(TAN SOLO FUE UNA CARTA)
Me decía a mí misma, no es justo. ¿Quién me quitaba de la cabeza que en poco tiempo la metástasis iba a llegar? Nadie. La terapia psicológica iba a ser larga.
En el medio, apareciste vos. No me esperaba un hombre en mi vida. Yo quería ser independiente de todo y de todos. Ya había cerrado ese capítulo en mi vida y ni se me ocurría empezar otra vez ni en broma. Estaba segura de querer estar sola.
Pero empezaste a meterte en mi mente, en mi corazón, en mi cuerpo, en mi alma. De a poco. Boicoteaba la relación y a mí misma. No quería saber nada de nada y a su vez no podía dejar de sentir cosas hermosas. Tampoco quería creer nada de lo que me decías, nada, y a su vez quería creerte todo.
Era una lucha interna e intensa. Me decía ¿y si me enfermo dentro de unos años de nuevo? No puedo arruinar la vida de ambos, no puedo ilusionarme o ilusionarlo.
Un día pensé…… él también tiene derecho a decidir sobre nuestra relación. Sabe todo lo mío, él también tiene que participar de estos miedos míos y decidir. Y así comenzó una hermosa y apasionada relación.
Creció y creció y creció…..entre discusiones y reconciliaciones, que no son otra cosa más que miedos… de todo tipo, de todos los colores, pero miedos al fin.
Un día te dije, el día que yo salga de esta casa, no me voy a llevar nada, nada de nada, mi historia será historia. Sólo voy a mirar para adelante.
Tengo demasiado por vivir para pensar en el pasado. Dicen que la vida puede comprenderse mirando hacia atrás…. pero sólo puede ser vivida mirando para adelante… y así voy a actuar.
Anoche te dije, me respondí la gran pregunta que tenía en mi mente hace tiempo ¿ante qué debo arrodillarme o quebrar mi orgullo?
Siempre pude manejar todo, siempre pude concentrarme en lo que quería, siempre pude resistirme a lo que no me gustaba o no quería. Mi mente era fuerte y mi voluntad férrea. Mi constancia era infinita y mi paciencia china. Mi libertad, mi independencia eran lo prioritario. Pero ese egoísmo desapareció cuando me arrodillé frente al amor que siento por vos.
Enamorarse a nuestra edad, es un milagro. Estar a la altura de este amor…. es lo que queda pendiente para el resto de nuestras vidas. De ambos depende que así sea.
No tengo otra cosa más que decir...... todo lo demás...... para mí es historia.
UN BESO AMOR
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