(Hanover, 1882 - Nuremberg, 1946) Mariscal alemán. Luchador del Reich en la Primera Guerra Mundial y alto mando del ejército durante la República de Weimar, abrazó la ideología nazi y en la Segunda Guerra Mundial fue un fiel colaborador de Hitler. Acusado de crímenes de guerra, fue sentenciado a muerte en los juicios de Nuremberg.
Hijo de un propietario terrateniente de Brunswick, Keitel recibió sólo una educación elemental y fue un estudiante mediocre. Demostró durante su juventud una gran inteligencia y gusto por los caballos y la caza y, como muchos jóvenes de su generación, pronto se sintió atraído por el poderoso ejército del nuevo Reich y tomó la carrera militar. Ingresó en el 46º Regimiento de Artillería de Prusia en 1901, y al año siguiente, como segundo lugarteniente, demostró unas buenas dotes de organización al ocuparse de todos los aspectos relativos a la movilización.
Durante la Primera Guerra Mundial Keitel fue movilizado junto con su regimiento, con el rango de capitán, y en septiembre de 1914 fue herido de metralla, aunque no de gravedad. Cuando regresó a sus obligaciones fue nombrado comandante de su batería y en marzo de 1915 recibió el grado de general. Es de destacar que Keitel no accedió a la plana mayor a través del conducto regular del ejército prusiano, sino debido a sus dotes de trabajo y organización. Primero recibió bajo su mando la XIX División de Infantería de Reserva (1916-1917), y entre 1917 y 1918 se puso al frente de la 199ª División de Infantería, sirviendo en Flandes. Regresó al Estado Mayor en Berlín en diciembre de 1917. Muy a su pesar, Keitel fue obligado por los amotinados a desplegar la bandera roja de la revolución al final de la guerra, cuando él intentaba negociar los detalles de la rendición de su regimiento.
Después de la guerra ingresó en el grupo terrorista de extrema derecha Freikorps, muy activo en la frontera de Polonia durante 1919. Pero pronto aceptó la invitación de Hans von Seeckt de formar parte del ejército de 100.000 hombres que el Tratado de Versalles permitió conservar a la República de Weimar. Con el rango de coronel formó parte del órgano ejecutivo que sustituyó el Gran Estado Mayor del desaparecido Reich. Entre 1929 y 1932 fue instructor de la Escuela de Caballería de Hanover y después sirvió en el VI Regimiento de Artillería. Durante este período, que duró hasta 1933, Keitel pasó largas temporadas en la Unión Soviética, desarrollando tácticas y probando equipamientos en conjunción con el Ejército Rojo.
Cuando el 30 de enero de 1933 el presidente de la República, el mariscal Hindenburg nombró a Adolf Hitler canciller del Reich, Wilhelm von Keitel no se sintió feliz, pero el presidente de la República era a su vez jefe de las fuerzas armadas y el general acató la orden. Un tiempo de incertidumbre se abrió ante él cuando en octubre de 1933 fue promovido a general en jefe; un año después fue nombrado comandante de la futura 22ª División de Infantería, que se estaba constituyendo en secreto en Bremen.
Durante este período, Keitel experimentó directamente la fricción creciente entre el ejército y las SA (secciones de asalto, creadas en el seno del partido nazi como grupos de acción contra la oposición política), formadas ya por más de dos millones de hombres. No hizo objeción alguna al asesinato de los dirigentes de las SA en la famosa noche de los cuchillos largos (30 de junio de 1934). Ya antes de aquella fecha, la opinión de Keitel hacia Hitler se había transformado en una profunda admiración, que mantendría durante todo el resto de su vida.
En 1935 Wilhelm Keitel fue puesto al frente de la Oficina de las Fuerzas Armadas (Wehrmachtsamt), con jurisdicción sobre los tres cuerpos del ejército. La caída posterior de generales como Von Blomberg y Von Fritsch, más leales al ejército que a Hitler, posibilitó a Keitel acceder al círculo privado del führer. En febrero de 1938 Keitel fue nombrado jefe de la recién creada OKW, con el comando unificado de las fuerzas armadas. Desde esa posición consiguió que el führer nombrase comandante en jefe de la armada al general Von Brauchitsch. Sería durante esta época, primavera de 1938, que Keitel hubiese estado realizando los actos por los que luego fue acusado de crímenes de guerra, en especial planear y llevar a cabo una guerra agresiva, ofendiendo la paz y los derechos humanos.
Keitel no planteó ninguna objeción a las campañas contra Polonia, Dinamarca, Noruega y los Países Bajos, y durante la Segunda Guerra Mundial fue, junto con Alfred Jodl y Walther Warlimont, una de las figuras más destacada de la OKW. Un leal seguidor de la política de Hitler, se incluyó entre aquellos que pensaban que era el "mejor general de todos los tiempos" y emitió documentos destinados a las SS y la Gestapo con órdenes para el exterminio de los judíos en Polonia. En 1940 fue promovido a mariscal de campo y recibió de Hitler el encargo de planificar la campaña contra Rusia.
En ella Keitel no usó ninguna restricción y siguió las directivas nazis, ordenando la muerte de los prisioneros comunistas (mayo de 1941), de los trabajadores en huelga y emitiendo órdenes que absolvían a soldados de crímenes de guerra en las campañas contra los eslavos. En julio de 1941 firmó la orden que permitió a Heinrich Himmler implantar sus programas raciales en la Unión Soviética. Keitel jugó un importante papel en la detención del golpe de estado contra Hitler del coronel Von Stauffenberg (20 de julio de 1944), impidiendo que se cumpliesen las órdenes de los conspiradores de Berlín.
Tras el derrumbamiento del III Reich, Keitel huyó a Holstein con su equipo, y allí fue arrestado por los británicos a la espera de ser juzgado en Nuremberg. En el juicio admitió su responsabilidad en los crímenes de que se le acusaba, lo que dificultó la labor de la defensa. Keitel alegó que sólo cumplía órdenes y que nunca tomó decisiones y sólo pidió ser fusilado como correspondería a un militar de su rango; le fue denegado y murió en la horca. Su autobiografía, En Servicio del Reich, fue publicada después de su muerte.
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