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Ghetto de Varsovia: Historia de una sobreviviente


Cumplió 100 años y no le alcanzan. Lena Faigenblat mira el mundo con avidez, tal vez con cierto enojo también, porque sus ojos no responden como antes. “He perdido a mi gran amigo llamado libro. No puedo leer y eso me enoja mucho”, dice esta polaca coqueta que convoca una vez por semana a la manicura para arreglarse las uñas.

Pero estos 100 años cumplidos el pasado 7 de mayo dejaron heridas que no cierran. Lena es sobreviviente del Ghetto de Varsovia: se salvó de milagro. “Logré escapar cinco días antes del estallido del histórico levantamiento. Un salvoconducto me llevó a Praga, donde viví 17 meses oculta en un departamento”, revive. La noche anterior, su marido le habló con la seriedad que merecía el momento. “Me dijo: ‘escuchame. Esta es la única vez que te ruego que te comportes como una esposa obediente’. Ahí me explicó cómo sería mi salida de Varsovia. Recuerdo que hice todo como Adek me lo pidió”.


Pero antes fue obligada a realizar trabajos humillantes en un sótano donde la luz brillaba por su ausencia. En el “baile”, como ella lo llama, perdió 43 familiares y una holgada situación económica fruto del trabajo de sus padres en su fábrica siderúrgica. Tenía 27 años, una carrera universitaria en Humanidades (“yo quería ser médica pero ni las mujeres ni los judíos podían estudiar en esa facultad), estaba recién casada con Adek, un ingeniero partisano -así se llamaba a los polacos que peleaban contra los alemanes- del que no supo nada durante dos años.


“Nos pensábamos muertos hasta que la vida nos volvió a reencontrar. Pero quedamos solos y arruinados, sin nada”, evoca sentada en el sillón de su habitación del Centro Hirsh para adultos mayores, en San Miguel, donde vive desde hace dos años. Con las manos vacías y las almas sin esperanza, Lena y Adek tomaron una difícil decisión, sobre todo para una mujer en esa época. “Cuando terminó la guerra decidimos no traer hijos a un mundo que había quedado en ruinas, sentimos que no teníamos derecho”, se lamenta y prosigue: “No fue fácil, todavía sigue siendo difícil para mí porque ahora me gustaría estar rodeada de una banda de chiquitos, de nietos y bisnietos”.


Para llegar a la Argentina en 1947, desde Polonia tuvieron que entrar por Paraguay. “Con Europa devastada, este país era para muchos la tierra prometida. A su marido lo esperaba un trabajo como ingeniero y a Lena el estudio simultáneo de idish y castellano, además de la invitación para dirigir la Asociación Pro Cultura Judía. Era un trabajo respetado y bien remunerado”, aclara. Pero en 1969 Adek la dejó para siempre. Sin su compañero de ruta, le costó hallar nuevo sentido a su vida. “Hasta que empecé a trabajar como voluntaria en S.O.S, una entidad cuyo propósito es ayudar, aliviar, escuchar a la persona que sufre soledad, angustia, miedo, que atraviesa crisis y no ve la salida. Estuve allí 24 años”. Hoy, con 100 años, Lena se despierta con la alegría de vivir un día más.

por Mónica Soraci Fuente: Diario Clarín 14/8/2010


Informacion Adicional:

Qué fue el ghetto de Varsovia: 


La ciudad de Varsovia, la capital de Polonia, flanquea las dos orillas del río Vistula. Varsovia fue establecida como la capital del estado polaco resucitado en 1919. Antes de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad era un centro de la vida y la cultura judía en Polonia. La población judía de Varsovia antes de la guerra era de más de 350.000 personas y constituía alrededor del 30 por ciento de la población total de la ciudad. La comunidad judía de Varsovia era la más grande tanto en Polonia como Europa, y era la segunda más grande en el mundo después de Nueva York.

Durante la invasión alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939, Varsovia sufrió ataques aéreos y bombardeos fuertes. Las tropas alemanas entraron a Varsovia el 29 de septiembre, poco después de su rendición.


Empezando a fin de septiembre de 1939, los oficiales alemanes obligaron a los judíos de Varsovia a llevar brazaletes blancos con la estrella de David en azul. Siguiendo ordenes de los alemanes, los lideres de las comunidades judías nombraron candidatos para un consejo judío (Judenrat), los cuales los alemanes confirmaron. Las autoridades alemanes cerraron las escuelas judías, confiscaron las propiedades judías, y obligaron a los hombres judíos a hacer trabajos forzados. Disolvieron las organizaciones judías pero dejaron que los judíos manejaran sus propias organizaciones de beneficia y asistencia.

EL GHETTO DE VARSOVIA 

El 12 de octubre de 1940, los alemanes decretaron la creación de un ghetto en Varsovia. El decreto obligó a todos los residentes judíos de Varsovia a mudarse a un área designada, la cual las autoridades cerraron al resto de la ciudad en noviembre de 1940. El ghetto fue rodeado por un muro que tenía más de 10 pies de altura, coronado con alambre de púas, y vigilado para prevenir movimientos entre el ghetto y el resto de Varsovia.


Las oficinas del consejo judío estaban ubicadas en la calle Grzybowska en la parte sur del ghetto. Las organizaciones intentaron cubrir todas la necesidades de los residentes del ghetto, que luchaban constantemente por sobrevivir. Entre las organizaciones activas de asistencia social estaban la Sociedad judía de ayuda mutua, la federación de asociaciones en Polonia para el cuidado de huérfanos, y la Organización para la rehabilitación a través del entrenamiento.


Emanuel Ringelbaum, un historiador que tuvo un rol importante en los esfuerzos judíos de autoayuda, creó una organización clandestina que trató de proporcionar información fidedigna de los eventos que estaban ocurriendo en el país a través la existencia del ghetto. Este archivo se hizo conocido come el “Oneg Shabbat” (“Por la celebración del Shabbat”, y también como el Archivo Ringelbaum). Solo parcialmente recuperado después de la guerra, el archivo Ringelbaum demostró ser una fuente inestimable de información sobre la vida en el ghetto y la política alemana hacia los judíos polacos.


Las SS y la policía alemana llevaron a cabo la primera deportación del ghetto de Varsovia al campo de exterminio de Treblinka en julio de 1942. Para el 6 de septiembre, los alemanes habían deportado a alrededor de 300.000 judíos de Varsovia. Llevaron a cabo una segunda deportación en enero de 1943, en la cual alrededor de 5.000 judíos fueron deportados. La tercera y última ola terminó esa primavera, el 16 de mayo. Unos 50.000 sobrevivientes del ghetto de Varsovia fueron deportados en abril-mayo de 1943 a Treblinka, los campos de trabajos forzados de Poniatowa y Trawniki, y Majdanek, después de que los alemanes derrotaron un levantamiento de armado de los judíos que quedaban en el ghetto que duró un mes.


En agosto de 1944, el ejército polaco, un grupo de resistencia no comunista con unidades en toda la Polonia ocupada, se levantó contra la ocupación alemana en un esfuerzo para liberar Varsovia. Mientras las fuerzas soviéticas permanecieron en la orilla este del río Vistula, los alemanes aplastaron le revuelta y arrasaron el centro de la ciudad. Las tropas soviéticas liberaron una Varsovia devastada en enero de 1945. Fuente: United States Holocaust Memorial Museum

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