La historia de Social Lux: un club donde la pasión se hereda y se lleva en la sangre.
"Somos una institución familiar con marcado sentido de pertenencia", dice el presidente Franco Scala, quien honra el legado que le dejó su madre Adriana Lofiego, influyente dirigente en Mercadito.
El nombre oficial es Club Deportivo y Social Lux. La historia marca que fue fundado un 29 de mayo de 1940 por dos hermanos propietarios de un almacén, de apellido Dangelo. Sin embargo, para los vecinos de barrio Ludueña y para el resto de la sociedad rosarina es simplemente Mercadito. El mismo verde donde la pasión se hereda, la lealtad fluye por las venas y que en la actualidad hace honor a la transferencia generacional.
El presidente Franco Scala sigue el legado que le dejó su madre Adriana Lofiego, quien fue una dirigente influyente en la institución. “Mi vieja fue un pilar importante. En realidad, acá somos una institución familiar con marcado sentido de pertenencia”, señala con orgullo el titular del espacio anclado en Pascual Rosas 403.
“Esto es un club de familia. Es una especie de imán para los nuevos integrantes, quienes enseguida adquieren sentido de pertenencia”, afirma Scala, mientras saluda por sus nombres a los chicos y las chicas que se movilizan como en el patio de sus respectivas casas por dentro de Mercadito.
Según cuenta Franco, su incursión en la política del club se dio luego del fallecimiento de su madre. “Perdí a mi vieja en octubre de 2017. La comisión propuso sumarnos junto a mi hermano Ramiro, y aceptamos, porque era intentar seguir el legado de mi mamá principalmente, pese a que mi padre también fue dirigente muchos años. De hecho, el quincho del club lleva su nombre, Enzo José Ramón Scala”, subraya con marcado placer y haciendo fuerza para no quebrase de la emoción.
Verde desde la cuna
La historia de Franco Scala en Mercadito se remonta a 40 años atrás. Tiene las raíces en sus padres, “quienes me trajeron a jugar por primera vez cuando tenía cinco años para la categoría 1975. Para todos era nuevo este espacio, ya que nos hicimos socios por unos vecinos”, cuenta.
“A los dos meses, mis viejos se involucraron con el baby y desde entonces perduraron como dirigentes”, dice el máximo dirigente antes de acotar que “nuestras vidas está ligada a este club. Incluso ahora junto a mi hermano Ramiro integramos la comisión directiva. Es una cuestión sentimental las que nos une al Verde”. Scala comenta además: “Jugué al fútbol defendiendo los colores de este club durante varios años hasta que un día decidí dejar, pero mis padres siempre siguieron colaborando. Lo hacían de manera natural y con pasión”.
“Arranqué como vicepresidente en 2017 y fue una sorpresa. Al poco tiempo quedé al frente del club tras las renovaciones de listas. Y acá estamos, tratando de hacer lo mejor posible para nuestro amado Verde”, destaca.
Gran madre, excelente dirigente
Adriana Lofiego no es un nombre más en el popular club de barrio Ludueña. Es una mujer que dejó una huella indeleble. Quienes llegaron a conocerla, certifican sin titubear la calidez humana y docencia natural que tenía para dirigirse al prójimo. Siempre predispuesta y decidida a ayudar al club de sus amores. “Mi mamá fue una gran referente de Mercadito. Arrancó colaborando con el baby, luego quedó como vocal hasta que ocupó el rol de secretaria durante más de 30 años. Integró todas las comisiones y se erigió en un gran faro de referencia a nivel directiva. Sobre todo para la generación actual, que creció de su mano”, apunta un emocionado Franco al recordar a Adriana.
El legado que dejó Lofiego es inclaudicable. Sus dos hijos aportan a diario su granito de arena en la institución que decidió tenerla presente al nombrar al playón deportivo que se inauguró el 8 de diciembre de 2017 con su nombre. Sobre la imponente superficie a cielo abierto se realizan múltiples actividades.
“Mi vieja fue clave para adquirir esa obra con el Plan Abre. No pudo verla terminada porque dos meses antes de la inauguración se nos fue, pero de alguna manera siempre está presente”, menciona con la voz entrecortada, y marcado orgullo, Scala.
Fútbol y algo más
El fuerte de Social Lux es el fútbol. El equipo masculino participa en la selecta primera división de la Asociación Rosarina tras dejar la B en 2019. Mientras que las inferiores integran la línea A1, que jerarquiza muchísimo al club.
“Cuando ascendimos en cancha de Olimpia había chicos que lograron lo mismo en 1995 y 2006, como además ex jugadores de diversas etapas”, recuerda Franco, quien además de presidir el club ejerce como periodista. Y agrega: “Además de tener las inferiores contamos con líneas en el baby. Pero también tenemos otras disciplinas, que son muy importantes para los chicos y chicas que forman parte de esta gran familia”.
Como dato extra hay que remarcar que el experimentado arquero Nahuel Guzmán surgió en el Verde antes de recalar y saltar al profesionalismo en Newell’s. El Patón se desempeñó en el baby como zaguero central. Luego se dedicó a su natural pasión, el arco. La vida interna deportiva es muy nutritiva puertas hacia adentro. Casi 700 socios le inyectan pasión y lealtad a Mercadito. El marco de realidad indica que el amplio playón alberga al futsal, sea masculino como femenino, y a las chicas de patín artístico. Sin embargo, en otros espacios se practican hockey femenino sobre césped y fútbol femenino.
Chicas pioneras y emblemáticas
“En fútbol femenino somos pioneros. Recuerdo que un día llegó un grupo de chicas y no tenían nada. Las recibió mi madre, quien era gran futbolera además, y empezaron poco a poco a entrenar”, repasa Scala. Y aporta: “En ese momento hubo directivos que estaban reticentes con la práctica de este deporte debido a que no habían tenido buenas experiencias años anteriores. Sin embargo, se generó un lindo clima y cada uno puso lo mejor de sí para que esta disciplina creciera”. También recuerda con placer que hace tres años el Concejo Municipal de Rosario les dio una distinción por ser club pionero en Rosario. “Para nosotros eso fue gratificante porque somos inclusivos y abierto a toda la sociedad”, asevera.
Cabe destacar que la Asociación Rosarina abrió la histórica temporada oficial del torneo de femenino a fines de octubre de 2017. Desde entones las chicas del Verde siguen dejando estela. Sea en las dos líneas de la Primera (A y B) como en Sub 16, sub 14 y baby. A eso hay que agregarle que en la actualidad hay tres jugadoras que pasaron a Platense y cuatro a Racing. Es más, con el conjunto de Avellaneda se está tratando de cerrar un convenio de macro trabajo para nutrirlo con futbolistas.
“Somos un club bien familiar. Apuntamos a crecer siempre. Sabemos que hay proyectos a realizar como una pileta o dos canchas de césped sintético así los chicos y chicas puedan entrenar siempre porque cuando llueve mucho se nos complica demasiado”, señala Scala a modo de desafío, y concluye: “En Mercadito nos conocemos todos y el sentido de pertenencia es innato. Somos un club que enamora”.
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