A finales de 1944, gran parte de la Francia ocupada había sido liberada, y los aliados estaban convencidos de que la guerra llegaba a su término. A finales de diciembre de 1944, el general Montgomery comentó: «Alemania está en la actualidad luchando a la defensiva en todos los frentes. Su situación es tal que ya no está en condiciones de lanzar operaciones ofensivas de gran envergadura».
No había dudas, porque Alemania estaba en agonía total, y el Tercer Reich que duraría mil años, parecía tener un triste fin a corto plazo. Los aliados avanzaban hacia Berlín para dar el golpe final, pero Hitler tenía aun un "as" en su manga, pues tenía en mente desde tiempo atrás un plan para jugar esta última carta, creando un feroz contraataque en la zona de las Ardenas en Francia, al mando del general Rundstedt.
Hitler sabia que si llegaba a conquistar Amberes y llegar al mar, los aliados quedarían atrapados entre los países bajos y no tendrían escape, y para ello estudió un No había dudas, porque Alemania estaba en agonía total, y el Tercer Reich que duraría mil años, parecía tener un triste fin a corto plazo. Los aliados avanzaban hacia Berlín para dar el golpe final, pero Hitler tenía aun un "as" en su manga, pues tenía en mente desde tiempo atrás un plan para jugar esta última carta, creando un feroz contraataque en la zona de las Ardenas en Francia, al mando del general Rundstedt.
Tremendo ataque con 250.000 hombres,11 divisiones blindadas, 2000 tanques y 3000 aviones, era su última oportunidad, sabía del poder alemán y recordaba sus éxitos iniciales.
Al amanecer del día 16 de diciembre, 22 divisiones alemanas —acorazadas y de infantería— se lanzaron contra las débiles líneas aliadas en el frente de las Ardenas, con el fin de ocupar Amberes y dividir en dos al ejército aliado. Los aliados fueron sorprendidos por el repentino ataque, las seis divisiones norteamericanas que defendían la zona se replegaron en todos los puntos.
Mientras Eisenhower enviaba refuerzos para defender al menos los flancos de la brecha, la 101 división aerotransportada logró conservar el importante nudo viario de Bastogne. A finales de diciembre, los aliados detuvieron a los alemanes al este del Mosa. El 8 de enero, Hitler comprendió que sus audaces planes habían fallado y ordenó la retirada de los panzers.
La batalla de las Ardenas no fue sólo la más larga en el frente occidental, pues duró desde mediados de diciembre de 1944 hasta enero de 1945. Fue la última gran apuesta de Hitler. Los aliados vencieron porque poseían mejor armamento, sobre todo tanques. La clave estuvo en la movilidad. En sólo cuatro días, los americanos pudieron multiplicar por dos sus efectivos de infantería en las Ardenas, y triplicar sus blindados. Aunque fue la mayor victoria de Estados Unidos en Europa durante la guerra, las bajas fueron muy elevadas por ambos bandos. En total murieron 20.000 hombres y 160.000 resultaron heridos o fueron hechos prisioneros.
La derrota fue un duro golpe para los alemanes. La moral de las tropas quedó bajo mínimos. Los alemanes tuvieron que utilizar fuerzas de reserva que pensaban emplear contra los soviéticos, y eso facilitó a la URSS consolidar su victoria en el frente oriental. Un general alemán escribió en su diario, el 16 de enero de 1945: «Hace cuatro semanas empezó nuestro ataque. ¡Qué rápidamente ha cambiado todo! Ahora no parece quedar ya espera
Comentarios