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Foto del escritorMuseo Negro

México, enero de 1915 (más de 600 muertos)


En 1915, un tren descarriló con cientos de personas. Se estima que murió al menos un tercio de los viajantes. La Cruz Roja brindó atención en la tragedia.


Un siglo de la peor tragedia ferroviaria en Jalisco. El 22 de enero de 1915, el descarrilamiento de un tren dejó al menos 600 muertos; el ferrocarril cargaba soldaderas y parques de armas revolucionarias que serían entregadas a Francisco Villa.


GUADALAJARA, 22 de enero.— Hoy se cumplen cien años de una de las mayores tragedias ferroviarias ocurridas en el mundo: la de  Sayula, Jalisco, que dejó 600 muertos.

Aquel 22 de enero de 1915, en plena época revolucionaria, el tren (con 20 vagones cargados de soldaderas y parques de armas revolucionarias) circulaba en la llamada Cuesta de Sayula, según versiones de la época, en la peligrosa pendiente (localizada entre Ciudad Guzmán y Sayula) el conductor perdió el control de la maquinaria y cayó al barranco. Se dice que sobrevivió menos de un tercio de los viajantes.


Aunque también corre la versión de que el descarrilamiento fue provocado:

“Las verdaderas causas del accidente no se tienen, aunque hay bases suficientes de que fue un descarrilamiento provocado. No sabemos muchas cosas (de lo sucedido entonces), el tren iba cargado con parques y armas. Al parecer, la intención era evitar que le llegara a los villistas. Se dice que los encargados de provocarlo (el accidente) fue un batallón de caballería que estaba apostado cerca de Sayula.


“Al descarrilarse, la propia inercia provocada por la pendiente ocasionó un descalabro enorme. 1915 es un año muy agitado en Jalisco, sobre todo en esa región, pero es muy probable que haya sido una acción de gobierno; porque como dice la consigna popular: cuando no se sabe quién cometió algún delito échale la culpa al gobierno y es probable que le atines. Es que es quien tiene la capacidad para hacer algo con el suficiente sigilo como para que no se sepa qué pasó”, sostiene el historiador jalisciense y catedrático de la Universidad de Guadalajara, José María Muriá Rouret.


Esta tragedia fue el segundo acontecimiento atendido por la Cruz Roja de Guadalajara, joven institución benefactora.


Ese fue un evento muy importante para la Cruz Roja que acaba de iniciar. En 1911, había ocurrido un sismo muy fuerte y el pintor Roberto Montenegro, junto con Ixca Farías y el doctor Fernando Banda Iturrios, acudieron a asistir a los heridos en Ciudad Guzmán, posteriormente la actividad de la Cruz Roja fue esporádica, pero cuando fue el descarrilamiento del tren el doctor Fernando Banda, en cuanto supo del accidente, organizó una brigada y acudió junto con varios amigos médicos al auxilio de los sobrevivientes.


“Ese fue el segundo desastre al que le tocó acudir. Ahí hubo más muertos y heridos que inclusive en el mismo sismo de Ciudad Guzmán. En su diario (comenzó a escribirlo en 1888) el doctor Banda menciona la acción que tuvo junto con la gente de la Cruz Roja, él menciona que salió en un tren especial con rumbo a la cuesta de Sayula y al llegar se encontró con una gran cantidad de personas fallecidas. Incluso menciona que los cadáveres fueron apilados, rociados con chapopote e incinerados por la gran cantidad de muertos que había.

“Él comenzó a organizar al grupo de médicos que lo acompañaban e implementar acciones para rescatar a los sobrevivientes de ese trenazo y posteriormente fueron trasladados en tren a Guadalajara y en vehículos particulares fueron llevados al Hospital Civil de Guadalajara”, agregó el doctor Abraham Villaseñor, e investigador de la historia del doctor Fernando Banda.

El trenazo era el peor accidente conocido hasta ese tiempo, la historia era comentada por doquier.


“Un trenazo muy publicitado. Ha sido uno de los accidentes más grandes en México, fue el más importante de aquel tiempo a escala mundial por la gran cantidad de personas fallecidas.


“Fue un parteaguas, todo el movimiento que hicieron (los médicos de la Cruz Roja) sí favoreció, se posicionó como una institución de asistencia en casos de desastre.


“En 1915, la Cruz Roja se consolidó, ya lo estaba a escala nacional, porque le había tocado participar en la Revolución Mexicana y ya había asistido a heridos en el sismo de Ciudad Guzmán y también en la Ciudad de México”, añadió Villaseñor, quien es además médico responsable del programa de atención a Migrantes.


Algunos detalles más del accidente pueden encontrarse en el libro La Provincia de Ávalos, escrito por el cronista sayulense Federico Munguía Cárdenas. Ahí menciona que algunos de los sobrevivientes “se quedaron ahí, en Ciudad Guzmán y Sayula, fueron adoptados por algunas familias de la época”.


Época del ferrocarril

Días después al trenazo se registró otro evento en Sayula, que podría tomarse quizás como una venganza. En febrero de 1915 “se enfrentaron villistas contra carrancistas. Francisco Villa, incluso, llegó a Sayula, ahí desayunó, y a través de una torre, en el templo, con catalejos observaba cómo caminaba la batalla, fue de las más cruentas que se tuvieron. Al punto que Manuel M. Dieguez, que representaba en ese momento al gobierno carrancista tiene el enfrentamiento con Pancho Villa.


La división del Norte termina presuntamente venciendo y se le atribuye una frase a Villa: “Mire muchachito, otra victoria como esta y desaparece la División del Norte”. Fue una victoria pírrica, pues.


Los números no son muy precisos, unos ostentan que eran de siete mil a nueve mil soldados de cada bando, lo que sí, es que se tuvo que enrolar a gente de la región, como campesinos, para que pudieran enterrar tantos cadáveres que esa batalla había dado por resultado”, subrayó el director de Investigaciones y Publicaciones de la Secretaría de Cultura de Jalisco, Samuel Gómez.


La época revolucionaria y especialmente del ferrocarril dejaron tradiciones muy fuertes en Guadalajara, incluso en cuestiones gastronómicas.

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