En la noche fría y lluviosa del 2 al 3 de marzo de 1944, en la población de Balvano (Potenza, Italia), hubo una catástrofe ferroviaria: 526 fallecidos entre los pasajeros civiles.
LA HISTORIA
Con la liberación del sur de Italia por parte de los Aliados, que avanzaban penosamente por la "bota" italiana hacia Roma, la población civil se encontraba inmersa en desplazamientos a causa del hambre y de los horrores de la guerra, ya que se carecía incluso de lo más elemental para subsistir, buscaban también una vida mejor.
La mayoría utilizaban los pocos trenes que circulaban (ya que casi todos eran militares, los cuales transportaban tropas y pertrechos), subiéndose en ellos, la mayoría de los casos sin billete (el dinero era escaso) sobrepasando su capacidad, con lo cual, casi nunca se sabía el número exacto de pasajeros.
La policía militar solía hacer revisiones y controles, con la consiguiente descargas de polizones. Había un punto en el que se sabía que especialmente se realizaban estos controles: era el cruce de Battipaglia. Pero había otros muchos puntos de subidas clandestinas, y cada vez que el tren paraba y aminoraba la marcha, se subían. Esto se hacía con el beneplácito de los maquinistas, unas veces eran sobornados, y otras, por las penurias de la población, no les importaba. Incluso se veía a personas en la parte delantera de las locomotoras subidas.
Los pasajeros utilizaban los trenes que circulaban a primera hora de la noche y de madrugada, los llamabanlos expresos del mercado negro, para comprar alimentos y bienes en los pueblos y zonas rurales, para uso propio o venderlo en el mercado negro, los cambiaban por las materias primas que traían los militares estadounidenses (café y cigarrillos), con el fin de regresar a primera hora de la mañana a las ciudades. Era una forma de salir de la hambruna y miseria que había traído la guerra.
El tren núm. 8017 era uno de esos trenes. Normalmente atestado de gente, incluso algunas veces superaba a los 700 pasajeros.
Éste iba con un total de 47 vagones y una locomotora de vapor FS 476 058, de fabricación austríaca, un maquinista y su ayudante fogonero (para la travesía de los túneles, se le agregaba otra), aunque solamente 20 estaban cargados con maderas para la reconstrucción de los puentes destruidos por la guerra, y los demás abiertos de carga o simples plataformas, arrastraba unas 520 toneladas. Se calcula que subieron a él unos 650 pasajeros no programados, entre Éboli, Perrammo y Romagnano antes de llegar a Balvano.
Partió de la ciudad de Salerno a las 18.00 horas, con la carga autorizada, y posteriormente, cargar más mercancía durante su recorrido, cruzando los Montes Apeninos.
La tragedia ocurrió el día indicado más arriba, cuando detuvo su marcha sobre las 23:40 horas en un túnel, de 1.968 metros, empinado, sinuoso en forma de L, cuando se encontraba cerca del pequeño pueblo de Balvano, que está entre dos túneles que atraviesan los Apeninos.
Pero el tren jamás llegó: intranquilo por el hecho de que un trayecto que no podía requerir mas de veinte minutos, estaba tardando mas de dos horas y cuarto, y temiendo lo peor, el jefe de estación de Balvano envió al guardafrenos Giuseppe de Venuto para averiguar cual era el problema. A las 05.40 h. regresó a la estación llorando desconsolado, afirmando que¡todos están muertos!.
Hay informes contradictorios de por qué se paró:
Uno de ellos dice que delante del tren 8017, se encontraba otro averiado. El maquinista tuvo que parar, hasta recibir la orden de la estación, continuando la marcha a las 00.15 del 3 de marzo, de la orden del jefe de estación de continuar hasta la siguiente estación, a tan sólo 8 kilómetros.
Otro informe dice que el tren, al estar sobrecargado, no pudo reanudar la marcha, se encontró con una locomotora averiada, perdió tracción, y a pesar del intento de retroceder, ya que el túnel era empinado, después de echar arena sobre los raíles, no pudo salir en su totalidad del túnel, dejando sólo tres vagones fuera de éste.
Otra teoría dice que se encontraron otro tren en sentido opuesto, algo poco factible, ya que desde la estación se había dado la orden de continuar la marcha, y de haber un tren en sentido contrario, los maquinistas lo hubieran visto.
Lo que sí es cierto, es que el tren 8017 estuvo una media hora en el interior del túnel, con la locomotora funcionando, pero quemando un carbón de mala calidad, que contenía mucho azufre y cenizas (entregado por los Aliados a los ferrocarriles italianos, prohibido en EE. UU. y Reino Unido, y prácticamente en Europa Occidental, y que continuaron haciéndolo después de la tragedia), ya que debido a las restricciones de la guerra, era difícil conseguir uno mejor.
Este carbón producía en la combustión un exceso de monóxido de carbono sin olor, pero venenoso, lo cual provocaba una "muerte dulce", debido a que las víctimas que lo respiran se sumergen en un sueño placentero mientras que la falta de oxígeno por el exceso de monóxido los asfixia. Sin saberlo, los pasajeros de tren, la mayoría durmiendo, inhalaron el gas hasta morir en un ambiente tóxico. Los maquinistas fueron los primeros.
A pesar de la desgracia, que se cobró la vida de más de 520 personas (entre 521 y 527, aunque también se habla de unos 600), hubo casi un centenar de supervivientes, estos son algunos:
Domenico Miele al sentirse mal y prácticamente, asfixiado, logró bajar del tren y salir del túnel. Cuando se recuperó tras respirar el aire fresco, se dio cuenta que su cabello estaba todo canoso.
Luigi Cozzolino se percató que su hijo de 12 años había muerto, debido a la inhalación del gas venenoso y con mucho esfuerzo llegó a la salida del túnel.
Francesco Imperato sobrevivió gracias a que logró arrastrarse hacía la luz del túnel, sin embargo, uno de sus familiares pereció asfixiado.
Roberto Masullo, el jefe de Giuseppe de Venuto, quién alertó de la tragedia a la estación de Balvano.
La mayoría, de los vagones que quedaron al aire libre.
Los integrantes de la Cruz Roja que llegaron los primeros, se dieron cuenta de la magnitud de la tragedia cuando empezaron a mover las pilas de cadáveres del tren, todos con la cara placentera y unas gotas de sangre en la nariz.
De los mas de 520 fallecidos tan solo 235 pudieron ser identificados, el resto fueron sepultados en dos fosas comunes cerca de la estación, con lo cual, muchas familias sin quedaron sin notificación del fallecido. la mayoría eran vecinos de la localidad de Nápoles.
El tren fue remolcado al día siguiente, la línea quedó abierta sobre las 08.40 horas.
Debido que el país todavía estaba en guerra, el Gobierno ocultó esta catástrofe, no se abrió ninguna investigación oficial, y sólo se hizo una pequeña mención en un periódico local, pasada una semana. No se dieron la cifra oficial de muertos ni la causa de la tragedia.
Los ferrocarriles italianos declinaron toda responsabilidad, debido sobre al complejo equilibrio de poderes entre las autoridades italianas y el Comando de EE.UU.
El Gobierno italiano cerró el asunto con indemnizaciones como víctimas de guerra.
Sin embargo, y a pesar de su poca repercusión mediática, fue uno de los peores accidentes ferroviarios de Italia y del mundo.
En 1951, el accidente fue revelado a toda la nación y el mundo, pero la falta de detalles y el “enfriamiento” del caso debido a la censura, provocaron que muchos de los detalles se perdieran e incluso a día de hoy no se conozcan exactamente los motivos por los que se provocó la tragedia.
Posteriormente, después de la guerra, una Comisión parlamentaria, concluyó:
Una combinación de causas materiales, tales como la densa niebla, neblina atmosférica, completa falta de viento, que no mantienen la ventilación natural del túnel, rieles mojados, etc., por desgracia, han sido las causas que han producido todo a la vez y en rápida sucesión. El tren se detuvo debido al hecho de que se deslizaba sobre los rieles y el personal de las máquinas había sido envenenados por el gas, antes de que pudiera tomar medidas para conducir el tren para que saliera del túnel.
Debido a la presencia de ácido carbónico, extraordinariamente venenoso, se produjo el envenenamiento de las víctimas. La acción de este gas fue rápida, que produjo que sucediera la tragedia antes de cualquier auxilio desde el exterior, que podría haber sido llevado.
Pero, a pesar de todos los intentos de explicación, que no saben a ciencia cierta cómo realmente ocurrieron los hechos: los maquinistas que murieron? El guardafrenos? O que les dio la orden equivocada? O esto fue mal interpretado? O sucedió algo que nadie ha sugerido? Nadie puede dar respuestas fiables y que el desastre sigue siendo un misterio.
EPÍLOGO
Hoy día aún son muchos quienes comentan que las noches frías de marzo, se puede ver el tren fantasma (la tragedia de la 8017), por su antiguo recorrido con las caras de los que allí perecieron víctimas de gas venenoso, no deja de ser una leyenda el hablar de trenes fantasmas pero los que por allí viven juran haber visto una luz lejana perteneciente a la 8017 en su mortal viaje entre Balvano y Bella-Muro.
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