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Foto del escritorMuseo Negro

Dos aviones rusos de pasajeros se estrellan contra el suelo con tres minutos de intervalo.

El primer aparato, con 34 viajeros y ocho tripulantes, se dirigía de Moscú a Volgogrado y se estrelló a 150 kilómetros de la capital, según informaron fuentes oficiales.

El Gobierno declaró que no descarta en principio ninguna hipótesis. El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó al servicio secreto que investigue los siniestros y decretó un aumento del nivel de alerta en todos los aeropuertos. Tres minutos después de haber perdido contacto con el aparato estrellado, el control aéreo comprobó que tampoco obtenía respuesta de un segundo avión, que viajaba de la capital a Sochi, con 52 personas a bordo.


El primer siniestro se produjo a las 22.56 hora de Moscú (las 19.56 hora peninsular española). El avión estrellado era un Tupólev-134. Volaba de Moscú a Volgogrado y cayó a 150 kilómetros al sur de la capital rusa, según fuentes oficiales. Algunos testigos aseguraron haber observado una explosión antes de que se precipitara a tierra.


La segunda aeronave es un Tupólev-154. En torno a las tres de la madrugada se informó que se había localizado el punto donde se estrelló. Los restos del primer aparato fueron hallados cerca del municipio de Tula, según autoridades locales citadas por la agencia Interfax.


Los dos aparatos habían salido del mismo aeropuerto, Domodédovo, uno de los cuatro que tiene la capital rusa. Fuentes del control aéreo informaron de que la tripulación del Tupólev-134 no había comunicado ningún tipo de problemas antes de estrellarse.


El presidente Vladímir Putin, que se encuentra de vacaciones en la ciudad balnearia de Sochi, la misma a la que se dirigía el avión desaparecido, ordenó anoche al Servicio Federal de Investigación que iniciara una investigación sobre los dos siniestros. Una fuente gubernamental explicó a Reuters que los servicios secretos sólo intervienen en accidentes en los que hay sospechas de circunstancias anómalas.


Casi de inmediato, los aeropuertos de todo el país reforzaron las medidas de seguridad, por orden del Gobierno, que en principio no descartaba ninguna hipótesis sobre las causas de los dos siniestros.


La caída del avión Tupolev que se precipitó cerca de la región de Tula estuvo precedida por "una explosión a bordo", según informó la agencia oficial rusa Itar-Tass, que citaba a testigos presenciales. En la zona donde cayó la aeronave sólo se encontró anoche la cola. Los equipos de rescate no habían podido localizar todavía posibles supervivientes o cadáveres de los ocupantes.


Fuera del radar

En cuanto al Tu-154 que desapareció en la zona de Rostov del Don, los equipos de búsqueda no habían logrado anoche encontrar ningún rastro en la zona sobre la que perdieron contacto los radares, aunque se sospecha que la caída pudo producirse en un lugar de la estepa donde casi al mismo tiempo fue detectado un incendio.

Este aparato llevaba en servicio desde 1982. Por eso, no se descarta que problemas técnicos hayan podido ser la causa del siniestro.


El modelo Tupolev-154 es el que se utiliza habitualmente en los vuelos nacionales en Rusia, según expertos en tráfico aéreo. Puede transportar más de 180 pasajeros y tiene una autonomía de vuelo de 4.000 kilómetros. El experto en aviación, David Learmount, aseguró a la cadena BBC que "es muy, muy extraño" que se produzcan en el mismo país dos accidentes aéreos en tan corto intervalo de tiempo sin que exista relación entre ambos.

Los incidentes se han producido justo antes de las elecciones presidenciales en Chechenia, donde Moscú ha estado combatiendo con los rebeldes separatistas durante más de una década.

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