En un partido cambiante y por momentos emotivo, Boca y River no pudieron sacarse ventajas. Villa abrió el marcador de penal y Palavecino de cabeza puso el 1-1 final. Los dos terminaron con diez jugadores.
Un rato para River, otro rato para Boca, de nuevo para River y así... Cambiante, por momentos emotivo, el Súper arrojó un clásico empate. Lo ganaba Boca a los 39 minutos del primer tiempo con un penal de Sebastián Villa. Lo empató River a los 23 minutos del segundo tiempo por intermedio de un cabezazo de Agustín Palavecino. El local pudo haberse puesto 2-0 con dos contras casi letales. El visitante pudo ganarlo en una de las últimas, en una carambola insólita que hizo la pelota para picar casi en la línea del arco xeneize y salir en lugar de entrar. Al final y al cabo, en un partido por momentos con movimientos ajedrecísticos, muy táctico, el 1 a 1 fue el resultado más justo.
Arrancó mejor el equipo de Gallardo. Un Boca replegado, parado 5-4-1 en fase defensiva, le cedió la pelota y River ejerció el dominio a través de la posesión. Pero le costó encontrar los espacios. Dos remates de media distancia y una mala salida de Andrada que casi aprovecha De La Cruz (salvó Licha López a metros del arco) fueron las aproximaciones más claras en la primera media hora de juego. Pero Boca se despabiló, soltó a sus carrileros a partir de ese momento y llegó hasta Armani. Primero, con un centro de Fabra que Tevez no llegó a darle con potencia y que el arquero desvió. Y luego con un tacazo de Carlitos para la corrida de Capaldo y el penal que le cometió Paulo Díaz. Penal que Villa tradujo en gol.
En el complemento, como era lógico, River salió a apretar más arriba, adelantó sus líneas y quedó expuesto al contragolpe. Primero Maroni, solito, la tiró por arriba. Luego, Armani se lució en una triple atajada. Señales de que Boca estaba para liquidarlo de contra. Pero en ese buen momento del Xeneize, con espacios para atacar, llegó el empate. Centro de Angileri desde la izquierda y cabezazo de un solitario Palavecino para poner el empate.
Parecía que el partido se inclinaba para River porque dos minutos después del 1-1 llegó la expulsión de Zambrano. Russo metió mano -adentro Rojo y Varela, afuera Maroni y Medina- pero al toque, la roja a Casco pondría otra vez las cosas en igualdad numérica. Sobre el final, una carambola insólita en el área de Boca no terminó en gol de manera increíble. El empate fue merecido.
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