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Foto del escritorMuseo Negro

Erich Albert Raeder: Los Juicios de Nuremberg


Erich Johann Albert Raeder, nació el 24 de abril de 1876 en Wandsbek, Schleswig-Holstein, Alemania. Fue hijo de un director de escuela y por ello recibió una buena educación clásica de la época. 


Ingresó a la Kaiserliche Marine (Marina Imperial) en 1896 donde progresó muy rápidamente gracias a sus cualidades profesionales. En 1912, fue llamado a ocupar el puesto de Jefe de Estado Mayor del Almirante Franz von Hipper. Prestó servicio durante la Primera Guerra Mundial en ese cargo y luego en el mar como comandante del crucero Koeln, participando en los combates de Dogger Bank en 1915 y Jutlandia en 1916. En 1922 ascendió al rango de Contralmirante y en 1925 ya era Vicealmirante.

En Octubre de 1928 alcanzó el grado máximo de Almirante y fue nombrado Comandante en Jefe de la Reichsmarine. 


Aunque no estaba de acuerdo con las políticas generales del Partido Nacionalsocialista NSDAP, apoyó a Hitler para que Alemania volviera a ser una gran potencia y por ello recibió la medalla de honor en oro del partido. 

 La principal meta del Almirante Raeder fue desarrollar a la Kriegsmarine para que pudiera enfrentar y derrotar a la Armada Británica con todo un plan estructural y de construcciones navales llamado Plan-Z. Con este plan de construcciones navales con medidas estratégicas y refinada ingeniería naval, logró crear una flota con superior poder de fuego y navegación, sin contravenir las limitaciones impuestas por el Tratado de Versalles. Esto lo puso en constantes conflictos con Hermann Göring quien como director de la economía alemana se le asignaba más recursos a la Luftwaffe que a la Kriegsmarine. 


En 1934 le propuso a Hitler que a partir de 1936 los buques capitales alemanes debían ser equipados con cañones similares a los de los acorazados de la Clase King George británicos y recomendó que la construcción de los U-Boots se realizara en completo secreto. Raeder dispuso que los Botes-E no fueran vistas navegando en flotillas para que no se hiciera evidente el poderío de las naves torpederas que sobrepasaba lo dispuesto por el Tratado de Versalles, que por otro lado aplicaba sólo a submarinos.


Dispuso la conversión de buques mercantes en mercantes armados con poder de fuego similar al de un crucero ligero. En febrero de 1938 Raeder pasó a formar parte del Consejo de Gabinete Secreto. Fue le gestor del desarrollo de la Kriegsmarine que mediante técnicas de ingeniería naval revolucionarias para su época y en 1939, recibió el bastón de mando de Großadmiral (Gran Almirante) de la Kriegsmarine, el primer oficial naval que alcanzó ese honor desde Alfred von Tirpitz. En octubre de 1939, Raeder le sugirió a Hitler la ocupación de Dinamarca y Noruega argumentando que Alemania no podría derrotar a Gran Bretaña a menos que se instalaran bases navales en esos países. 


En abril de 1940, Hitler autorizó las operaciones Weserübung contra esos países, pero aunque el resultado final fue exitoso le pareció inaceptable las pérdidas que tuvo la Kriegsmarine, en hombres y equipo. Luego Raeder apoyó la Operación León Marino para invadir Inglaterra, aunque dejó aclarado que él pensaba que había otros métodos menos costosos para doblegar a los británicos, especialmente con la fuerza submarina, pero advirtió que para llevar a cabo la invasión era imprescindible que primero la Luftwaffe adquiriera el control de los cielos. 


Cuando Hermann Göring fracasó en derrotar a la Royal Air Force durante la Batalla de Gran Bretaña, Raeder le recomendó a Hitler posponer la invasión. En 1941 se opuso a la Operación Barbarossa para invadir a la Unión Soviética advirtiendo que Alemania no estaba lista para llevar a cabo esa inmensa operación. Hitler quedó muy desilusionado con el desempeño de la Kriegsmarine después de los éxitos iniciales. Esta desazón llegó a su límite cuando el Lutzow y el Admiral Hipper no pudieron detener un gran convoy aliado navegando en el Ártico y acusó a Raeder de incompetente. 


No tuvo en cuenta Hitler el Plan-Z de construcciones navales de Raeder que prácticamente quedó en el papel dándole sólo un poco de atención a la construcción de submarinos. El Almirante renunció en enero de 1943 y fue nombrado Inspector General de la Kriegsmarine, una especie de premio de consuelo por sus servicios. Fue reemplazado por Karl Dönitz como Comandante en Jefe de la Kriegsmarine, quien mantuvo el cargo de comandante en jefe de la fuerza submarina, única fuerza naval exitosa para Hitler. 


Después de la guerra, el Almirante Raeder fue juzgado como criminal de guerra y condenado a prisión perpetua, pero posteriormente fue reducida y finalmente liberado por razones de salud. Una vez en la vida civil escribió su autobiografía "Mein Leben" en 1957. 

 Erich Raeder murió en Kiel el 6 de noviembre de 1960, a la edad de 81 años.

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