomentó la educación de las masas inspirada en las tradiciones culturales propias, pero marcada por la idea de uniformizar a la nación, impulsando el empleo del hindi como lengua común.


Gandhi ya había iniciado sus ayunos de protesta y demás medidas pacíficas, al mismo tiempo políticas y ascéticas. En 1922 es condenado a prisión por las autoridades británicas, que sólo pueden retenerle dos años encarcelado por las presiones que las masas habían realizado, según el aprendizaje recibido de «Mahatma». La no colaboración con el poder, la pasividad, la no violencia, comienzan a dar resultados: el mercado textil de Inglaterra en la India decae aterradoramente, las propuestas británicas de reforma son en absoluto desoídas, las factorías coloniales se paralizan y los impuestos dejan de pagarse.


Su lucha por la independencia estuvo jalonada por acciones de gran poder simbólico en las que incitaba a los indios a valerse por sí mismos: en 1930 organizó la marcha de la sal, una protesta pacífica contra el impuesto colonial que gravaba el consumo de sal, consistente en invitar a la población a fabricar ilegalmente su propia sal con agua del mar.


El éxito de sus campañas dio confianza al movimiento nacionalista. Los ingleses, que inicialmente respondieron encarcelando a Gandhi en 1922-24 (luego sería detenido y liberado cinco veces más), negociaron con él en 1931 un pacto para liberar a los presos nacionalistas y conceder algunos logros simbólicos, a cambio de detener la campaña de desobediencia civil; la torpeza de Churchill, que despreció la figura de Gandhi y se negó a recibirle, impidió un entendimiento más profundo.


Ello hizo que, al estallar la Segunda Guerra Mundial (1939-45), el Congreso instara a sus seguidores a la no-cooperación con el esfuerzo bélico aliado (entre otras razones, porque nadie había consultado a los indios o a sus representantes si deseaban entrar en guerra).


Encarcelado de nuevo en 1942-44, Gandhi siguió apoyando la demanda del Congreso, encabezado ahora por su amigo y colaborador Nehru, de que Gran Bretaña abandonara la India, lo que efectivamente se vio obligada a hacer al terminar la contienda. En ese último avance hacia la independencia, Gandhi concentró sus esfuerzos en tratar de impedir la secesión de los musulmanes, que aspiraban mayoritariamente a la formación de un Estado separado.


Efectivamente, cuando en 1946 los ingleses formaron un primer gobierno indio presidido por Nehru, los musulmanes, encabezados por Jinnah, se negaron a participar en las nuevas instituciones, donde temían ser anulados por la mayoría hindú, e iniciaron una lucha armada. Gandhi fue calmando sucesivos brotes de violencia, a base de autoridad moral, presencia personal en los lugares conflictivos, huelgas de hambre…, pero los enfrentamientos continuaron y el Congreso acabó por aceptar la partición de la India en dos Estados, con un Pakistán independiente para los musulmanes (1947). Defraudado por el comportamiento de su pueblo, Gandhi se negó a participar en las celebraciones de la independencia y siguió haciendo huelgas de hambre en favor de la paz y la unidad. Murió asesinado por un extremista hindú.

Por Que Lo Asesinaron? El Fanatismo Religioso:

Las acciones pacifistas de Ghandi materializadas en su campaña para promover la paz mundial, despertaron rencores incluso  en sus propios compañeros de fe hindú. Estos mismos, sentían que Ghandi había traicionado sus principios al criticarlos en sus manifestaciones en contra de los musulmanes. Este resentimiento catapultó a nueve hindúes fanatizados a planificar su asesinato.


Este complot estuvo precedido por Vinayak Damodar Savarkar, de 65 años que había sido el promotor de otro grupo poderoso antimusulmán, contrario a Ghandi. Savarkar reunió a ocho jóvenes. Este grupo decidió realizar su golpe el 19 de enero, sin embargo, no lograron su cometido por mala organización: ya que no estaban estructurados los lugares de cada miembro ni los elementos a utilizar para la misión (granadas o armas de fuego).  Su accionar estuvo cargado de desaciertos y llamaron la atención rápidamente a las fuerzas policiales: uno de ellos alcanzó a ser detenido y hay informes que sugieren que confesó a la policía toda la conspiración, incluso con los nombres de sus compañeros. Si esto es verdad, entonces la policía conocía el peligro que amenazaba al líder de la independencia y nada hizo para alertarlo.


Sin embargo, los hechos frustrados no los detuvieron, y volvieron a reunirse el 29 de enero de 1948, allí eligieron para llevar a cabo el asesinato a Nathuram Godse, hindú extremista y fanático, director del diario Hindi Rastra..


El dia 30 de enero, Ghandi paseaba por los jardines de la Casa Birla, su residencia en Nueva Delhi, estaba acompañado por el Vice Primer Ministro Sardar Patel. Minutos antes de las cuatro de la tarde, miró su reloj y les dijo a sus acompañantes:  —Debo irme ahora. Es hora de hacer mis oraciones. Apoyado en sus dos sobrinas nietas, Aya y Manu, se alejó lentamente hacia el pabellón. Subió los tres escalones de la construcción y allí lo esperaba Nathuram Godse.  


—Llega tarde a sus oraciones —le dijo.

—Efectivamente —confirmó el Mahatma.

Nathuram sacó un revolver, que llevaba escondido entre las ropas, e hizo tres disparos. Uno de ellos, alcanzo el pecho de Ghandi, los otros dos se introdujeron en el vientre. De esta manera, sin el menor gesto de dolor, el gran pacifista, unió sus manos en gesto de oración y murmuró “Al Ram, Ram”, una invocación a Rama, una de las manifestaciones hindúes del dios que habita en el interior y en el exterior. Luego cayó de espaldas sin decir una palabra más. Mientras el asesino era arrestado por la policía, Gandhi fue entrado a la casa, donde murió dos horas después.


Godse fue juzgado con sus cómplices cuatro meses después del asesinato. Este personaje, acuso a Ghandi de ser un “un impostor político y moral... una maldición, una fuerza del mal”, dispuesto a permitir el dominio musulmán de la India. Godse fue condenado a la horca, con uno de sus compañeros y ambos ejecutados el 15 de noviembre de 1949. Los restantes fueron condenados a cadena perpetua.


Ante la muerte de Ghandi, el Ministro de la India, Jawaharlal Nehru, comunicó la terrible información al pueblo hindú declarando: “La luz se ha alejado de nuestras vidas”, dijo, “y sólo hay oscuridad en todas partes”. El gobierno decretó trece días de duelo, su cuerpo fue transportado hasta el río sagrado Jumna, en ese sitio se alzaba la pira funeraria armada con maderas de sándalo, incienso, palmas de coco y alcanfor. El fuego fue encendido por su hijo Ramdas. Los últimos pétalos de rosas arrojados sobre el fuego fueron los lanzados por el Primer Ministro Nehru, el Vice Primer Ministro Patel, el último Virrey de la India, Lord Mountbatten, y su mujer, Edwina.


Luego de la cremación de Ghandi, se llenaron unas 20 urnas con las cenizas del líder, las que se distribuyeron por todo el país, cumpliendo con su deseo de que fueran esparcidas en los ríos de su patria. Una de esas urnas fue trasladada a Cuttack, la capital del estado indio de Orisa, donde aparentemente fue colocada en el Tesoro del Banco estatal. Los funcionarios no supieron explicar por qué las cenizas habían permanecido bajo llave de seguridad durante casi cincuenta años. Muchos sugieren que se pensó en levantar un monumento a Gandhi después de su asesinato, pero luego el proyecto fue abandonado y las cenizas olvidadas en el tesoro de ese banco, ya que en 1950 la capital del estado fue trasladada de Cuttack a Bubanshewar.


En el año 1997, 50 años después del fallecimiento de Ghandi, se realizó una ceremonia en su nombre, sobre las aguas del río Ganges, en Allahabad (India). En la misma, Tushar Gandhi, su nieto, estuvo a cargo de la apertura de una urna perdida, dispersando sus cenizas mientras miles de seguidores entonaban cánticos en recuerdo del hombre que había logrado unificar la nación históricamente dividida por divergencias religiosas y étnicas.

La historia de la humanidad, demuestra que los pueblos recuerdan y denominan héroes a aquellos guerreros, militares, a los cuales llaman Héroes Nacionales, que han luchado por la libertad de sus pueblos. Estos hombres acuñados detrás de la violencia de las armas se han forjado un lugar dentro del panteón nacional, sin embargo, Ghandi fue totalmente lo opuesto. Logro la liberación del pueblo hindú a través de la paz, sin dar un solo golpe.


Mahatma, que significa “Alma Grande”, dejó impresas miles de huellas dentro de la memoria de todos sus seguidores, e incluso en el mismo pueblo hindú. Un ser amable, delicado, devoto del hinduismo. Poseía un carácter de hierro, una voluntad gigante y arraigado en sus convicciones. Esta combinación de características personales hicieron de él, un líder indiscutido del movimiento nacionalista de la India. Para algunos fue un maestro de la política, para otros un santo.

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