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Winston Churchill


Winston Churchill: Un político determinado

Casi un siglo de vida le sirvió a Winston Churchill para diseminar sus ideales a lo largo del territorio británico, e incluso influenciar a los políticos y filósofos contemporáneos a su existencia. Sin embargo, su personalidad inquieta y autosuficiente hubiera seguramente necesitado de un siglo más para lograr todos los cometidos que se propuso en su vida.


Considerado por los expertos e historiadores como uno de los estadistas más destacados del siglo pasado, Winston Churchill logró introducir a la política el concepto de estrategia planificada en base a los sucesos que podían acontecer, anticipándose de esta manera a los hechos que tendrían lugar en el futuro, gracias a los datos que le brindaban sus largas y profundas investigaciones y estadísticas.


Con un talento innato para diversas disciplinas, Churchill no sólo se desenvolvió como prolífico político, militar y primer ministro de Inglaterra, sino que también tuvo tiempo para satisfacer una de sus máximas vocaciones: las letras.

De esta forma, Churchill desarrolló a lo largo de su vida una carrera paralela a la política, centrada en la creación literaria y periodística. Su talento indudable le valió la obtención del Premio Nobel de Literatura en el año 1953, gracias a sus destacadas obras históricas, sus artículos periodísticos y

Winston Leonard Spencer Churchill, nombre completo con que fue bautizado luego de su nacimiento ocurrido el 30 de noviembre de 1874 en el Palacio de Blenheim, Oxfordshire, tuvo desde su cuna la fortuna de nacer en el seno de una familia acomodada e influyente. Tengamos en cuenta que su abuelo fue el séptimo duque de Marlborough, siendo su padre Lord Randolph Churchill, y su madre una bella joven norteamericana llamada Jennie Jerome. brillantes discursos. El nombramiento del galardón aseveraba al respecto: "Por su dominio de la descripción histórica y biográfica, así como su brillante oratoria en defensa de los valores humanos".


De acuerdo a sus propios relatos, el pequeño Winston disfrutó de una infancia verdaderamente feliz, en la cual nunca faltó el cariño de sus padres, además de acceder a una educación estricta que le brindaría las herramientas necesarias para convertirse en un ciudadano inteligente y capaz.


Sin embargo todo cambió radicalmente, cuando Winston fue internado en uno de los más costosos colegios de Ascot, ya que la distancia con su madre lo afectó profundamente, y en consecuencia se convirtió en el niño más castigado, rebelde y con las peores notas de la institución.


Las dificultades en su educación llevaron a los padres de Winston a trasladar al niño a la prestigiosa y tradicional escuela de Harrow, donde el pequeño integró el grupo de los alumnos más retrasados debido a su rebeldía y su falta de interés, más allá de demostrar una inteligencia notable.


Aquella personalidad avasallante y trasgresora se aplacó cuando el joven Winston logró ingresar a la Academia Militar de Sandhurst, y más aún al incorporarse en el regimiento de caballería Cuarto de Húsares, uno de los más importantes y prestigiosos del ejército.


La puesta en práctica de todo lo que había aprendido acerca del arte de la guerra, durante su participación en batallas sucedidas en Cuba, la India y el Sudán, le permitieron lograr un cambio verdaderamente significativo en su modo de ser, y por sobre todo le ofreció las herramientas necesarias para madurar.


A pesar de que su espíritu indomable, su testarudez y otros aspectos fuertes de su personalidad habían comenzado a convivir con nuevas facetas de tolerancia, paciencia y resolución, lo cierto es que decidió abandonar la vida militar, hastiado de todo aquello que había comenzado a abrumarlo.


Fue precisamente en el año 1898 que Winston Churchill decidió afiliarse al Partido Conservador, y cosechar a partir de ese momento una carrera política que lo convertiría en uno de los hombres más importantes de la historia de la Gran Isla.


Sólo un años después de convertirse en militante del Partido Conservador, su inteligencia, talento, carisma y carácter le permitieron presentarse como candidato a las elecciones que se sucedieron en 1899.


Pero la política le respondió con una de sus primeras desilusiones, ya que no logró obtener el cargo de diputado. Sin embargo, su espíritu incansable e inquieto lo llevó a Africa del Sur, donde Winston se desenvolvió como corresponsal para el Morning Post, produciendo destacados artículos que ilustraban lo que se encontraba sucediendo durante la Guerra de los Bóers.

Su misión periodística lo condujo hacia el encarcelamiento, siendo tomado prisionero en Pretoria, de donde escaparía rápidamente para regresar a Londres, donde los ciudadanos lo esperaban admirados de su valentía y honor, elevando a este joven a la categoría de verdadero héroe nacional.


Gracias a ello, el nombre de Winston Churchill logró estar en boca de todo el pueblo inglés, como así también ser el centro de las miradas de los medios de comunicación más prestigiosos de la época, lo que le sirvió para regresar a la política y triunfar en su cometido.

Como político su fama creció enormemente, sobre todo porque en dicho ámbito desarrolló un verdadero arte de la oratoria, siendo sus discursos la expresión directa y sincera de sus estrategias e ideales, por lo que comenzó a cultivar no sólo gran cantidad de seguidores de su doctrina, sino sobre todo importantes enemigos en el Parlamento, ya que Churchill además siempre se mostró reacio al sometimiento por responder a disciplinas partidarias.


Esta honestidad lo obligó a Winston a cambiar de afiliación partidaria reiteradas veces, pero al mismo tiempo fue el primer eslabón de un importante cambio en la política nacional, creando controversias que instaban al cambio inmediato de las estrategias políticas.


Su constante lucha en el campo político lo llevaron a alcanzar el cargo de Primer Ministro del Reino Unido el 10 de mayo de 1940, concluyendo su mandato el 27 de julio de 1945, y siendo uno de los principales protagonistas de la Segunda Guerra Mundial.

A lo largo de su carrera política, Winston Churchill trasladó el sentimiento nacionalista y patriótico a todo el pueblo británico, y ejerció una influencia incomparable entre los habitantes de su nación, a través de sus estudiados discursos.


Por otra parte, Churchill fue el creador del Ministerio de Defensa de su país, y el origen de la instauración de un gobierno de concentración nacional, en el cual incluso colaboraron sus adversarios políticos más profundos.

Su experiencia, conocimiento y su inquietud permanente llevaron a Winston Churchill a predecir algunos de los acontecimientos que tendrían lugar durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que fue considerado un verdadero visionario. Para encontrar más información al respecto, te recomendamos la lectura del artículo titulado "Winston Churchill y su participación en la Segunda Guerra Mundial".


Cuando Churchill comenzó a padecer una enfermedad cardíaca que se extendería por años y que finalmente terminara con su vida el 24 de enero de 1965, fue nombrado por el presidente norteamericano John F. Kennedy con el título honorífico de Primer Ciudadano Honorario de los Estados Unidos, precisamente en el año 1963.

Y el reconocimiento hacia su figura continuó presente hasta la actualidad, donde la influencian de este gran pensador y político sigue aún latente dentro de los estandartes mundiales, ya que Winston Churchill logró cambiar la historia más allá de los límites de su nación.

Fuente Consultada: Graciela Marker

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