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“En los clubes de barrio, una nena tiene la oportunidad de hacer patín artístico”


LAS INFANTILES DEL CLUB FORTIN

LAS CHICAS ADOLESCENTES DEL CLUB FORTIN



El patín artístico es parte indisoluble de la vida de María de los Angeles Sansone. Profesora del deporte desde hace 35 años, prefiere enseñar en clubes chicos, de barrio. El motivo es que en esos espacios, “una nena tiene la oportunidad de darse el gusto de hacer patín”, algo que sería imposible de realizar en otros clubes de mayor envergadura ante la imposibilidad de pagar la cuota societaria. Patinadora artística, dedicada a la enseñanza desde los 14 años y profesora en los clubes Atalaya (Juan Manuel de Rosas 2555) y La Aurora (Necochea 3255), Sansone participa en la organización de una serie de torneos entre patinadoras que no están federados a la Asociación Rosarina de Patín, por el mismo motivo mencionado arriba: el dinero. “Es una alternativa bastante accesible para que las chicas puedan competir y mejorar la técnica”, explica sobre esos encuentros. “Dictar clases en los clubes de barrio es darle una posibilidad a las chicas que no tienen la chance de pagar la cuota de un club grande. Así, pagando una cuota social de 10 o 15 pesos, y un dinero más que cuesta la practica del deporte, una nena tiene la oportunidad de darse el gusto de hacer patín”, dice. “Patiné toda mi vida en el club Provincial. Y desde muy chica me dediqué a dar clase y a buscar lugares en donde enseñar, especialmente en los clubes chicos de barrio, quienes siempre tienen un espacio disponible, porque el interés allí pasa por mantener las actividades sociales y deportivas con el fin de captar gente”, sostiene. Sansone describe su trabajo como “de hormiga”, en clubes donde empezó “de la nada, como en La Aurora”. Se dedica por entero, aunque no es su “ocupación principal”, como en otros tiempos, sino “un hobby”, del cual no gana dinero. Recibida de “profesora de música”, trabaja “en escuelas y el profesorado”. Hasta madres patinadorasEntiende que el club de barrio es una puerta abierta para mujeres que no tienen cabida para la práctica del patín en otras entidades. “Cuando estuve en el club Temperley, llegué a juntar 30 mujeres, entre ellas madres de patinadoras. No sé si en un club grande, las adultas pueden tener la posibilidad de patinar. Cuando llegás a cierta edad, en determinados clubes te admiten que patines, pero no para competir”, dice. “En cambio, en un club de barrio, aparece una chica de 20 o 25 años y uno la acepta porque lo que quiere es que la gente venga a patinar”, agrega Sansone, cuyos comienzos como entrenadora fueron con un taller extracurricular en el Colegio MaríaAuxiliadora y luego estuvo en “Unión y Progreso, Unión Argentina, Servando Bayo, Banco Nación, Atlantic Sportsmen, Caova, Arizona, Temperley, Provincias Unidas, Belgrano de Serodino y en clubes de Acebal y Chabás”. Los torneos, “una alternativa bastante accesible"La enseñanza del patín artístico se complementa con “una serie de torneos amistosos, con 12 clubes”, una idea similar a la que Sansone llevó adelante en 1993 y que perduró durante “un montón de años”, la LICPA (Liga Independiente de Clubes de Patín Artístico), con la que fueron a nacionales en los que participaban ligas del país que tampoco estaban asociadas a la Confederación Argentina de Patín. “El propósito de estos torneos es que ofrecen una alternativa bastante accesible para que las chicas puedan competir y mejorar la técnica. El objetivo no es clasificar a un Nacional ni nada parecido, como persiguen los clubes federados”. Sansone subraya que los torneos amistosos son una opción para “clubes que no cuentan con tantos recursos económicos como los que están en la Asociación Rosarina”. “Este año se hicieron cuatro fechas, en junio, agosto, septiembre y octubre. Tampoco queríamos hacerlas muy seguido porque cada chico tiene que pagar la inscripción. Hubo fechas en las que contamos con más de 100 patinadores. El dinero que se recauda por inscripción se utiliza para los gastos de organización del torneo”, explica. Satisfecha, señala que este año hasta llegaron “a dividir una fecha en dos días por la cantidad de patinadoras”. Y agregó que “se incorporó la categoría grupo, de show y precisión”. “Juntar dinero, porque mucha gente no tiene”Los trajes de cada festival causan más de un dolor de cabeza. Lo saben los padres cuyos hijos se vuelcan al patín artístico. Sansone dice que ese es todo un tema, pero al menos en La Aurora, a partir de que fueron “dos veces sede del torneo, lo que se juntó de entradas o bufé fue para un fondo común para las nenas. Con eso se solventó parte de los trajes”. “En los clubes de barrio uno trata de hacer cosas para juntar dinero, porque mucha gente no tiene para cubrir los gastos. Un par de patines, el más simple, parte de los 3.500 pesos. Si no tenés el dinero, debés buscar la manera de conseguirlos o comparlos usados”, cuenta. Los clubes que compiten Sansone repasa los clubes que intervinieron en los torneos amistosos y menciona a “Atalaya y La Aurora”, los dos en los que enseña, además de “Temperley, Belgrano, Villa Urquiza, Bancario, San Telmo de Funes y Villa El Prado de Capitán Bermúdez”, además del Centro Cultural Las Delicias, un club de Ibarlucea y otro espacio dedicado a la enseñanza de la localidad de Alvear. La enseñanza en Atalaya y La AuroraSansone reparte sus horas para la enseñanza del patín en La Aurora, “desde hace cinco años” y en Atalaya, a donde volvió “por tercera vez en 2013”. En ambos clubes, tiene cerca de 30 patinadoras. “En La Aurora hace dos años que mantengo el mismo grupo. No es fácil porque generalmente cambia bastante debido a que los más chiquititos no tienen mucho apoyo de los padres. Aparte, este es un deporte caro, más allá de que cuesta mucho menos que el patín federado”, dice. “Al club Atalaya volví el año pasado. Me había ido a fines de 2007, porque viste lo que pasa con los clubes de básquet cuando tienen que poner el piso de madera, no cuentan con un espacio físico para practicar patín. Cuando se techo un playón que se encuentra en la entrada, las mujeres del club se plantearon que tenía que volver patín. Y ahí me invitaron a volver”, cuenta. A puro festival de cierre de año La Aurora tiene previsto un festival para despedir el año el sábado 29 de noviembre, mientras que Atalaya el 6 de diciembre, ambos con la presencia de otros clubes. Dice que es una costumbre invitar a otras instituciones. “La semana pasada se hizo uno Temperley y fui con La Aurora y Atalaya. También estuvieron Provincial, La Palmera y Unidad y Tesón”, dice. A Sansone le queda tiempo también para patinar. El 13 de diciembre, junto al grupo de show Las Rojísimas, que integra con patinadoras amigas de la adolescencia, del club Provincial, estarán en el festival de cierre en el estadio cubierto Salvador Bonilla, de la entidad del parque Independencia.

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