Mi estimado Raúl, tendría que haber sabido a esta altura, que nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal y que sin cobardía no hay maledicencia, porque el que puede gritar cara a cara una injuria, el que denuncia a gritos hechos de corrupción, el que acepta los riesgos de sus decires, no es un maldiciente, por lo tanto, mientras continúen ciertos vicios incorregibles en el SINDICATO DEL SEGURO seguiré escribiendo verdades que son denuncias y no “barbaridades”, “calumnias” o mentiras como usted muy mal señala entre algunos de sus fetiches, porque de mí aún se espera y espero. Porque mi fiebre sigue siendo alta y mi ideal permanece intacto, ni hablar de mi dignidad.
Yo no me olvido de que fue una intervención ilegal a la Seccional Santa Fe Sur, más que seguro por estar Ud. mal asesorado o por el dolor de no asimilar una primera derrota electoral. Aquí en el 2004 la lista CELESTE Y BLANCA, que yo conducía, ganó legalmente las elecciones y en vez de proclamar a los legítimos ganadores usted decidió la intervención. Ese atropello, esa grosera estafa, mas el delito electoral perpetrado y comprobado penalmente, todavía no se digirió compañero Raúl Martínez.
No se digirió el daño que usted nos hizo en Rosario y sin odios ni rencores a esta altura de nuestras vidas solo le pedimos a DIOS QUE HAGA JUSTICIA. Y sepa Raúl que nunca tuvimos miedo a cualquier represalia, no la tuve yo solo frente a toda su carroña en la 9 de Julio en un acto de la CGT, menos la tengo cuando recurren a la justicia por mis decires que son verdades de la realidad.
Sigo atentamente a los medios, y leo de que usted y sus idiotas útiles, gracias a Dios, están a punto de rendir cuentas en la justicia por otra gran estafa, esta vez millonaria en pesos.
Señor Martínez, desde hace algunos años en el Sindicato del Seguro de la República Argentina vienen ocurriendo un sin fin de arbitrariedades, atropellos y lamentables hechos de corrupción, sin que nadie lo frenara, sin que usted lo desconociera. El caos institucional reciente expone a las claras que estamos cercados por un tiempo que no da más lugar para desentendernos de las consignas referidas.
Gracias a Dios y a valientes dirigentes funcionarios dentro de esa estructura sindical, que se resistieron notablemente y no solo a la política errática que usted llevaba adelante Señor Martínez, además, lo denunciaron penalmente por corrupción en los tribunales federales de Comodoro Py.
En todo su tiempo, existió la mediocracia sistematizada de un Gremio, donde varios de sus funcionarios (que nada hicieron bien y a nada renunciaron), hacían alardes de soberbia ocultando así la servilidad subordinada a los gustos de Usted Señor Martínez, pensando y sintiendo como usted lo ordenaba, no aboliendo su personalidad, pero poco les faltaba, transformándose en los fetiches de siempre o también llamados "cobardes felices", la que lleva a la creación de idiotas útiles como los que hoy usted ordena amenazarnos.
Y hablo por experiencia adquirida; Jorge Alberto Sola, con la complicidad de Alfredo Piccolella y Gustavo Faletti son un claro ejemplo de esa mediocracia. Como buen alumno servil realizó la tarea encomendada, traicionar la seccional que lo vio parir. Jamás me sorprendió lo que se tramaba dentro de ese siniestro sistema, que sabe cómo hacer trepar personajes mediocres, cubriéndolos de poder para encargarles la tarea de anular el crecimiento político de dirigentes de su terruño. Yo no me olvido de lo que hicieron con el fallecido López Guerrero, Eschoyez y el compañero Abelardo Azziani, todos caídos en desgracia por acceder a la conducta ambiciosa y soberbia de un accionar al que no le brindé la oportunidad de ser yo también un "pascualito" más de espurios intereses.
Denuncié más de una vez al señor Alfredo Piccolella como interventor a cargo de la obra social de Rosario, por incumplimiento, mala gestión y ante los altos costos que demandaba económicamente su estadía. Un Secretario General de Mendoza que jamás le conocí relación de dependencia en alguna empresa de seguros. Un Interventor que supo agradecer con creces a una mujer fiel y generosa durante su estadía en Rosario poniéndola a cargo de la Obra Social.
Denuncié más de una vez al señor Gustavo Faletti, "Secretario Gremial" de la ciudad de Córdoba, cuando él nos decía que estaba en Rosario para hacer política y a apoyar logísticamente al compañero Jorge Sola. Le mande más de una vez cartas a usted Señor Raúl Martínez preguntándole con qué finalidad venía Faletti a nuestra ciudad? Quién autorizaba sus gastos desmedidos aquí en nuestra seccional? Costos que salían de las arcas del empobrecido trabajador de seguros.
Además era otro “seudo-dirigente” que tampoco se le conoció relación de dependencia por más de 30 años. ¿A quienes representaban y quienes respondían por estos siniestros personajes? Gustavo Faletti fracasó rotundamente en el hotel de La Falda por ser una persona impresentable, caracterizada por su falta de higiene y por las reiteradas quejas de los afiliados por su adicción al alcohol. Señor Raúl Martínez: USTED NO LO ECHO DEL HOTEL POR ELLO...???Ni hablar de la imagen negativa por sus vicios incontrolables que nos dejó en Rosario.
"El hombre excelente se reconoce porque es capaz de renunciar a toda prebenda que tenga por precio una partícula de su dignidad".
Para individuos como los que acabo de nombrar, inclusive Usted Martínez, la dignidad tan solo es una cosa, para mí, MI EXISTENCIA.
USTED Y ALGUNOS DE SUS LADEROS DE LA CONDUCCIÓN NACIONAL SON CORRUPTOS Y LA VAN A PAGAR EN LA JUSTICIA. UNA JUSTICIA LENTA PERO JUSTICIA AL FIN. Se acuerda:
“Cuando la ambición y la soberbia superan a la inteligencia, a la corta o a la larga conducen al fracaso”.
