Entre las masacres por asuntos religiosos entre católicos y protestantes franceses, la más recordadas se encuentra “La noche de San Bartolomé” (el 24 de agosto de 1572) en París cuando una gran cantidad de hugonotes fueron asesinados por los bandos católicos. Las rebeliones se extendieron por varias ciudades francesas, muriendo más de diez mil personas en todo el país en sólo una noche.
Esa noche toda la nobleza protestante se reunió en París en 1572 para asistir al matrimonio que tuvo lugar el 18 de agosto. Los festejos duraron varios días. El 22 de agosto Gaspar Coligni es objeto de un atentado. Los protestantes, furiosos, amenazaron con vengarse implacablemente si no se hacía justicia de inmediato. En un consejo privado, el joven rey Carlos IX, su madre Catalina de Médicis y varios príncipes decidieron eliminar a Coligny. A fin de evitar represalias, también ordenaron el asesinato de todos los protestantes que se hallaban en París a excepción de Enrique de Navarra (el nuevo yerno de Catalina salvará la vida al convertirse repentinamente al catolicismo) y el príncipe Condé.
Para hacer frente a los protestantes que tratarían de defenderse se llama a las milicias parisienses para que los burgueses católicos intervengan junto con los soldados. Esta decisión provoca la masacre que comenzará al alba.
Era el domingo 24 de agosto de 1572. Un toque de campana dio la señal hacia las cuatro de la mañana. Un grupo de mercenarios suizos se encargó de matar, mientras dormían, a muchos de los invitados protestantes alojados en el Louvre. El duque Enrique I de Guisa se dirigió con un grupo de hombres armados hasta la casa de Coligny, lo mató con una pica y arrojó el cuerpo por la ventana.
Los soldados y las turbas se lanzaron a las casas donde vivían los protestantes y los mataron. Mujeres y niños fueron arrastrados a las calles, pasados por la espada y sus cuerpos arrojados al Sena. Los arreglos de cuentas se enmarcaron tras los motivos religiosos; los acreedores fueron de pronto acusados de ser hugonotes: los católicos parisienses detestaban a los hugonotes. La masacre continué varios días a pesar de que el rey intentó detenerla. A lo largo del mes de septiembre las matanzas se sucedieron en las principales ciudades de Francia.
Se calcula que en París hubo unas 3.000 víctimas, mientras que algunos autores estiman que el número total de asesinados en toda Francia llegó a los 70.000.
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