Distintas entidades dialogaron con Crónica sobre cómo la difícil tarea de afrontar el pago de los servicios. Esperan medidas concretas del gobierno para salir a flote.
niciadores de la práctica deportiva y primer espacio de interacción social y contención para miles de niños, los clubes de barrio atraviesan su momento más extremo, propio de las subas tarifarias desenfrenadas, que se complementaron con la no reglamentación de la ley que establece subsidios y la reducción de los costos de los servicios. No obstante, los representantes de las instituciones, que desempeñan un rol vital en diferentes puntos del país, aguardan expectantes la implementación de políticas deportivas favorables por parte de las nuevas autoridades gubernamentales.
Durante el transcurso de 2016, comenzaron a sucumbir diferentes entidades deportivas y sociales en los barrios del conurbano bonaerense, de la ciudad de Buenos Aires, y principalmente del interior del país. El motivo radicó en la quita de subsidios en las tarifas de los servicios de luz, agua y gas que dispuso el anterior gobierno Nacional, con el agravante de que la ley 27.098 no se reglamentó. La mencionada legislación estipula una reducción del 50% en los costos de facturación de dichos suministros. Por lo tanto, los clubes quedaron a la buena de Dios, en parte aliviados por algunas quitas provinciales en las tarifas, que significaron nada más que un oasis en el desierto.
Ricardo Mayor, presidente del club Wilcoop, reflejó ante Crónica que "lamentablemente estamos muy mal. No tenemos nada resuelto respecto de las tarifas porque si bien hay un congelamiento en el primer semestre, se nos hace insostenible, porque tenemos socios que han perdido su trabajo, y dejan de pagar la cuota, que implica nuestro mayor ingreso". Por su parte, Hugo Grassi, presidente de la Federación Entrerriana de Clubes, que nuclea a 450 entidades, reconoció que "las subas nunca pararon, siempre crecieron y la situación es más grave que hace un año porque hemos refinanciado la deuda pero a eso le suma lo actual y no hemos obtenido un beneficio. Por eso estamos esperando la reglamentación de la ley".
En consecuencia, sin la aplicación de la norma que protege a los centros deportivos barriales, las facturas comenzaron a significar un foco de preocupación y posteriormente una amenaza a la continuidad de aquellos. Al menos, muchos clubes debieron suspender parte de sus actividades. Néstor Bianchi, máximo representante de la Federación Santafesina de Clubes de Barrio, reveló que "el aumento del gas va a hacer que las instituciones no puedan habilitar las piletas climatizas porque los costos son imposibles de asumir. Hay clubes que reciben 320.000 pesos por este servicio". A su vez, Grassi enfatizó que "en muchos pueblos es la única piscina y centenares de pibes no pueden disponer de ella porque la cierran. Hay instituciones que están cerrando. Estamos resistiendo".
Un factor clave para confrontar semejante revés económico radica en la tarifa social, pero para ello deben estar inscriptos en el registro correspondiente. Sin embargo, el procedimiento implementado por la gestión anterior se caracterizó por los obstáculos y las demoras burocráticas. Por esta razón, sólo una ínfima minoría de las instituciones recibieron dicho salvataje. Por lo tanto, Mayor detalló que "estamos en reuniones con la AFIP para ver si podemos llevar una deuda moratoria de pagos previsionales, mediante el congelamiento de los montos y un plan de pago. La idea es no pagar ganancias y facilitar la inscripción en la IGJ para normalizar a los clubes".
Ante semejantes demandas, el cambio de autoridades nacionales significó el resurgir de un panorama más alentador, o al menos expectante. En este sentido, Cristián Font, presidente del Observatorio Social y Económico de los clubes, consideró que "estamos con cierta expectativa pero en dos meses no cambió nada. Entendemos que hay muchas urgencias pero también comprendemos que la prioridad en el deporte son los clubes, que están en crisis".
Por lo tanto, una de las prioritarias demandas de los directivos radica en mantener una reunión con el actual Secretario de Deportes con el objeto de "diseñar una mesa de trabajo para planificar una política a nivel nacional, y crear una oficina de atención permanente. Los recursos tienen que ser equitativos para todas las provincias, porque hay algunas a las que les interesan muy poco las entidades barriales", expresó Ricardo Mayor.
Por estos días quienes conducen los clubes redoblan sus esfuerzos para seguir cumpliendo con un rol inclusivo para miles de chicos provenientes de los sectores más postergados, y al mismo tiempo claman que sus urgencias sean resueltas, tras la escalada a pasos agigantados de los costos de los servicios básicos.
Fuente: Cronica
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