La Batalla de Kursk fue una batalla de la Segunda Guerra Mundial librada en el frente ruso entre las tropas de la Wehrmacht y el Ejército Rojo. Tuvo lugar en las inmediaciones de la ciudad de Kursk del 4 al 20 de julio de 1943. La Batalla de Kursk fue la batalla de tanques más grande de la historia de la humanidad donde unos 5.000 blindados se enfrentaron en un duelo apocalíptico.
Antecedentes de la Batalla de Kursk
Entre septiembre de 1942 y el 2 de febrero de 1943, el 6º Ejército Alemán había sufrido una dura derrota en Stalingrado. Perdiendo cerca de 800.000 hombres, la Wehrmacht debió ceder territorio conquistado. Sin embargo, entre febrero y marzo de 1943, el mariscal de campo Erich von Manstein, con fuerzas numericamente inferiores, había derrotado a las fuerzas bolcheviques en la Tercera Batalla de Kharkov, dejando el frente ruso estabilizado en una línea que iba desde Leningrado, en el norte, hasta la ciudad de Rostov, en el sur. Pero la nueva línea del frente presentaba una peligrosa saliente hacia occidente de 200 km de ancho por 150 km de profundidad, a la altura de la ciudad de Kursk, desde donde los soviéticos podrían contra-atacar a los ejércitos alemanes desplegados en la zona y profundizar aún más la saliente. Es por ello que el alto mando alemán planificó una ofensiva para julio de 1943 para reducir dicha saliente a través de movimientos de pinzas, atacando desde el norte y desde el sur de la prominencia.
El plan de ataque fue ideado por el General Kurt Zeitzler y tenía el nombre código "Unternehmen Zitadelle" (Operación Ciudadela). La fuerza teutónica consistía de 50 divisiones de las cuales 12 eran blindadas y 5 mecanizadas. Entre las divisiones blindadas se encontraban unidades de élite como las divisiones Grossdeutschland, la Leibstandarte SS "Adolfo Hitler", la SS Totenkopf, la SS Das Reich, las cuales contaban con los nuevos tanques Tigre I y los cazacarros Elefant.
Resumen de la Batalla de Kursk
La Batalla de Kursk comenzó en la tarde del 4 de julio de 1943. El ataque era conducido ferozmente, como punta de lanza, por dos divisiones de las Waffen-SS: la Leibstandarte SS y la Totenkopf SS, con la Grossdeutschland y la Das Reich cubriendo los flancos. Olas tras olas de aviones Stukas atacaban a los blindados soviéticos atrincherados, mientras los aviones rusos también atacaban en forma contínua a los Panzer alemanes.
En el norte los alemanes avanzaron 10 km en los dos primeros días de batalla, pero luego detuvieron el avance ante la dura resistencia rusa. La lucha continuó con extremada fiereza en ambos bandos. Los tanques Tigres eran muy superiores a los T-34 soviético, ya que podían destruirlos a 2,5 km de distancia debido a su poderoso cañón y sistema óptico. Sin embargo las fuerzas alemanas eran superadas numéricamente en una realción de 8 a 1 a favor de los rusos.
El 12 de julio, luego de una semana de intensa lucha con muchas bajas en ambos bandos, el General Hermann Hoth, comandante de las fuerzas alemanas al sur de la saliente, decidió concentrar sus 600 tanques que le quedaban y atacar hacia el norte, hacia el pueblo de Prokhorovka. Sin embargo, Hoth no sabía que los soviéticos habían anticipado su movimiento y habían enviado a hacerles frente al 5º Ejército Blindado de Guardia, el cual se encontraba íntegro, fresco y bien pertrechado, ya que no había participado de la batalla aún. Pero a falta de número, los alemanes eran intrépidos y audaces.
Debido a una mala visibilidad por la niebla, al humo, y al polvo, los tanques de ambos bandos se pasaron de largo sin haberse visualizado, rodeandose los unos a los otros. Las fauces del infierno parecían haberse desatado cuando unos 1.600 tanques se enfrentaron en encarnizada lucha. Este combate en las inmediaciones de Prokhorovka duró ocho horas, luego ambos bandos se replegaron para reaprovisionarse y evacuar sus heridos. Aunque los alemanes perdieron la mitada de sus blindados, unos 300, los soviéticos perdieron 700 tanques. Sin embargo los soviético contaban con la superioridad numérica y tenían muchas unidades de reserva.
El día 20 de julio de 1943, ante la posibilidad de que las unidades de la Wehrmacht luchando en Kursk pudieran ser atrapadas y aisladas en un movimiento de pinzas soviético, repitiendose la misma situación de Stalingrado, Adolfo Hitler ordenó la cancelación de la Operación Ciudadela (Unternehmen Zitadelle) y las divisiones alemanas debieron replegarse a una posición más segura.
Desde el punto de vista de daños infligidos al enemigo, la Batalla de Kursk fue un triunfo de la Wehrmacht. Sin embargo los alemanes no consiguieron alcanzar el objetivo trazado en el plan inicial de batalla y debieron replegarse.
Comandantes alemanes: Erich von Manstein, Günther von Kluge, Hermann Hoth.
Comandantes soviéticos: Georgy Zhukov, Konstantin Rokossovskiy.
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