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  • Foto del escritorMuseo Negro

John Fitzgerald Kennedy


Kennedy, John Fitzgerald 35.º presidente de los Estados Unidos de América (Brookline, Massachusetts, 1917 - Dallas, Texas, 1963).

Político norteamericano, trigésimo quinto presidente de su país. Estudia en la Universidad de Harward, trasladándose luego al Viejo Continente, terminando sus estudios económicos en Inglaterra, en la Universidad de Londres.

Perteneciente al «clan» de los Kennedy, John estudió en la Universidad de Harvard y sirvió en la marina durante la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Enseguida entró en la política, en las filas del Partido Demócrata: fue elegido por Massachusetts para la Cámara de Representantes (1946) y para el Senado (1953); y completó su rápida ascensión con la nominación demócrata para las elecciones presidenciales de 1960.


Tras una campaña electoral en la que se televisó por primera vez un debate entre los candidatos, venció por un estrecho margen a su oponente republicano, Richard Nixon, apoyándose en su imagen de hombre joven, culto, optimista y emprendedor.

El presidente Kennedy fue asesinado durante una visita a Dallas en circunstancias nunca aclaradas del todo. Le sucedió su vicepresidente Johnson, el cual impulsó una investigación oficial que culpó del atentado a un único francotirador, Lee H. Oswald. Este joven oscuro murió a su vez asesinado por un enfermo terminal, borrándose todas las pistas de lo que muchos han señalado como un complot en gran escala, detrás del cual estarían los grandes magnates de la industria, los servicios secretos u otros poderes contrarios a la política del presidente.

El 22 de noviembre de 1963 Kennedy se encontraba en Dallas con motivo de una gira electoral que le había llevado por varios estados. Saludando a la multitud desde un coche descubierto, recibió varios disparos en cabeza y cuello que le causaron la muerte. El autor único, según la investigación del suceso a cargo del juez Warren, fue Lee Harvey Oswald (foto izq.) , un enajenado ex-marine pro-comunista.


Arrestado poco después de los sucesos en el interior de un cine, dos días más tarde fue asesinado por Jack Ruby, quien murió también poco más tarde en circunstancias poco claras. A partir de entonces, las dudas, lagunas y conjeturas acerca del asesinato de Kennedy no han hecho sino aumentar, apuntando la posibilidad, nunca desvelada, de que fueran varios los autores del crimen y respondieran a una conjura contra el Presidente. Su asesinato conmocionó a la opinión pública, contribuyendo, aun más que su carrera política, a la creación de un mito.


Por que Lo Asesinaron?

Las razones del asesinato de Kennedy siguen siendo un enigma. Sin embargo, a través de esta breve reflexión, se puede elucidar alguna idea del móvil que inició este magnicidio. Kennedy, como anteriormente se manifestó, estaba en contra de la actitud de “secretismo” que mantenían las altas esferas militares, sustentados en esta política de “Seguridad Nacional” como fundamento de algunas de sus principales acciones.


Recordando textualmente a Kennedy en un fragmento de su más importante discurso: La propia palabra “secreto” es repugnante en una sociedad libre y abierta, y nosotros, como pueblo, estamos inherente e históricamente opuestos a las sociedades secretas, los juramentos secretos y los procedimientos secretos.


Mediante estas declaraciones criticaba durísimamente al sistema de prensa norteamericano, no obstante, este discurso era pronunciado ante la American Newspaper Publisher Association. Conjuntamente con ellas, declaraba: "Se nos opone alrededor de todo el mundo una monolítica y despiadada conspiración que se apoya, primariamente, en medios encubiertos para aumentar su esfera de influencia (...) Es un sistema que ha reclutado vastos recursos humanos y materiales para construir una muy bien atada y altamente eficiente maquinaria que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos son secretos, no se publican. Sus errores se entierran, no se señalan. Quienes disienten son silenciados, y no reconocidos. Para ello no se repara en gastos. Los rumores no se publican. Ningún secreto se revela. Es la máquina que conduce la Guerra Fría, en resumen, con una disciplina rigurosa que ninguna democracia puede esperar o desear alcanzar...


Kennedy no aludía al comunismo, sino a la estructura de la cual la CIA era sólo la punta del iceberg. A su vez, con respecto a la prensa, se despachó en idéntico sentido, criticándola por partida doble: por desinformar sobre las cuestiones importantes y revelar secretos de Estado, cuya difusión iba contra los intereses de los Estados Unidos, pero a favor de la carrera armamentista, y por lo tanto, de la elite. Decía Kennedy, ante la atónita mirada de los dueños de medios, editores y periodistas: "Sin debate, sin crítica, ninguna administración y ningún país puede sobrevivir.


Es por eso que el legislador ateniense Solón decretó que un ciudadano que escapaba de las controversias cometía un crimen. Y es por eso que la prensa fue protegida aquí por la Primera Enmienda a la Constitución. Es el único negocio protegido constitucionalmente. Y no lo está principalmente para divertir y entretener. No lo está para enfatizar lo trivial y lo sentimental. No está protegida para “dar al público simplemente lo que éste quiere”, sino para informar, para enardecer, para hacer reflejar, para mostrar nuestros peligros y nuestras oportunidades, para indicar nuestras crisis y nuestras opciones, para liderar, moldear, educar e incluso a veces, para hacer enojar a la opinión pública...


Kennedy dirigia su critica no solo contra las sociedades secretas sino también contra la prensa. A las primeras, les criticaba su accionar secreto, antinacional y sectario, a las segundas, el uso de los medios para desinformar y producir programas de entretenimiento tendientes a forjar este escapismo barato, que se observa mayoritariamente en la actualidad de los medios de comunicación audiovisuales.


A raíz de ello se puede comprender este accionar cómplice entre los medios de comunicación y el gobierno norteamericano, al encubrir las verdaderas razones del asesinato de Kennedy. ¿Cómo puede llamar la atención entonces que la prensa norteamericana haya aceptado sin críticas el dictamen de la Comisión Warren acerca del asesinato de Kennedy a manos de loco suelto” y por medio de “una bala milagrosa” que efectuó alrededor de 10 perforaciones y rebotes en su limusina descubierta? Vergonzoso, cínico, siniestro y humillante para nuestras inteligencias.


Incluso formular una pregunta que ronda por la cabeza de miles de personas devotas de la historia contrafactual: ¿Qué mundo tendríamos hoy sí Kennedy no hubiera muerto y hubiera sido releecto en 1964, tal como era previsible?.Es difícil saberlo.


Lo cierto es que, más allá de sus orígenes dentro de la elite norteamericana, tanto John como Robert Kennedy llevaban a cabo políticas que los enfrentaban a estos sectores dirigentes: Robert, era procurador de Justicia de su hermano John, y luchaba seriamente contra la Mafia. A su vez, John atacaba los privilegios de la industria petrolera, atacaba la carrera armamentista y la posible guerra con la Unión Soviética, que algunos de sus propios cuadros internos estimulaban. Además, deseaba retirar a los Estados Unidos de Vietnam. Ya comenzaba a atacar los privilegios de los principales y más conspicuos bancos norteamericanos con la emisión de dólares “por la ventanilla” del Departamento del Tesoro, y no mediante el FED, y atacó en su último y monumental discurso al centro de la prensa norteamericana cómplice de la elite.


John Fitzgerald Kennedy hizo todo sin dudarlo, frontal y, por sobre todo, muy generosamente. Por eso lo mataron, y por eso su asesinato se ejecutó de esa manera, quizás “advirtiendo” mafiosamente a cualquier sucesor lo que le podía esperar si no se acogía ciegamente a la agenda de la elite.  Fuente Consultada: Nadie Vio Matriz de Walter Graziano

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