Eduardo Leandro Toniolli, hijo del militante montonero desaparecido durante la última dictadura Eduardo José Toniolli, dijo que “pensarse como testigo es pensar que efectivamente somos testigos de una ausencia, de un delito que se sigue sosteniendo en el tiempo, como es la desaparición forzada”.
Junto a Fernando Dusex, Pablo Del Rosso, Ignacio Laluf, Sabrina Gullino y su hermano Sebastián Álvarez, Toniolli forma parte del grupo de seis hijos de desaparecidos que en el juicio oral por la segunda parte de la causa “Guerrieri” será testigo en el debate, además de querellante.
“La primera reflexión que nos vino a la cabeza es que un testigo es alguien que estuvo presente en el momento de los hechos o que puede dar cuenta en términos materiales de los hechos”, dijo el actual diputado provincial santafesino del Movimiento Evita.
En ese sentido, agregó que de todos modos “es muy fácil entender que esto no es así” a pesar de que “en mi caso yo nunca conocí a mi viejo, que fue detenido un mes antes de que nazca”.
Para Toniolli, cuyo padre pasó por el centro clandestino “Quinta de Funes” y por “La Perla” de la provincia de Córdoba, los hijos de desaparecidos son “testigos de un proceso histórico-político en la Argentina que se inició en ese momento, quizá un poco antes, pero que encuentra carnadura histórica en lo que sucede en la última dictadura”.
“Somos testigos de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final del gobierno de Raíl Alfonsín, somos testigos también de los decretos de indulto del gobierno de Carlos Menem, somos testigos de las luchas de las Madres Plaza de Mayo, de todos los organismos, y nacimos muchos de nosotros a la militancia política en esa lucha”, abundó.
Recordó que “cuando se abrió esta posibilidad después de 2003 (de reiniciar los juicios) hubo algunos sectores del poder que empezaron a señalar que para qué, que por qué íbamos a avanzar en ese camino y que íbamos a abrir heridas de la sociedad”.
“Fuimos testigos también de ese discurso, que no era para salvar a los acusados, que son represores jubilados, sino para salvar el pellejo de esos factores de poder que saben muy bien que cuando se empieza a tirar del ovillo, se hace evidente por qué algunas relaciones de poder se construyeron a partir de crímenes del Estado”, dijo Toniolli.
En esa línea mencionó como “el caso más evidente” el de Papel Prensa y el actual debate sobre “la construcción del Poder Judicial”.
“Sin discutir el rol de los represores, de los responsables materiales, mal podríamos haber empezado a discutir el rol de los que se beneficiaron económica, cultural y políticamente de esos crímenes del Estado. Somos testigos de todo eso, por eso cuando nos propusieron no ser solamente querellantes sino utilizar la palabra en esos juicios, no dudamos”, concluyó.
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